Jennie Imaginas - Libro uno

Ella te despierta para abrazarte

A pesar de que eran más de las tres de la mañana, Jennie estaba acostada a tu lado sintiéndose inquieta.

Realmente no ha podido conciliar el sueño esta noche, solo por unos minutos aquí y allá. Tenía un poco de frío y necesitaba que la abrazaras. Pero dormías plácidamente a su lado y no estaba segura de si debía despertarte.

Pasó los siguientes minutos dando vueltas hasta que se dio por vencida y se derrumbó. Se tiró del labio, tirando de él entre sus dientes mientras movía su mano poco a poco hacia tu hombro. Sus dedos aterrizaron en la piel suave y comenzó a sacudirte suavemente.

––¿Jennie? ¿Qué sucede?

Podía oír el sueño en tu voz aturdida y notó la forma en que apenas abriste los ojos.

––No puedo dormir.

Rodaste sobre tu costado para enfrentarla.

––Lamento escuchar eso, bebé. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

Ella asintió con la cabeza. ––Sí. ¿Puedes abrazarme?

Te derretiste tanto por la forma en que te miraba como por lo dulce que era. ––Por supuesto que puedo. Aquí, pon tu cabeza en mi hombro––. Ella hizo lo que dijiste, acostándose allí antes de enterrar su nariz en tu piel, besándola un par de veces con mucha delicadeza.

La rodeaste con tus brazos y deslizaste tu mano por su camisa para pasar tus dedos por su espalda.

––¿Esto es mejor?

Cansadamente murmuró un "sí" causando que la miraras y encontraras sus ojos cerrados.

Estaba empezando a quedarse dormida. Todo lo que necesitaba era que te abrazaras a ella y, si era posible, te enamoraras aún más de ella. Besaste la coronilla de su cabeza y luego recostaste la cabeza sobre la almohada, quedándote dormida lentamente con el aliento de Jennie abanicando contra tu piel.

––Te amo––. Murmuró, necesitando decir las palabras antes de quedarse dormida como lo hace a menudo.

Y justo antes de que te durmieras, le dijiste las palabras.

––Te amo.