17. Cenita familiar

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17. Cenita familiar

N.A.: ¡Hola! Estoy muy liada, puesto que pronto cojo las vacaciones en el trabajo y tengo que acabar un montón de cosas pendientes que tengo, así que hoy os publico solo un capítulo para no dejaros tanto tiempo sin nada que leer. Intentaré actualizar lo antes posible, promesa. 

Diana Leone

Me bajé del coche una vez lo aparqué dentro del recinto de los Ricci. Marco me imitó, viniendo hasta mí para entrelazar nuestras manos y guiarnos hasta la casa del centro. Si no me equivoco, esa era la del Capo. 

—¿Preparada?

—No sé qué responder a eso —Marco se rió, dándome un beso en la coronilla, y nos guió hasta el jardín que es de dónde venía todo el alboroto. 

Eh... Guao. 

Habían dos niños pequeños, de no más de dos años, jugando a peleas mientras que se revolcaban por el suelo. Una niña de unos diez u once, ¿doce, quizá?, correteando detrás de un perro enorme. Y, por último, una bebé que gateaba cerca de Massimo. 

—¡No es justo! —escuché chillar a Lía— Tú estás trabajando.

—Yo no estoy embarazada, rubia. 

Compartí una mirada con Marco, ambos riendo en silencio por la discusión de la pareja. 

—¿Nosotros nos vemos así de idiotas? —le susurré, riendo. 

—Probablemente nos veamos incluso peor, caos. 

—Ay, no —lloriqueé, conteniendo la carcajada. 

Mi chico soltó una risita, antes de hacernos avanzar un par de pasos más. 

—¡Chicos! —llamó la atención de todos.

—¡Tío Marco! —la niña más grande corrió hasta mi novio, con el perro siguiéndola. 

—Hola, Trix —sonrió, aceptando su abrazo. Sin poder evitarlo, le hice burla a Marco. Él me miró mal—. Mira, ella es Diana, mi novia. 

La chica, Trix, se apartó de Marco y me miró. Su sonrisa se volvió un poco más... ¿sádica?

—Soy Beatrix, Trixie —presentó—. Como le hagas daño a Marco me encargaré rebanarte la garganta. 

—¡Beatrix! —le chistó Marco, ella sonrió encantadoramente. 

—Lo siento —me miró, negando con la cabeza como si dijera un: no lo siento, puta. 

Luego, se dio la vuelta y volvió a corretear con el perro. 

—Joder, menuda niña —resoplé—. Esta es la de Matteo y Roxy, ¿cierto?

Marco asintió, sonriendo divertido. 

—¡Huracán! —los súper jefes no tardaron en estar a nuestro alrededor, junto a sus mujeres. 

—Oí que ganaste la semanal el otro día. Felicidades —me sonrió Lía. 

—Gracias —asentí. ¿Cómo coño se enteraba de todo?

—Ella es Davina, la mujer de Massimo —me presentó Marco—. Y ella es Roxy, la de Matteo. 

—Roxy y yo nos conocemos un poco, hemos hablado un par de veces —sonreí—. ¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú?

—Viva, supongo —bromeé. Después, miré a Fuego—. Un placer, señora Ricci. 

—Solo Davina —sonrió ella, sin hacer indicios de saludarme con un estrechón o un abrazo, pero sonando contenta. 

—Ella es Diana, mi novia —terminó Marco. 

Velocità (Mafia Italiana #4)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang