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Natsu corría desesperado por el campo de batalla, cargando el cuerpo inerte de Gray. El corazón de Natsu latía con angustia, sintiendo que la vida de su amigo se desvanecía rápidamente. Al divisar a Wendy, corre hacia ella con determinación, sin percatarse de las lágrimas que caen de los ojos de la joven maga.

—¡Al fin! Wendy, tienes que sanar a Gray de inmediato. ¡Es de vida o muerte! —le pidió Natsu con voz exigente.

Aunque con el corazón apretado, Wendy asiente y se prepara para usar su magia de curación. Sin embargo, antes de que pueda empezar, Erza se presenta con urgencia, cargando a dos cuerpos femeninos y colocándolos en el suelo con rapidez.

—Wendy, por favor, atiende a Kagura y Milliana...—Erza se quedó en shock al ver el cuerpo inerte de Gray cubierto de sangre. Su cerebro era incapaz de pensar con claridad al ver a su amigo al borde de la muerte.

Un conflicto interno surge en Wendy, quien acababa de presenciar la pérdida de Bikslow en sus brazos. Temerosa de no poder salvar a Gray, también se ve angustiada por la necesidad de ayudar a las amigas de Erza. En ese momento crítico, Sherria aparece y le coloca una mano en el hombro.

—Yo te ayudaré. ¿A quién hay que sanar? —ofrece su apoyo para curar a la otra persona.

Wendy, aliviada por el apoyo de Sherria, comienza a concentrarse en su magia de curación. Mientras Erza y Sherria trabajan juntas para salvar a Kagura y Milliana, el campo de batalla se llena de tensión y desesperación, con la esperanza de que tanto Gray como las dos chicas encuentren la salvación en medio de la incertidumbre.

[...]
Yukino y Lucy corrían por el túnel, siguiendo las instrucciones del mapa que les había dado Ultear.

Cada segundo era decisivo, mucho más cuando los sonidos de la pelea retumbaban por las paredes rocosas.

Finalmente, llegaron a una especie de cuarto de vigilancia donde descubrieron sus preciadas llaves. Lucy sintió un tremendo alivio al reconocer el brillo dorado colgando de una de las paredes, por lo que no perdieron tiempo y rápido las tomaron.

Antes de que pudieran celebrar, uno de los miembros de las fuerzas especiales apareció en su camino y les cortó el paso.

—No escaparán tan fácil —siseó con voz siniestra.

—Eso ya lo veremos —Lucy levantó una llave dorada con determinación—. ¡Ábrete, puerta de Taurus!

—¡Ábrete, puerta de Libra!

Yukino y Lucy desplegaron sus llaves del zodiaco, convocando a sus espíritus celestiales.

La batalla se desató, con las dos magas luchando en perfecta sincronía contra su adversario. A medida que avanzaba la pelea, comenzaron a creer que podrían ganar.

De repente, una explosión rompió una de las paredes, revelando a Jellal y Midnight en plena lucha contra otro de los miembros de las fuerzas especiales.

Aturdidas por la explosión, Yukino y Lucy fueron aprovechadas por su oponente original, quien lanzó golpes considerables contra ellas.

—¡Huyan de aquí! Nosotros nos encargaremos de esto —gritó Jellal mientras forcejeaba con su contrincante.

—Ni lo pienses. Yukino, ¿estás pensando lo mismo que yo? —la rubia miró a la contraria con complicidad.

—Completamente —respondió mientras se sacudía el polvo, lista para otra ronda.

En ese momento crítico, ambas magas reunieron sus últimas fuerzas. Justo cuando el otro villano se preparaba para un ataque final, Yukino y Lucy, con determinación en sus ojos, lanzaron un hechizo conjunto. En el mismo instante, Jellal y Midnight también canalizaron sus poderes.

Los Grandes Juegos MágicosWhere stories live. Discover now