Capitulo 19

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Los días pasaron con normalidad, su tiempo de reposo se terminó haciendo que volviera a sus tiempos de entrenamiento por Etoiles, cuidar un poco de Richarlyson y al igual que siguiendo órdenes de Cellbit, el cual le solía pedir pequeñas cosas como si fuera su esclavo.

Encargándose de cumplir todos los caprichos del líder, como por ejemplo, que le trajeran la comida, también servir de mensajero, o mandarlo a la biblioteca por un libro en específico, sin embargo, por más extraño y raro que sonara, no podía quejarse.

¿Cómo quejarse cuando gracias a eso podía ver a Cellbit mucho más tiempo?.

Si, podría ser un poco tonto, pero el solo mirarlo unos pequeños minutos para cumplir esos mandatos, le producían muchos sentimientos que por más que quería controlar o retenerlos, no lograba hacerlo, era como si tuvieran vida propia y cada día tomaran el absoluto manejo de su cabeza y corazón.

Sabía que era incorrecto.

Mirar secretamente al líder mientras sentía esos latidos rebozar de alegría.

Era estúpido, se sentía como un chico de instituto el cual tenía un amor platónico por alguien más, y solo podía observar desde lejos sin tener la posibilidad de acercarse para iniciar una conversación.

Solo observando y sintiendo aquellos sentimientos.

Era como un chiquillo experimentando esa necesidad de desear estar al lado de quién le gustaba.

Aún así, por más que nacieran deseos, debía conocer sus límites y marcar una línea teniendo consciencia de que las cosas no eran tan fáciles como simplemente dejarte llevar por esos sentimientos, lo sabía, era cosa casi imposible.

Pero, ¿Qué hacer?.

Tampoco se podía obligar a dejar de sentir, aunque lo quisiera y supiera que es lo mejor, no podía decirle a su corazón que dejara de latir, no podía decirle a su cuerpo que dejara de producir aquella dulce sensación.

Era absurdo.

Por lo que tal vez solo tenía que vivir con las manos amarradas sin la esperanza de que su corazón sea libre.

Pero...

Apesar de todo.

Ahí estaba, de nuevo frente a la puerta de madera que conocía perfectamente, incluso sabiéndose el recorrido por toda la sede para llegar justo a ese lugar.

El despacho del líder.

¿Qué le parecía incorrecto sentir algo por el líder?.

Si, pero eso no significaba que tenía que dejarlo de ver, ¿O si?.

Un pequeño vacío legal, además de que se trataba de su jefe y obviamente tenía que saber si necesitaba algo en todo momento.

Podría ser una excusa, sin embargo, no le importaba para nada tomar esas excusas para estar cerca de Cellbit y seguir sintiendo esos latidos despertar en su interior. Miró la bufanda doblada que tenía entre sus manos, la que Cellbit le había prestado el día que fueron al cementerio, la tenía guardada no encontrando el valor de devolverla, pero ahora que habia tomado todas las fuerzas posibles, se encontraba frente a ese despacho.

Alzó la mano para tocar suavemente, esperó unos segundos y escuchó un "adelante" que activó todos los nervios de su cuerpo, se relamió los labios resecos y respiró profundamente para tranquilizarse. Listo, fue abriendo la puerta para adentrarse y detenerse a unos metros del líder, quien leía unos documentos como era costumbre.

Se quedó mudo unos segundos hasta que el hombre elevó su mirada observándolo interrogante por la repentina visita, no recordaba haberlo solicitado en el despacho.

Ordo Theoritas. [GUAPODUO]Where stories live. Discover now