CURVAS SIN MIEDOS

CAPITULO 6

CAPITULO 6

BAILANDO CON EL DESTINO

ZAHARA

Las personas de mi alrededor se encuentran expectante, con la mirada hacia el escenario y otras, se preguntan a qué artista hemos invitado. Creo que se sorprenderán al ver al cantante francés, dudo que lo hayan escuchado, sin embargo, estoy segura de que les gustara. Como me gusta a mí.

No mentía cuando le dije que escuchaba sus canciones, sus letras están tan cargadas de sentimentalismo que puedo sentir lo que quiere decir. Pocos artistas logran ello, expresar a través de la música y es por eso que me gusta, aun cuando no conocía su rostro, ni su nombre, solo su voz.

Me parece extraño que Azahar no me haya contado que lo contrato en la discográfica y lo atribuyo a que tal vez, me vio tan metida en los preparativos de la fiesta que no me quería desenfocar.

—¿Cómo podemos confiar que es bueno? —pregunta Dulce a mi lado.

—Si los hermanitos Egorova lo dicen. Les creo. —dice convencida Annette.

Muerdo mi labio inferior, mirando hacia el escenario cubierto nuevamente por el telón. Azahar fue rápido y en menos de veinte minutos hizo que trajeran un piano de cola para el cantante. El cuál nunca imagine encontrar, justamente a él que proviene del otro lado del mundo y, tan solo pensar en nuestra breve conversación provoca un hormigueo en mi piel.

—¿Te encuentras bien?, ¿por qué estas tan sonrojada? —Devi toca mi frente, preocupada—¿Quieres agua?

Llevo una mano a mi mejilla, comprobando que me encuentro caliente y niego con mi cabeza, aumentando mi sonrojo.

—Estoy bien, solo tengo calor.

Miento. No puedo decirles a las chicas que hable con el cantante porque enseguida me harán preguntas, querrán saber que paso y no fue el gran suceso. Solo me llamo "preciosa" y me lo han dicho anteriormente, pero... no sé cómo explicarlo. Me gusto escucharlo de sus labios.

El telón comienza a abrirse y los reflectores apuntan hacia el escenario, donde un piano blanco brilla como una perla en el centro. Tomo aire cuando el francés aparece, con su espalda ancha y trabajada que se dibuja bajo un traje azul oscuro que roba el aliento de las mujeres de mi alrededor.

Se sienta en el banquillo y sus manos empiezan a acariciar suavemente las teclas, creando una melodía que eriza mi piel por la delicadeza que expresa y reconozco de inmediato la canción que interpreta. Y con voz ronca, comienza a cantar.

—" Cuando la lluvia sopla en tu cara

Y todo el mundo está en tu contra

Podría ofrecerte un cálido abrazo

Para hacerte sentir mi amor.

Cuando las sombras aparezcan en la noche y las estrellas iluminen

Y no haya nadie allí para secar tus lágrimas

Podría abrazarte por un millón de años

Para hacerte sentir mi amor

Se que aún no te has decidido

Pero nunca te haría daño

Lo supe desde el momento en que nos conocimos

Pasaría hambre

Iría al mar

Iría a marte

No hay nada que no haría

Para hacerte sentir mi amor"

Me quedo hipnotizada por su forma de cantar, trasmite tanto y pienso que a la persona que le escribió la canción debe amarla demasiado para dedicarle palabras llenas de amor.