Capítulo Dos

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Ahí estás. Jisoo se detuvo al ver al chico que había estado buscando.

Alguien más había capturado a su presa primero y asegurado sus brazos a las cadenas que colgaban de las bajas vigas suspendidas. El Dom, uno de los más jóvenes, le había quitado el pantalón, dejándolo en bóxer y con el arnés.

Qué hermosa imagen. Bonitas curvas suaves y piel pálida, ojos grandes y una mirada obstinada.

Sin embargo, para alguien tan completamente restringido, el sumiso había tomado el control de la escena.

—Lamentable —dijo Mingyu, uniéndose a él. El propietario de Dark Heaven llevaba una levita sobre un chaleco de cachemira plateado. Muy apuesto.

Jisoo levantó una ceja a su amigo.

—¿Conoces al sumiso?

—No. Él no ha estado aquí antes.

¿Entonces por qué le era tan familiar? Jisoo miró por un momento e hizo una mueca cuando Jeonghan se rió del Dom. Es cierto que tenía una risa adorable, baja, pero el Dom había perdido totalmente el control de la escena. Por la infeliz expresión del joven, él no sabía cómo recuperarlo, si alguna vez lo había tenido. El término sumiso no significa necesariamente pan comido.

—Le dije a Jungkook que buscará a un sumiso fácil —dijo Mingyu.

—¿Es amigo tuyo?

—Tomó una de mis clases para dominantes. No es malo, sólo inexperto.

Mingyu se dirigió hacia la escena, pero una camarera lo detuvo, parloteándole acerca de un problema. El Dom levantó una mano para detenerla, luego se volvió hacia Jisoo.

—Hazme un favor y rescata a Jungkook, ¿quieres? Me reuniré contigo en breve.

Jisoo escuchó a Jeonghan ordenarle al Dom que busque algo en su bolsa y sonrió.

—Él es un mandon.

Las cejas negras de Mingyu se levantaron.

—Te gusta, ¿verdad? Tal vez no te deba un favor después de todo.

—No, mi amigo, yo te deberé uno. Sin embargo, dado que es nuevo en el estilo de vida y en la comunidad, te agradecería una referencia —Jisoo le dio una palmada en el hombro y se movió hacia donde él pudiera ser visto pero sin interferir si Jungkook optaba por ignorarlo. No es que hubiera alguna escena dinámica que destruir aquí.

Jungkook parecía confundido cuando vio a Jisoo, pero se acercó. La frustración había tensado sus músculos y mandíbula.

—Eres Jisoo, ¿no?

—Mingyu me ha enviado en caso de que no quieras seguir. Conocí al sumiso antes, y no me importaría trabajar con él.

—Infierno, sí. Disfrútalo —el Dom frunció el ceño—. Mingyu me advirtió acerca de no ir más allá de mi capacidad. Ahora entiendo lo que quería decir.

—Al igual que cualquier otra cosa, se necesita práctica. ¿Él tiene algún límite rígido o peticiones?

—Nada de sangre. Quería jugar el resto de acuerdo al momento y eligió Houston como palabra de seguridad.

—¿Cómo Houston, tenemos un problema?

Jungkook sonrió.

—Sí.

Definitivamente tenía sentido del humor. Jisoo asintió con la cabeza su reconocimiento y volvió su atención a Jeonghan, su expectativa en aumento. Había deseado a ese sumiso desde el momento en que lo tocó. Era totalmente ilógico, pero en la vida, como en las artes marciales, había aprendido que sus instintos rara vez se equivocaban.

鸡 ㅤׄ ㅤ Jisoo dice míoㅤ :ㅤ JiHanOnde histórias criam vida. Descubra agora