Los Grandes Juegos Mágicos

7

De las pocas cosas que Wendy podía agradecer en este momento era que al menos estaba peleando codo a codo con una de sus amigas más preciadas.

Sherria era solo un par de años mayor que ella, aun así, gracias a las similitudes de sus hechizos fue que lograron congeniar muy bien.

Hasta hace unos momentos.

El sonido del primer cañón había dejado en shock a todos, y para empeorar las cosas, el presentador no tuvo ningún reparo en revelar la identidad de la primera víctima y de su asesino.

Víctima: Ren Akatsuki de Blue Pegasus.

Asesino: Elfman Strauss de Fairy Tail.

Al escuchar ese nombre, fue como si a Wendy le hubiera caído un balde de agua helada.

Simplemente no podía creer que uno de sus compañeros de gremio, su familia, haya cometido tal atrocidad.

Era impensable.

A unos metros de ella, Sherria estaba perpleja. La impresión la había dejado inmóvil y con la mirada clavada en el suelo. Otra razón para aumentar el dolor en el corazón de Wendy.

—Sherria, de verdad lo lamento tanto por tu prima. Seguramente es solo un malentendido o fue un accidente...

—Está bien. Ahora lo que más me importa es llegar hasta ella. Seguramente está destrozada.

Wendy asintió en silencio y procedió a seguir a su amiga, aunque en su mente se estaba librando otro conflicto.

[..]

—¡¿Escuchaste lo que acaban de anunciar, Mira?! No puede ser Elfman. ¡Él no es así! —Lisanna renegó con los ojos cristalinos y los puños apretados.

—Tranquila, Lisanna. Debe de haber una explicación para esto —la tranquilizó su hermana, aunque por dentro se estaba debatiendo la veracidad de aquellas palabras—. Por lo pronto, tenemos que llegar a él lo más pronto posible.

—¿Con que ustedes son las hermanas del maldito que rompió el tratado? —dijo uno de los miembros de Blue Pegasus con evidente sed de venganza.

—Veamos cómo se lo toma cuando descubra que están muertas —añadió otro mago con una sonrisa siniestra.

—Esto es por Ren —musitó otro de sus compañeros antes de lanzarse a la lucha.

Y los ataques comenzaron a llegar, causando que la frágil alianza terminara por desmoronarse y le diera paso al verdadero propósito de los juegos: la muerte.

[...]

La arena entera se había sumido en un caos total al haberse dado a conocer la primera víctima.

La cabeza de Natsu retumbaba mientras luchaba junto a Laxus y el maestro contra Iván y Jienma. Ninguno de los tres podía creer en las estruendosas palabras del presentador, pero tampoco podían bajar la guardia ante los adversarios.

—¿Qué pasó con tus valores de compañerismo y familia, viejo? —reclamó Iván con una sonrisa maliciosa —. Al parecer son un chiste. Palabras bonitas disfrazadas de falsedad e hipocresía. Uno de tus magos acaba de matar a otro. ¿Qué dice eso de ti como maestro?

—Te equívocas. La familia y los compañeros siempre serán lo más importante para Fairy Tail —refutó el maestro, observando de manera severa a su propia sangre—. Incluso si alguien se desvía del camino, lo ayudaremos a encontrar la luz. Solo lamento que nunca lo hayas comprendido.

—¿Cómo iba a comprenderlo si me echaste del gremio por considerarme una amenaza?

—Y mira en lo que te has convertido. Claramente, el abuelo tenía razón —agregó Laxus.