Jennie Imaginas - Libro uno

Ella tiene frío

—¿Qué estás haciendo hasta allí?—. Jennie preguntó mientras palmeaba su regazo. —Abrázame.

Cuando la película comenzó a reproducirse, recostaste tu cabeza en su regazo y dejaste que tus preocupaciones se disiparan. Es su día juntas y ella tiene muchas ideas diferentes sobre cómo pasarlo, y quería comenzar con algunas buenas películas que han estado esperando para ver juntas.

Por lo general, disfrutas del roce suave y reconfortante de su mano a lo largo de tu piel. Pero esta vez te sacudiste un poco cuando sus dedos aterrizaron en tu estómago.

—¡Tus dedos están fríos!—. Te reíste y te escapaste de sus brazos y cuando lo hiciste, ella se estremeció.

—¿Tienes frio?—. Preguntaste y comenzaste a frotar sus brazos. Tu cálido toque la hizo temblar una vez más. —¡Tengo una idea!—. Empezaste a levantarte, para su consternación.

—No, no te vayas—. Ella gimió mientras envolvía sus brazos alrededor de tu estómago y te abrazaba un poco más fuerte. Te reíste cuando tarareó contra tu cuello.

—Estás cálida—. Murmuró y besó tu mejilla y por mucho que quisieras quedarte allí para siempre, todavía había algo más la calentaría aún más.

—Regresaré en un momento. Lo prometo—. La besaste en la mejilla y corriste escaleras arriba, regresando un momento después con algo que sabías que le encantaría.

—Toma, niña. Esto debería ayudar—. Sonreíste y le diste la sudadera con capucha para que ella la tomara. Ella lo aceptó felizmente y se lo puso, todo mientras su corazón latía en su pecho.

—¡Te ves linda!—. Te reíste y besaste la punta de su nariz, riendo mientras ella arrugó la nariz y puso su mano en tu espalda. —¿Estás más cálida ahora?

—Un poco—. Respondió ella y luego sonrió mientras acercaba sus labios a los tuyos. Sus besos eran suaves pero también apasionados y te derretías en cada uno de los que te daba.

—Ahora estoy mejor—. Dijo, riendo adorablemente cuando tus mejillas se sonrojaron. Dejaste caer tu cabeza sobre su hombro y rozaste tu mano a lo largo de su costado para asegurarte de que se mantuviera cálida y cómoda.