Capítulo 68

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No parecía ser una tarde muy distinta a las anteriores, al menos, para Jimin. El pobre pelirrosado, a pesar de sentirse agradecido con los Min por protegerlo en su hogar, también sentía que la monotonía acababa con su paciencia. Se sentía harto de sentirse en peligro, como también de saber exactamente qué pasaría a continuación. Por ejemplo, en ese mismo instante, tras haber recibido varias llamadas del sujeto que lo perseguía, el chico apagó el teléfono y, nervioso, comenzó a morder sus uñas. Ya podía imaginar a la señora Min ofreciéndole un poco de té para calmar sus nervios, seguido de alguna charla que no terminaría pronto.

Tal y como Jimin lo imaginó, la madre de Yoongi, quien, al salir de su habitación, pudo ver con claridad cuán nervioso se encontraba el menor, se preocupó, se acercó a él y puso una mano sobre su hombro.

—Cariño, ¿está todo bien?

—Sí, señora. No se preocupe.

—¿Quieres un poco de té? Eso te ayudará a relajarte.

Jimin sonrió dulcemente ante la —predecible— oferta de la señora y su preocupación. A pesar de no haber respondido nada, de todos modos, ella fue a prepararle una infusión caliente. El chico se paró de su lugar y la acompañó hasta la cocina.

—¿Qué sucedió, Jiminnie?

El chico no hizo más que reír por lo bajo al haber escuchado el tierno apodo por el que la mujer lo había llamado, probablemente, tras haberlo oído de la boca de su hijo.

—Quise encender mi celular para hablar con un amigo, pero el sujeto me llamó varias veces, así que volví a apagarlo.

—No se rinde, ¿verdad?

—Parece que no.

—Bueno, al menos no sabe en dónde estás, y no estás saliendo de aquí.

La señora, que estaba terminando de llenar la tetera con agua para ponerla al fuego, oyó al otro suspirar. Preocupada por haber generado un malentendido, cuando por fin dejó calentando el agua, secó sus manos y miró al menor.

—No quise decir que sea bueno que no salgas de esta casa. Es bueno porque estás a salvo, pero soy consciente de que necesitas salir y despejarte.

—Tranquila, lo entendí. Estoy un poco cansado, es todo. Al menos saldré con Yoongi un día de estos.

—¿Saldrás con Yoongi? ¿Deben ir a la comisaría?

—No, no, hay un evento al que ambos asistiremos.

—¿Qué evento?

—No lo sé, no dio muchos detalles.

—¿Él lo propuso?

—Algo así. Un amigo suyo, Hoseok, le dijo algo al respecto y simplemente me dijo que iremos esta semana.

La mujer negó con la cabeza y se fue al comedor. Después, se sentó a la mesa. Jimin, quien no comprendía muy bien su molestia, tomó asiento junto a ella.

—¿Qué sucede?

—No puedo creer que te haya invitado a salir.

—Señora Min, le juro que podré tener mis fallas, pero soy un buen chico, se lo aseguro —bromeó.

—Lo sé muy bien, cariño, no hablaba de eso. Me refería a lo irresponsable que fue Yoongi al haber decidido que te sacaría a la calle. ¡Él sabe mejor que nadie que debes quedarte en un lugar en el que no te vean!

—Sí, eso me pareció extraño.

Jimin, cabizbajo, comenzó a jugar con sus dedos. La señora Min lo miró con tristeza y repasó mentalmente sus propias palabras. Con cuidado, arrimó su silla un poco más cerca del joven y le tomó las manos.

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⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

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Lazos del destino [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora