CAPITULO 22

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CAPITULO 22

Bailando con el pasado, besando al presente

Zahara

—" Quizá es la forma en la que dices mi nombre. Quizá es la forma en la que juegas tu juego."

Muevo mi cuerpo con movimientos fluidos al tiempo que, tarareo la canción, sintiendo cada palabra. Mi habitación es testigo de mi humor.

—" Pero es tan bueno, nunca he conocido nadie como tú. Pero es tan bueno, nunca he soñado con nadie como tú."

Me pruebo frente al espejo un vestido de manga largas de un tono similar al color de mis ojos, no me termina de convencer como me queda y paso al siguiente outfit.

—" Y he oído hablar de un amor que viene una vez en la vida y estoy bastante segura de que eres ese amor."

Veo mi reflejo a través del espejo, mis mejillas están sonrojadas y mi cabello despeinado, pero hay algo que me gusta de mi reflejo y es mi sonrisa. Una sonrisa natural, no forzada, no ensayada. Simplemente natural.

—" Porqué estoy en un campo de dientes de león, al soplar cada uno, deseo que seas mío."

Hoy tengo buen humor, me siento feliz y lo reflejo en mi canto, en mi manera de bailar alrededor de la habitación con la música en alto y con la ropa desordenada encima de la cama, buscando algo bonito que ponerme hoy.

Es lunes y comienzo con mi rutina. Planeo ir a desayunar con las chicas, almorzar con papá, retomar mis clases de baile libre y pasar la tarde en el estudio con Catriel. Va a hacer un día agitado, pero debo retomar mi vida y no encerrarme en casa por miedo.

Espero que tras lo que dije en la conferencia de prensa, mi admirador entendiera que su acción no me agrado y realmente espero que lo respete.

—¿Estamos en la etapa de escuchar canciones de enamorada?

Me volteo para ver a Azahar apoyado en el marco de la puerta, en sus manos trae las llaves del auto.

—No sabía que existía una etapa.

Me hago la tonta y recibo una risa de respuesta. Entra en mi habitación y trata de sentarse en mi cama, haciendo aun lado mi ropa.

—Por esta vez, voy a dejar pasar que me estas mintiendo, sirena. —me mira, achinando sus ojos —Me estoy por ir, voy a ir a desayunar con Axel, ¿me acompañas o...?

Lo miro a través del espejo.

—Me encantaría, pero quede con las chicas. Envíale un beso de mi parte.

—Le daré dos. Uno en el cachete de tu parte y otro en los labios de mi parte.

Es él que me hace reír, se levanta de la cama y se detiene a mis espaldas. Me toca el hombro.

—No hace falta que te arregles demás, sirena. Tú ya eres preciosa.

Abro mis labios al escuchar su burla y agarro un almohadón de la cama para lanzarle.

—¡Azahar! —esquiva el almohadón, riéndose —No molestes y no lo dices igual.

—Lamento no tener el acento francés y no ser tan ardiente.

Me mira con una amplía sonrisita maliciosa.

—Dilo de nuevo para grabarte que dijiste que no eres ardiente.

Lo despisto y lo logro, ya que frunce su ceño.

—Bórralo de tu cabeza, definitivamente soy ardiente, caliente. Si me tocas, te quemas.

CURVAS SIN MIEDOSWhere stories live. Discover now