TRAITOR ━Ron Weasley [1]

20, la huida de la señora gorda

20, LA HUIDA DE LA SEÑORA GORDA

La primer semana paso muy rápido para el gusto de Aurora. Así que cuando menos lo esperó, el fin de semana llegó y eso significaba que tenía más tiempo libre.

No se habían encontrado con Harry, Ron o Hermione más que en las comidas, pero se evitaban completamente debido a que Olive y Harry no se podían ver. Aurora lamentaba bastante aquello, ya que Hermione y Ron eran buenos amigos para ella.

El Sábado por la tarde ocurrió una de las cosas que Aurora más tenía. Estaban las cuatro en la habitación, escuchando música desde el tocadiscos de Olive. Era Madonna, que a Aurora en particular le había gustado mucho. Ginny leía la revista de Corazón de Bruja junto a Olive, mientras reían ocasionalmente, señalando fotografías de parejas o de chicos. Euphemia revisaba su armario, esperando encontrar algún abrigo que combine con su pantalón, y Aurora estaba sentada con la cama, con Nottie durmiendo en su falda, mientras disfrutaba de la música con los ojos cerrados.

—Aurora —la llamó Olive, que ya no leía junto a Ginny, ni se reían. Estaba parada frente al armario de Aurora, con la túnica descosida en la mano—. ¿Por qué tienes la túnica así?

No sonaba a regaño, pero Aurora se sintió pequeña luego de escuchar aquella pregunta. Se quedó en silencio, sin saber qué decir.

—Tus padres tienen dinero —comentó Euphemia—. ¿No les has dicho que te hacía falta una túnica?

Ginny miraba la escena en silencio, lo suficientemente avergonzada de su propia túnica como para decir algo. Aurora entendía, por lo que sus padres le habían contado, que los Weasley no tenían mucho dinero.

—Yo... —su voz se cortó debido al gran nudo que se le formó en la garganta—. No...

Aurora cerró la boca y trató de respirar tranquilamente, esperando no llorar en ese momento. Aurora no era buena demostrando sus sentimientos. En su casa estaba prohibido llorar o emocionarse demasiado, así que nunca había llorado delante de nadie que no sea su hermano.

—¿Estás bien, Aurora? —preguntó Ginny con suavidad, con una expresión preocupada.

Esa pregunta fué suficiente para que Aurora se tape el rostro y deje salir las lágrimas. Apretó con fuerza, esperando atrapar sus lágrimas dentro de su cuerpo, y se dobló para apoyar su cabeza en sus piernas, evitando aplastar a Nottie, que siguió durmiendo como si nada.

Sintió que la cama se hundía a sus costados y detrás de ella. Luego sintió que le acariciaban la espalda. Aurora lloró con más ganas al notar aquella contención.

—Rory —murmuró Olive—. ¿Quieres contarnos qué sucede?

Aurora se enderezó y limpió sus mejillas con brusquedad. Olive y Ginny se habían sentado a su lado y Euphemia estaba arrodillada en la cama detrás de Aurora. Euphemia se acercó y Ginny se movió para dejarle lugar. Las tres miraban a Aurora con preocupación.