TRAITOR ━Ron Weasley [1]

13, fin de curso

13, FIN DE CURSO

Estuvieron unos buenos minutos petrificadas hasta que la profesora McGonagall las encontró y les quitó la maldición de Ron. Pero Aurora sabía que ya era tarde, porque Harry, Ron y Lockhart probablemente estaban dentro de la cámara de los secretos.

—¡Profesora! —chilló Aurora, levantándose—. ¡Harry y Ron han ido a la cámara de los secretos! ¡se han llevado al profesor Lockhart con ellos!

La profesora palideció y se apoyó en Olive.

—Vamos a mi despacho.

Las tres siguieron a la profesora McGonagall y Olive les tomó la mano en el camino. Aurora le sonrió a Euphemia con pena, que estaba tan preocupaba que respiraba con dificultad.

Una vez que llegaron al despacho de la profesora McGonagall y entraron, se sorprendieron de ver a Dumbledore allí, parado junto a la chimenea y consolando a una mujer pelirroja.

—Director, creo que le gustará escuchar esto —dijo la profesora McGonagall, cerrando la puerta.

Aurora se sentó junto a un hombre pelirrojo y sus amigas. La mujer y el director Dumbledore se acercaron a ellas y las saludaron. Dumbledore les pidió que contaran lo que sabían y sus amigas dijeron que Aurora era la más informada. Aurora, con el rostro ardiendo, comenzó a contarles lo que sabía sobre la cámara de los secretos y lo que había observado en Ginny.

—Pero Ginny no... —dijo el hombre pelirrojo, que Aurora supuso era el padre de los Weasley—. Ginny es sólo una niña...

La mujer pelirroja, que Aurora supuso era la señora Weasley, comenzó a llorar y su marido fué a consolarla. Aurora se sintió un poco incómoda ante aquello, ya que no le gustaba ver a la gente llorar y mucho menos consolarlas.

—Enviaré al profesor Snape detrás de Harry y Ronald —dijo el director Dumbledore—. Tal vez pueda tener suerte.

Dumbledore invocó un patronus con forma de ave fénix y le dijo algo, el patronus atravesó la ventana de inmediato y desapareció.

Se quedaron sentadas allí, esperando y observando cómo Dumbledore y la profesora McGonagall hablaban en voz baja. Aurora observó el suelo en silencio, esperando tener alguna noticia pronto.

—Has roto muchas reglas —dijo la profesora McGonagall, mirando a Aurora—, así que hablaremos bien de tu castigo una vez que Potter, Weasley y el profesor Lockhart aparezcan.

Aurora sintió su corazón latir rápidamente y asintió, aceptando lo que decía la profesora. Olive y Euphemia protestaron de inmediato, diciendo que les parecía injusto.

—Creo, profesora McGonagall —dijo el señor Weasley—, que la señorita...

—Nott.

—La señorita Nott —el señor Weasley frunció el entrecejo unos segundos y siguió hablando—: ha ayudado a Rom y Harry en todo esto y no me parece que reciba un castigo. Aunque haya roto las reglas, descubrió información valiosa que pudo ayudar.