¿Como En Los Libros? | COMPLETA ✓

17

La nueva versión del capítulo 17 por fin está publicada! (En esta encontrarán dibujos!) 😮‍💨✨💕

Kevin:

Empiezo a hartarme de andar en círculos por mi habitación sin saber que hacer.

Mi corazón late con fuerza, pero mi cabeza está hecha un lío, no puedo evitar sentirme mareado. El aire empieza a ponerse pesado y mi respiración se comienza a acelerar.

En eso la puerta de mi habitación se abre.

—Kevin la… —se frena al verme y se apresura a abrazarme.

La aprieto con fuerza y hundo mi cabeza en su hombro, echándome a llorar.

—¿Qué pasó cielo? —me pregunta asustada.

Trato de hablar, pero mi voz se quiebra y el hipo tampoco me permite decir algo con claridad.

Ella acaricia mi cabello con delicadeza y empieza a tratar de calmarme como si de un bebé se tratase.

—Tengo miedo —digo en un hilo de voz.

—¿De qué mi niño? —me pregunta separándose un poco de mí.

Toma mi cara húmeda en sus manos y trato de regular mi llanto para poder decir algo.

—De mí.

Mi balbuceo la pone tensa y en seguida me mira en pánico.

—¿Por qué? Kevin me asustas… —acaricia mi mejilla y no despega su mirada de la mía.

El corazón vuelve a contraerse en mi interior y siento como si mi garganta se quedara sin voz. No puedo entender lo difícil que es aceptar lo que tengo que decir.

«¿Por qué simplemente no puedo?..»

Las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas más rápido que antes y antes de que vuelva a estallar en llanto decido hablar y confieso.

—Me gusta Caleb —mi voz se quiebra, pero una pequeña sonrisa se asoma en el desastre de mi rostro—. Él es perfecto y no tendría razones para llorar, pero me asusta, me asusta saber que lo amo, que ya no es un amigo más, que puedo cagarla y perderlo, que no soy suficiente, que el merece más, que… Me da miedo amarlo porque soy yo y se que él probablemente no se atrevería a decirme que no, pero… ¿Y si lo hiciera?

Mi voz tiembla al igual que mis manos, puedo sentir como de solo pensarlo mi respiración se hace nula y mi corazón se detiene como si estuviera muriendo.

Los brazos de mi madre y su cálida voz me arrullan. Puedo sentir como me abraza con fuerza y como con sus labios besa mi cabeza como si tratara de consolarme con caricias.

—Ay cielo… ¿Quieres hablar de eso? —acaricia mi espalda.

Asiento con la cabeza y dejo que ella me guíe hasta la cama porque las lagrimas acumuladas en mis ojos no me facilitan ver.

Ella toma mi mano y la aprieta con una fuerza consoladora.

—Trata de respirar y contarme.