¿Era un laberinto? Delante de la novata, a través de los muros, distinguió unos pasillos que iban a la izquierda, a la derecha y todo recto. Las paredes eran similares a las que rodeaban el Claro, y el suelo estaba hecho de los mismos bloques de piedra enormes que había en el patio. Incluso parecía haber más hiedra allí fuera. A lo lejos, los cortes en las paredes daban a otros senderos, y más allá, quizás a cien metros o así, el pasillo recto llegaba a un callejón sin salida.

Como si las cosas no pudieran ponerse más raras. Le habían borrado la memoria y le habían metido en un laberinto gigante. Era una locura tan grande que hasta le hacia gracia. Le dio un vuelco el corazón cuando, de improviso, apareció un chico doblando una esquina para entrar en el pasillo central desde una de las desviaciones a la derecha, corriendo hacia él, en dirección al Claro. Sudoroso, con la cara roja y la ropa pegada al cuerpo, el chico no aminoró la marcha y apenas miro a Violet al pasar por su lado, aunque al chico asiático se le notaba lo sorprendió, Claro era la única chica allí. Se dirigió directamente al edificio achaparrado de cemento situado junto a la Caja.

Violet se dio la vuelta con los ojos clavados en el corredor agotado, sin estar segura de por qué le había sorprendido tanto aquel nuevo acontecimiento. ¿Por qué no iba la gente a salir para examinar el laberinto? Entonces se dio cuenta de que otros entraban por las tres aberturas restantes del Claro, todos corriendo y tan hechos polvo como el tipo que acababa de pasar a toda velocidad por su lado. No podía haber nada bueno en el laberinto si aquellos chicos llegaban tan rendidos y agotados.

Observó con curiosidad mientras se reunían en la gran puerta de hierro del pequeño edificio; uno de los muchachos giró la rueda oxidada y gruñó por el esfuerzo.

La gran puerta por fin se abrió y, con un chirrido ensordecedor del metal contra el metal, los chicos la abrieron del todo. Desaparecieron dentro y la cerraron de un portazo. Violet se quedó con la vista fija mientras su mente daba vueltas en busca de alguna posible explicación a lo que acababa de presenciar. No se le ocurrió nada, pero hubo algo en aquel espeluznante y viejo edificio que le puso la piel de gallina con un escalofrió inquietante.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un gran estruendo que resonó en el aire. Le siguió un horrible crujido chirriante. Era como si la tierra temblara. Miró a su alrededor, aterrorizada. Los muros se estaban cerrando, dejándole atrapada dentro del Área. Una creciente sensación de claustrofobia le ahogó, le comprimió los pulmones, como si el agua le inundara sus cavidades. Contó hasta tres para lograr tranquilizarse, al lograrlo estaba demasiado fascinada, demasiado consternada por el cierre de las puertas frente a ella

Se puso de pie apresuradamente y retrocedió unos cuantos pasos temblorosos para verlo mejor, aunque le costó bastante creer lo que estaba viendo El enorme muro de piedra a su derecha parecía desafiar todas las leyes de la física al deslizarse por el suelo, echando chispas y polvo mientras se movía, roca contra roca.

El crujido hizo que le vibraran los huesos. Violet se dio cuenta de que sólo se estaba moviendo esa pared, que se dirigía hacia su vecina de la izquierda y se preparaba para sellarse, deslizando aquellas barras que sobresalían para meterse en los agujeros taladrados al otro lado.

Notó como si su cabeza girara más rápido que el cuerpo y el estómago se le revolviera del mareo. En los cuatro lados del Área, sólo las paredes de la derecha se movían hacia la izquierda para cerrar el espacio de las puertas.

«Imposible - pensó - ¿Cómo van a hacer eso?»

Reprimió las ganas de salir corriendo de ahí, de deslizarse por los bloques de piedra en movimiento antes de que se cerraran y huir del Área. Ganó el sentido común. El laberinto era incluso más desconocido que la situación de ahí dentro. Intentó visualizar cómo funcionaba aquella estructura. Unas paredes de piedra inmensas, de varios metros de altura, que se movían como puertas de cristal correderas, una imagen de su vida pasada que, por un instante, apareció en sus pensamientos. Intentó agarrarse a aquel recuerdo, retenerlo, completar la escena con caras, nombres. un lugar, pero se desvaneció en la oscuridad.

Una punzada de tristeza atravesó el resto de emociones, que giraban como un remolino.

Observó cómo el muro de la derecha alcanzaba el final de su trayecto y sus barras conectoras encontraban su objetivo para entrar en él sin problemas. Un estruendo retumbó en el Claro cuando las cuatro puertas se cerraron herméticamente por la noche. Violet sintió un último instante de terror, un poco de miedo en el cuerpo que desapareció de inmediato.

Una sorprendente sensación de tranquilidad le calmó los nervios y soltó un largo suspiro de alivio.

-¡Oye Novata!- la voz del rubio se escuchó detrás suya, está volteo aún asombrada siguiendo las señales del chico

»te mostraré la cabaña donde dormirás, Mañana será un día especial-

»te mostraré la cabaña donde dormirás, Mañana será un día especial-

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

no sean lectores fantasmas!!!

Si algo está mal pueden comentar y corregir sin ningún problema

Experiment | NewtWhere stories live. Discover now