XXIV.

2.7K 610 57
                                    

Cenizas.

Su calzado, y ropaje que cubría aquella armadura negra pesada se hallaba cubierta por una fina capa de ceniza. El olor a carne quemada se había impregnado en la piel de Naruto, haciéndolo su fragancia natural hasta ser repelida por un buen baño.

¡Munch!

¡Munch!

El particular sonido de masticar se oía en aquel sector. Una zona Intermedia entre el piso 10, y 9. Un lugar seguro de toda la neblina que cubría al décimo nivel.

Naruto masticaba tranquilamente la cabeza de uno de sus anteriores enemigos, una Polilla Asesina, monstruo el cual su cráneo desaparecía convirtiéndose en polvo.

¿No estaba dependiendo demasiado de la Magia?

La Magia. Para los Aventureros aquello era su carta de triunfo en demasiadas batallas. Naruto y Bell, eran extraños. No solo avanzaban a pasos agigantados en habilidades, sino que ambos habían ganado la pericia de no recitar ninguna palabra para activar su magia.

Bell con su bola de fuego.

Y Naruto, gracias al contrato con aquel antiguo espíritu, Puck.

- (Tu magia...)- pensó Naruto-. (Se hace más adictiva con el paso del tiempo)-

Telepatía. Ambos podían comunicarse entre sus mentes.

- Porque lo es- contestó Puck.

El ente yacía sentado como siempre sobre uno de los hombros del aventurero.

- Mientras más la uses, más fuerte y destructiva se volverá- mencionó Puck sonriendo-. Así es el fuego-

Con un último bocado, el aventurero terminó su aperitivo sintiendo como el interior de su cuerpo repelia el veneno del monstruo que intentaba matarlo.

- (Tu... ¿Qué demonios eres?)-

Naruto mantuvo fija su mirada hacia el frente mientras los recuerdos del pasado del espíritu lo asedian.

El contracto entre ambos no solo había compartido la magia del espíritu, no solo les había dado la habilidad de comunicarse entre ellos a través de pensamientos, sino que también... Sus recuerdos.

- Sabes muy bien, lo has visto- respondió Puck sin aquel tono de voz infantil de siempre-. No solo los humanos, las razas, e incluso los dioses, buscan ver los dos lados de una moneda. Eso es lo que soy...-

Sonidos a través del pasillo resonaban a lo largo y ancho, yendo lentamente contra el aventurero.

- Algunos ven el fuego como protección. Como la luz que los guía a través de la oscuridad. Como el calor que mitiga el frío. Como un nuevo comienzo...- los colmillos de Puck crecieron mientras una sonrisa espeluznante surcaba sus facciones-. Yo soy fuego. Yo... Soy muerte-

Una cúpula de fuego violento se hinchó, expandiéndose a través del pasillo quemando a todo monstruo en su presencia.

X~X~X

- Realmente son muy distintos...-

Situada en su habitación, el piso más alto de Babel, ella estaba sentada en una silla extravagante. Freya veía claramente a Bell y Aizu durmiendo en las paredes.

A pensar de la distancia, su ojo podía ver con claridad la luz brillante que emitía el albino.

- Curioso, muy curioso. ¿Por qué son tan distintos?- volvió a preguntar la diosa.

El aura de Bell y Naruto realmente eran como el día y la noche. Mientras que el mayor de ellos presentaba un aura brillante que opacaba a los rayos del Sol, el otro, el menor, lo envolvía un aura oscura sin ningún tinte, sin ninguna pista de blanco. Una noche sin estrellas.

La diosa acomodó su cabello detrás de su oreja.

No mentiría, la situación actual le estaba dando celos. Ver a su amado Bell pasando tiempo con Aiz, era algo que hacía hervir la sangre dentro suyo.

Freya golpeó el antebrazo de la silla con su dedo anular reiteradas veces, para posteriormente, jugar con un mechón de su cabello.

Un espectáculo se estaba desarrollando tras bambalinas.

Ottar entrenaba a un monstruo, al mismo tiempo que Bell era entrenado por Aiz, una de las mejores usuarios de espadas en Orario.

Estaría saltando como una niña ante un regalo nuevo, pero se contuvo levemente, aunque no evito la sonrisa divertida en su rostro.

- Ottar...-

Ante el llamado, el mencionado ya se hallaba en un parpadeo escuchando la petición de su diosa.

- Hagamos las cosas aún más interesantes- expresó la diosa terminando de beber su copa de vino.

Una pequeña gota se resbaló de sus labios hasta caer en el valle de su voluptoso pecho.

- Mientras más brillosa la luz, más oscura la sombra...- Freya observaba fijamente a Bell a la distancia-. La familia debe de tener igualdad de condiciones, ¿o no?-

El cristal que cubría toda la pared reflejo la sonrisa sádica de la diosa.

- Ve por el hermano menor- sentenció Freya-. Házlo pasar por un infierno. Y si sobrevive, las cosas se pondrán aún más interesantes-

¿Cómo reaccionaria Bell ante su hermano menor herido, o muerto? ¿Su luz se apagaría? ¿Su brillo cambiaría de tonalidad?

La diosa dejo escapar un gemido.

De solo pensar las posibilidades, sus piernas temblaban.

Ottar asintió retirándose de la habitación con un solo objetivo.

El Jabalí afilaba sus colmillos ante el Espadachín Oscuro.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Con su voto, comentario, y poniendo el fic en sus listas de lectura me ayudan muchísimo~

Nos leemos en el próximo capítulo. ¡Seguidme si no lo estás, y únete a este gremio!

¿250 votos para el próximo?

Bye-bye~

Espadachín Negro.Where stories live. Discover now