22. La carrera

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22. La carrera

Diana Leone

Cuando metí el coche en el recinto de la carrera, todos se apartaron para dejarme pasar. Escuché a mi banda gritar mi apodo en vítores.

—¡Huracán, Huracán, Huracán!

—¿Quién es Huracán? —me preguntó Anna desde el asiento de copiloto.

Sonreí orgullosamente antes de responder.

—Yo. Ese es mi apodo.

—¿Por qué no me sorprende? —se burló, haciéndome reír.

Ella miraba por la ventana asombrada, con la vista perdida en los coches, el gentío y el movimiento de personas.

—No soy muy fan de estas cosas.

—Nunca has estado en una carrera clandestina, Anna.

—Lo sé, pero también sé que no me gustan.

Reí entre dientes y aparqué el coche junto a los de mi banda. Anna hizo el amague de salir, pero la detuve con prisa.

—Abre la guantera —pedí. Cuando lo hizo, rebusqué en el interior y saqué una bandana de repuesto que tenía antes de entregársela—. Póntela, te mantendrá protegida.

—¿Una bandana va a protegerme?

—Estaré contigo todo el tiempo, pero si te molestan mientras estoy corriendo solo díles que vienes con Huracán —expliqué—. De todas formas, te verán llegar conmigo.

Ella no pareció muy segura pero aceptó mientras yo le ataba el trapo amarillo al brazo. Una vez estuvo lista, salimos del coche.

—¡Huracán, ¿estás preparada?! —saltó uno de mi banda sobre mí.

—¡Vas a hacerlo genial!

—¡Confíamos en ti!

—¡Acaba con ellos, Huracán!

Agradecí con sonrisas antes de entrelazar mi mano con Anna y sacarla de la multitud, puesto que se veía un poco agobiada por estar en medio.

A lo lejos, visualicé a Marco junto a los Ricci y tiré de Anna para ir hasta ellos. La noté relajarse un poco al ver una cara conocida.

—Hola, cariño —saludé, besando rápidamente a mí novio.

—¿Emocionada, caos?

—Ansiosa —corregí—. Hola, chicos.

—Hey, Huracán, he apostado por ti —me dijo Matteo—. Sólo para que lo tengas en cuenta.

Sonreí. No entiendo cómo, pero había logrado formar parte de la extraña familia que eran los Ricci.

—Gracias por la confianza —dramaticé—. ¿Adonis está con los niños?

—Mi marido es el único que puede estar rodeado de tanto crío sin morir en el intento. Yo vengo a representarlo, por todo eso de que es el Antonegra y tiene que asistir a eventos.

Velocità (Mafia Italiana #4)Where stories live. Discover now