TRAITOR ━Ron Weasley [1]

21, la derrota

21, LA DERROTA

Durante los días que siguieron, en el colegio no se habló de otra cosa que de Peter Pettigrew. Las especulaciones acerca de cómo había logrado penetrar en el castillo fueron cada vez más fantásticas; Elizabeth Argent, de Ravenclaw, se pasó la mayor parte de la clase de Transformaciones contando que Pettigrew podía transformarse en un arbusto florido.

Habían quitado de la pared el lienzo rasgado de la Señora Gorda y lo habían reemplazado con el retrato de sir Cadogan y su pequeño y robusto caballo gris. Esto no le hacía a nadie mucha gracia. Sir Cadogan se pasaba la mitad del tiempo retando a duelo a todo el mundo, y la otra mitad inventando contraseñas ridículamente complicadas que cambiaba al menos dos veces al día.

—Está loco de remate —le dijo Seamus Finnigan a Percy, enfadado—. ¿No hay otro disponible?

—Ninguno de los demás retratos quería el trabajo —dijo Percy—. Estaban asustados por lo que le ha ocurrido a la Señora Gorda. Sir Cadogan fue el único lo bastante valiente para ofrecerse voluntario.

Pero lo que menos preocupaba a Aurora era Sir Cadogan. Los profesores habían comenzado a buscar excusas para acompañar a Euphemia a todos lados, por ende, acompañando a sus amigas. Además, los gemelos Weasley también salían acompañarlas, poniendo la excusa de que extrañaban a su hermanita.

El tiempo empeoró conforme se acercaba el primer partido de quidditch. Gryffindor contra Slytherin. Aurora estaba muy ansiosa por el partido, porque aunque no juegue, el quidditch había comenzado a gustarle. Pero luego todos se enteraron de que jugarían con Hufflepuff, debido a que un integrante del equipo de Slytherin estaba leasionado.

El día anterior al partido, el viento se convirtió en un huracán y la lluvia cayó con más fuerza que nunca. Estaba tan oscuro dentro de los corredores y las aulas que se encendieron más antorchas y faroles. El equipo de Slytherin se daba aires, especialmente Malfoy.

—¡Ah, si mi brazo estuviera mejor! —suspiraba mientras el viento golpeaba las ventanas.

Para sorpresa de las cuatro amigas, el Lunes encontraron a Snape en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Se sentaron rápidamente en sus lugares y Olive preguntó:

—¿Dónde está el profesor Lupin?

Snape la miró unos segundos antes de responder.

—El profesor Lupin se encuentra enfermo —dijo, escribiendo en el pizarrón—. Hoy iremos a la página 50 del libro.

—Pero profesor Snape —dijo Aurora—. El profesor Lupin iba a corregir nuestros ensayos sobre los vampiros.

—Le agradecería que no me diga que hacer, Potter. Diez puntos menos para Gryffindor—dijo Snape, mientras Euphemia apretaba los labios, intentando no responderle—. Bien, hablaremos de los Trol, ¿alguien me puede decir qué es un Trol?