Ella te quita el hoodie

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-¡Jennie!-. Gritaste mientras continuabas buscando por toda la habitación y el armario tu hoodie. Era tan extraño que no pudieras encontrarlo, considerando que acabas de lavarlo antes y estaba justo en la canasta de ropa que aún tenías que colgar.

-¿Cariño? ¿Qué paso?-. Jennie preguntó mientras pasaba la toalla por su cabello mojado.

-¿Has visto mi hoodie? No puedo encontrarlo en ninguna parte. Podría haber jurado que lo tiré en la lavadora esta mañana, pero miré a través de la canasta e incluso en el cuarto de lavado y el armario en caso de que se me cayera al suelo o ya lo hubiera colgado. He buscado por todas partes.

-¿Has buscado por todas partes?

Se notaba que estaba sonriendo cuando las palabras salieron de sus labios. Dejaste caer la ropa que tenías en la mano en la canasta y sentiste que tu corazón comenzaba a latir con fuerza cuando todo te golpeó.

-Lo robaste, ¿no?

Todo lo que obtuviste a cambio fue una pequeña risita.

Sabías que lo tenía puesto, pero no estabas preparado para la vista que te esperaba. Se le cortó la respiración y el corazón te latía aceleradamente contra el pecho cuando la viste. Con su cabello todavía húmedo y un poco desordenado mientras ella estaba parada allí con hoodie, tu hoodie favorito, estabas hipnotizada.

-¿Sabes que pasé unos diez minutos buscando esto?-. Preguntaste mientras la mirabas con anhelo. No podías quitarle los ojos de encima.

Ella suspiró feliz cuando la acercaste. Le rodeaste la espalda con los brazos y ella hundió la cara en tu cuello. Pestañas revoloteando contra tu piel y un cálido aliento haciéndote cosquillas en la piel.

-Lo siento. Supongo que debería haberte dicho que lo estaba tomando prestado. Estaba justo ahí en la canasta, es tan acogedor y huele como tú.

Hundiste tus dientes en tu labio y te reíste mientras pasabas tu mano por su espalda.

-Te ves súper linda. Tengo frío e iba a usar esto, pero ya que lo estás usando, ¿qué sugieres que me ponga?

Ella sonrió y se alejó. Fue al armario, agarró uno de sus hoodies capucha y te lo arrojó.

-Listo. Ahora ambas estamos cálidas y acogedoras-. Ella se rió mientras te alisaba el cabello, que estaba todo desordenado después de ponerte el hoodie.

-Tienes suerte de ser linda y de que te ame tanto, de lo contrario, me gustaría que me devolvieras mi hoodie-. Bromeaste juguetonamente.

Besándote suavemente, ella simplemente tarareó contra tus labios y puso su mano en la parte baja de tu espalda.

-Mucha suerte. Sobre todo porque no voy a devolverlo-. Ella dijo y, aunque solo estaba bromeando, hubieras estado bien si ella se lo quedara todo el tiempo que quisiera.

Jennie Imaginas - Libro uno Where stories live. Discover now