Epílogo

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Dos años y medio después

Como se había hecho los últimos tres años, Helena mirada recostada junto a Lara en su auto a los chicos "discutiendo" por elegir alguna habitación del campamento Abbey Wood Caravan and Motorhome Club Campsite, desde que los gemelos Maxwell se sumaron a esa "tradición" los dos años anteriores, terminaban haciendo lo mismo, intentando resolver el problema jugando "rock, paper, scissors". A las dos les causaba gracia verlos rebajarse a su nivel siendo mujeres y hombres adultos de casi cuarenta años. El único que parecía disfrutarlo era Pinky, parecía animar a sus "pequeños" humanos favoritos, brincaba y ladraba como si intentara ayudarlos a ganar.

—¿Será que todos los años harán lo mismo? —preguntó Helena divertida, arqueando una ceja miró a su pareja.

—Por lo menos hasta que tengan algún noviazgo, amor —se rio despegando su cuerpo del bumper.

¡Eso es trampa! —exclamó furioso Rick pasándose la mano sobre el rostro— Lara, tus sobrinos son unos tramposos. El año pasado también ganaron.

—¡Basta! ¡Parecen niños! —se quejó Lorraine frustrada, les hizo gracia ver cómo los regañaba.

—Me alegra que Lorraine y Vanessa se sumen este año —comentó Helena entre risas tomándole la mano para que se acercaran.

—Entre más mejor —entrelazó sus dedos, pero la publicista no se imaginaba que Lara tenía en mente otra cosa.

La ojiverde había planeado unos meses atrás pedirle matrimonio a Helena, llevaban casi tres años juntas. Sentía que llegaba el momento de dar el siguiente paso, uno más seguro y serio. Como estuvo haciendo viajes casi seguidos, consiguió comunicarse con los administradores del campamento para utilizar el mirador que describieron hacía poco gracias a ellos. Miró a la mujer de su vida mostrar los hoyuelos mientras se reía cuchicheando cosas con JB y Daisy, sabía que hablaban de sus parejas, siempre lo hacían, negando divertida con la cabeza, entró a escondidas de todos. Se desplazó hasta la mejor habitación, era oficial que sería suya y de su pareja, acostándose cerró los ojos, podía escucharlos quejarse por su repentina desaparición.

—No sé por qué me lo imaginaba —comentó Helena recostada en el umbral, tenía una sonrisa maliciosa.

—Estaban distraídos hablando, yo solo fui inteligente y aproveché —encogió sus hombros cruzando las piernas sobre la superficie suave.

—Mi heroína —su burló sentándose al pie de la cama luego de haber cerrado la puerta—. ¿Puedo saber por qué tanto misterio, amor? —se inclinó lo suficiente para quedar cerca de sus labios.

—Mhm... Mi único misterio es que te amo —sonrió lasciva, no caería en su juego—. Ahora, señorita Evans. Le recomiendo no provocarme, porque en cualquier momento entrará Becca o JB.

—Andas sospechosa, no puedes mentirme —rozó su nariz con la suya—. Puedo leerte, ¿sabes?

—Mi cielo, te lo advertí —tomó el cuello de su blusa llevándola consigo, entre una risa nerviosa de Helena cayó encima suyo.

Preciso momento en que la capturó entre sus piernas, Jamie abrió. Se tapó los ojos de inmediato como si estuvieran haciendo cosas indebidas. Lara se rio fuerte dejando libre a Helena, esta miró a su mejor amiga con una mirada interrogante.

—Jamie, no seas dramática —bufó la publicista sentándose—. ¿Necesitas algo?

—Me tapé los ojos solo por precaución, nunca se sabe si pueden estar haciendo algo —se defendió.

—¿Para eso no deberías tocar la puerta? —Lara se recostó sobre sus codos mirándola burlona.

—¡Cómo sea! —rodó los ojos— Vine porque vamos a ir a comprar la comida. Si ocupan algo antes salir a caminar, pueden decirme.

Un Corazón NuevoWhere stories live. Discover now