Rhaenyra Targaryen había deshonrado a su casa, y así misma, después de una noche entre copas y follage, la princesa heredera había quedado en cinta. Viserys, el rey, ordenó que la joven fuera casada con nada menos que, Otto Higthower, su lord mano y...
La luz entrada sin vacilar por el vitral del ventanal, iluminando toda la habitación que parecía ser una tumba secuencial de dolor y tragedia. En una esquina, puesta de pie y con la mirada perdida sobre el hermoso vestido de color blanco, con detalles dorados, la joven Rhaenyra a penas a podía creer que el día de su tormento estaba por comenzar.
A penas pudo volver a la realidad cuando sintió el leve toque de las manos de su amada amiga, Alicent, le sonrió con dulzura, pero también con pesar, pues sabía que esto no era lo que Rhaenyra realmente deseaba. Sus cálidas manos se extendieron por los hombros de la menor, brindándole algo de consuelo, pero realmente no se sentía en paz, temía por su amiga, por lo que la vida le podría reparar junto a su progenitor.
Si bien Alicent amaba profundamente a su padre, sabía que era un hombre ambicioso, capaz de todo para conseguir lo que tanto había deseado desde que era un joven muchacho.... — Sentar a su sangre, en el trono de hierro." Miles de pensamientos y recuerdos dolorosos se albergaban en su mente, pero sobre todo, la pesadez del dolor causado por la partida de su madre años atrás, eso fue la gota de deslavazo todo sentimiento de amor puro del corazón de su padre.
*** Flasback 2 lunas atrás. ***
Alicent caminó hasta la torre de la mano en donde las estancias de su padre se encontraban. Cuando estuvo detrás de la puerta enorme de manera, tallada con emblemas de la casa Targaryen y el símbolo de la mano del rey justo en el centro, se dio cuenta que ya no había marcha atrás. Tocó dos veces, cuando escuchó la voz de su progenitor otorgando el permiso para pasar a la estancia, entonces ella, alisó sus vestidos, se acomodó el cabello y colocó su mejor cara.
— Padre. — la joven saludó un leve asentamiento de cabeza.
— Alicent, ¿qué te trae por aquí, hija? — pregunto lord mano sin levantarse de la mesa en donde parecía examinar algunos pergaminos.
— Quiero hablar con usted, padre. — ella se tragó su nerviosismo y levantó su cabeza. — Es sobre el asunto de Rhaenyra, y tu matrimonio con ella. — habló la joven.
Pronto Otto levantó su cabeza, levantándose de su cómoda silla para caminar hasta donde su hija se encontraba y tomarla de la mano.
— Este asunto no es algo que te compete, querida. El mismo rey lo ha decidido así. — habló con simpleza el mayor.
— Pudiste negarte. — atacó ella. — Pudiste alzar tu voz y proponer casar a Rhaenyra con otra persona, inclusive ella hubiera aceptado casarse con, Ser Leanor Velaryon, sabiendo que este tiene gusto por los varones. — alzó su mirada hacia su progenitor. — No me creas tonta, padre. Viserys me cuenta absolutamente todo, dentro de tres días seré su esposa, y también seré tu reina, debes aprender a respetarme, y dejar de mentirme a la cara. — sus ojos se clavaron en el hombre que permanecía estático.
— No tengo idea a qué te refieres, Alicent. Defendí a la princesa como tu me lo dijisteis, inclusive afirmé ante la corte, que ella "jamás había sido mancillada por Daemon." Aunque eso fuera mera falacia. — su mirada se intensificó. — Estoy harto de que todo buen labor que intento hacer para protegerlas, a ambas, lo vean como un vil acto. — suspiro con pesar. — Rhaenyra está embarazada, pero no precisamente de Daemon. — confesó. — El niño que la princesa espera, es de, Ser Harwin Strong. — afirmó.
Alicent abrió sus ojos como plato, sintió que sus piernas dejaban de afirmarse al suelo, si no hubiera sido atrapada por su padre, posiblemente esa noche, ella y él bebé en su vientre, hubieran muerto.
*** Fin Flasback *** ACTUALIDAD ***
Rhaenyra suspiro profundamente y sintió su mundo caerse en mil pedazos, aún así, tocó su vientre de casi cuatro lunas completas y una leve sonrisa se posó en su rostro con tranquilidad. Sabía que aunque no pudo casarse con el amor de su vida, y mucho peor con el padre del bebé que yacía creciendo en su vientre, aún así, ese niño tendría el amor de una madre tan incondicional, como lo sería ella.
Las puertas de pozo dragón fueron abiertas, los invitados admiraron a la belleza Valyria que portaba un vestido hermoso, digno representante de la casa de su padre, y también de su madre. Con hermosos bordados cosidos a mano en las mangas, simbolizando un par de águila en alto vuelo, y en su falda, tres dragones envueltos en llamas de fuego valyrio. Una tiara de oro y piedras preciosas, adornaba su cabeza, así mismo, su cabello cayendo en cascada con una media trenza envolviendo los primeros mechones de la parte delantera de su cabellera platinada.
Todos quedaron estáticos ante aquella joven, a pasos firmes y delicados llegó hasta donde el septon supremo los esperaba, su futuro esposo, Ser Otto Higthower, no pudo apartar la mirada de aquella joven que lucia como una diosa. El rey miraba con orgullo y nostalgia a su amada niña, así como la ahora, segunda consorte del reino, Alicent Higthower, la cual sostenía la mano de su adorado esposo, el rey, Viserys Targaryen. Ambos unidos como un par de padres orgullosos de su pequeño retoño.
Las capas fueron intercambiadas, el septo alzó su voz para que todos los presentes pudieran escucharlo.
— En presencia de los Siete, yo enlazo estas dos almas, uniéndolas para la eternidad. Mírense el uno al otro y digan las palabras. —
Ambos comprometidos levantaron sus rostros, sus miradas se conectaron por primera vez, y una sonrisa cálida salió de los labios de Otto. Rhaenyra sintió tranquilidad en su corazón, en mucho tiempo. Y así ambos, pronunciaron las palabras que los unieran para siempre.
— Padre, herrero, guerrero. Madre, dama, anciana, extraño. Yo soy de ella y ella es mía. Desde este día hasta el último de mis días." — dijeron ambos.
Un cálido beso fue depositado en los labios de la joven princesa, por primera vez, ambos enemigos saborearon el dulce néctar de los labios del uno y del otro. Y así, ante los dioses, en presencia de ricos y pobres, la heredera al trono de hierro, Rhaenyra Targaryen, y lord mano, Otto Higthower, contrajeron nupcias, a finales del 113 d.c.
El pueblo entero celebró la unión de ambas casas, el rey ordenó un festín de quince días completos, así mismo, un torneo en honor a los recién casados. Bajo el cielo de King's Landing, en una noche sin estrellas, y con poco amor en sus corazones, ambos esposos se encamaron para cumplir con lo que debía ser, "su deber."
