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Lucy se sentía sofocada. Parecía que habían caminado por el túnel por horas, y no ayudaba mucho el hecho de que estaba rodeada de viejos enemigos.

Tener a los miembros de Oración Seis tan de cerca le ponía los pelos de punta, especialmente Ángel que, oh sorpresa, resultó ser la hermana perdida de Yukino: Sorano.

No obstante, aquellos detalles no eran los únicos que la tenían inquieta.

Jellal caminaba en la delantera sin desviar la vista de enfrente, y aunque Lucy sabía que ya no era el loco enfermo de antes, sus nuevos aliados no lo favorecían.

—Un momento —Lucy se paró en seco, provocando que todos los demás también se detuvieran y la observaran con miradas poco amistosas, algo que la intimidó un poquito. Solo un poco—. Sé que nos han salvado y lo agradezco, pero no pienso dar un paso más hasta que alguien me explique qué es lo que están tramando.

—Déjate de tonterías y sigue caminando. No tenemos todo el día —la reprendió Ángel con el seño fruncido.

—Está bien —Jellal abandonó el frente del grupo para acercarse a la rubia—. Comprendo tu inquietud, Lucy; así que voy a ir directo al punto: tengo un plan para detener los Juegos Mágicos, pero para eso las necesito a ustedes y a las doce llaves del zodiaco para evitar abrir una puerta llamada Eclipse.

—¿Qué? ¿Una puerta? Nunca había escuchado hablar de ella... —Pero Jellal ya había regresado a su puesto antes de que pudiera resolver sus dudas.

—Lucy-sama, está bien. Por el momento, lo único que nos queda es confiar, y yo confío en mi hermana mayor —comentó Yukino, observando a Angel con una mezcla de cariño y añoranza.

—Tsk —masculló la mayor tratando de ignorar a la otra albina.

—Pero ¿cómo vamos a evitar abrir esa dichosa puerta? —inquirió Lucy, volviendo a ponerse en marcha.

—Supongo que lo averiguaremos más tarde —la reconfortó Yukino con una sonrisa amable.

El sonido de unas rocas cayendo puso en alerta a todos los magos. Y no era para menos, pues se supone que ellos eran las únicas personas en esos túneles.

—Se están acercando—informó Cobra, atento a su alrededor.

Las sombras comenzaron a desfilar por las paredes rocosas de forma frenética, avisando al grupo que no estaban solos.

—Prepárense para pelear —Jellas se puso en posición al igual que los demás, justo cuando otro grupo de magos apareció en el túnel, tapándoles el paso a la salida.

No pasaron ni cinco segundos cuando la pelea ya había estallado.

[...]
La imagen que tenía delante de ella era desgarradora.

Justo cuando llegó al lugar donde se desencadenó el desorden, fue testigo de cómo Ichiya peleaba arduamente contra sus compañeros de gremio.

A pesar de que la arena se había convertido en un campo lleno de sangre y muerte, Wendy no soportaba ver a sus amigos en peligro.

—¡Sherry! —Sherria corrió de inmediato hacia su prima, quien estaba convertida en una estatua de piedra.

—Tranquila, el efecto no es duradero —Wendy trató de calmarla.

—Pero está desprotegida. ¿Qué pasa si se llega a romper?

Antes de Wendy pudiera hacer o decir algo, su visión captó el momento exacto en el que Ichiya le propinó un golpe brutal a Bikslow, quien cayó al suelo malherido.

Wendy de inmediato se acercó para curarle. La sangre que emanaba de la herida era abundante, por lo que comenzó a inquietarse y usar más de su poder mágico.

Los Grandes Juegos MágicosWhere stories live. Discover now