26.

3.4K 425 289
                                    

26

(…)

Kevin:

Me desperté por el sonido de el despertador.

Lo apague y bostece.

——Caleb, levantate ya, ambos tenemos que arreglarnos.

Empecé a darle leves empujones y el solo se quejaba sin soltarme.

——Si no me sueltas te pateó las bolas.

Me soltó inmediatamente y se sentó en la cama.

——listo, libre estás.— me sonrió y luego bostezo.

Rodé mis ojos y me senté en la cama para luego estirarme.

——Me baño yo primero.—dije y Caleb me lanzo una almohada.

——¿Se te olvida que soy tu novio? Nos vamos a bañar los dos, no acepto un no.— dijo y luego me jalo hacia el baño.

Ya no tenía decisiones propias, se adueñaron de mi vida.

Y de mi corazón también.

Obligado pero no puse ninguna fuerza y acepte bañarme con el.

La privacidad acá no existe, se me la robaron.

Ambos nos arreglamos y antes de que me pudiera poner mi bandana.
La cual había dejado olvidada estos días...

Caleb me la quito y saco algo de su bolso.

Habían dos pulseras nuevas.

Una de ellas era roja y la otra azul.

——Ya ves… ¿Quieres usarlas?— preguntó con timidez.

Yo lo mire enternecido.

Mi corazón latía a toda velocidad.
Mis ojos brillaban al verlo sonreírme tímidamente.

Amaba a este hombre.

——Eso no se pregunta. Claro que sí, idiota.— lo abracé.

El suspiro y me devolvió el abrazo.

Heartstopper me hizo entender que lo que sentia cuando estaba con el no eran simples “mariposas” eran hojas y esa maldita chispa invisible que se halla entre los dos.

Sentir chispas cada que estoy con el me hace sentir mareado y feliz.

Lo amo tanto que me siento abrumado por este sentimiento tan grande.

Me aclare la garganta y agarre su muñeca para colocarle la suya.

La suya era de color azul.

La mía era la roja.

A ambos nos disgustaba el color favorito del otro, pero amaba mis al portador de dichosos gustos.

El me ayudó a colocar la mia.

——Muy bonito y te agradezco todo, pero hay que apurarle porque tú y tu necesidad de hacer desayuno nos va a atrasar.

——¿Planeabas no desayunar, Kevin?

El tono, el tono en el que había dicho mi nombre significaba que me iba a ganar una puteada.

——¿Yo? No, claro que si planeaba desayunar, la primera comida es la más importante, vamos.— lo jale del brazo mientras me reía nerviosamente.

——Kevin.

Maldito hijo de puta.

——Estoy comiendo bien… desde que tú vienes.

¿Como En Los Libros? | COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora