5. El ruiseñor.

666 77 14
                                    

Aziraphale miró a Crowley un poco preocupado.

El demonio se le acercó y se atrevió a poner una mano en su mejilla.

— Olvídalo. Cuando vengan a buscarte diles que no quieres y ya está.

— ¿Y ya está? Van a querer matarme —susurró Aziraphale. Que no quería tener que volver al Cielo para comunicarles su dimisión.

— Sí —dijo Crowley— Miguel querrá ser el arcángel superior, ya verás. Hará todo lo posible para que simplemente te ignoren. Como hacen con Gabriel.

Aziraphale suspiró, un poco más calmado. Y feliz de sentir la calidez de la palma de Crowley en su mejilla.

— ¿Qué hacemos con Muriel? —preguntó.

Crowley puso los ojos en blanco.

— Que vuelva al trabajo.

— Pero le gusta la Tierra —dijo Airaphale.

Crowley frunció el ceño.

— Que se quede por aquí. Pero no aquí. No en nuestra librería.

Aziraphale sonrió y Crowley sintió que sus mejillas enrojecían.

— ¿Nuestra? —preguntó el ángel con tono burlón— Me gusta como suena eso.

Puso su mano sobre la de Crowley, que estaba todavía su mejilla.

— Te haré caso. Ahora, por favor. Llévanos al Ritz.

El demonio asintió sin rechistar, se puso sus gafas y los dos salieron de la librería para entrar en el Bentley. Estaba empezando a llover.

Aziraphale puso la radio.

That certain night
The night we met
There was magic abroad in the air

— Oh, por favor —se quejó Crowley, arrancando el motor del coche y saliendo del aparcamiento para incorporarse a la carretera.

There were angels dining at the Ritz
And a nightingale sang in Berkeley square

Aziraphale sonrió observando como Crowley iba a una velocidad normal.

— Me sorprendes —susurró.

El demonio lo miró alzando una ceja.

— ¿No vas a noventa por el centro de Londres hoy?

I may be right
I may be wrong
But I'm perfectly willing to swear

— Hoy no. Quiero disfrutar de cada minuto.

Aziraphale rio levemente.

— ¿De veras?

El ángel estaba intentado asimilar lo que estaba pasando. Porque sí, estaba pasando de verdad; Crowley y él iban a tener una cita en el Ritz. No estaba muy seguro de qué la diferenciaría de las otras veces que habían ido a tomar algo juntos. Confiaba en que se cogerían de la mano, o se darían un beso, o...o...

Aziraphale siempre se quejaba de que Crowley iba demasiado rápido, pero ahora era él quien fantaseaba.

Crowley paró en un semáforo en rojo. Hecho sorprendente. En respuesta a la pregunta de Aziraphale, ladeo la cabeza y simplemente asintió. En sus labios había una leve sonrisa.

That when you turned and smiled at me
A nightingale sang in Berkeley square

— ¿Alguna novedad de nuestras enamoradas? —rompió el silencio el ángel.

Crowley negó con la cabeza.

— No he estado por el Soho, angelito. No quería nada que me recordase a ti.

La sonrisa de Aziraphale se borró.

— Yo...

— Silencio —dijo Crowley. El semáforo volvía a estar en verde— Te has disculpado, te he perdonado. Basta. Olvídalo.

— Pero no puedo evitar culparme, he sido un tont-...

— Shhh — Crowley lo calló.— Solo hay alguien que puede llamar tonto a mi ángel, y ese soy yo.

Aziraphale sonrió, un poco cohibido, incluso abrumado. Miró a Crowley, que volvía a mirar al frente, conduciendo por Londres en una velocidad normal.

The streets of town
Were paved with stars
It was such a romantic affair

Llegaron al Ritz y Aziraphale puso una mano en la muñeca de Crowley, aún sin leventarse de su asiento.

— ¿Qué?

Aziraphale no dijo nada. Se quedó en silencio unos instantes.

Y ahí estaba, en el árbol más cercano de la acera, sobre la rama más grande.

— ¿Lo oyes?

Crowley lo miró y Aziraphale vio afecto en su mirada. Casi sonrió, ese demonio podía llegar a resultarle adorable de verdad.

El pelirojo sonrió levemente y levantó su mano, la que Aziraphale le había sujetado. La llevó a la barbilla del ángel y, satisfecho al ver la cara de sorpresa de Aziraphale, se lanzó a sus labios.

And as we kissed and
Said goodnight
A nightingale sang in Berkeley square

El beso no duró mucho, pero por primera vez se permitieron hacerlo más intenso. Más apasionado que antes. Aziraphale se quedó jadeando cuando Crowley soltó su barbilla, le guiñó el ojo y salió del coche.

— Vamos, ángel.

Aziraphale salió del vehículo casi notando que sus manos temblaban de la emoción. La lluvia empezó a mojar su pelo y ropa. Miró a Crowley y sonrió levemente.

— Ahora vas a llevarme debajo de un toldo —empezó el ángel— y cuando estemos empapados de lluvia me vas a mirar a los ojos y...

— Déjalo —bufó Crowley. Aziraphale sonrió y se acercó a él, casi con ganas de cogerlo de la mano, pero se resistió.

— Yo creo que tienes razón —dijo el ángel, mirando al demonio. Los dos empapándose de lluvia andaron hasta el toldo del Ritz y se miraron a los ojos.

— ¿Ha funcionado? —se aventuró Crowley. Quizá se estaba cansando de ser un gruñón. Prefería bromear a veces. Y esa noche en particular estaba de buen humor.

— Uhm... y que lo digas — Aziraphale lo miró y ambos sonrieron. Era un momento idílico, perfecto.

Parecía irreal para ambos.

Crowley le dio un beso muy corto en los labios, apenas duró un par de segundos, abrió la puerta del Ritz para que su ángel pasara y luego entró él.

Era un día lluvioso y en el Ritz iban a cenar un ángel y un demonio.

Todo eso mientras, al lado del Bentley, en la rama más grande del árbol al lado de la acera, cantaba un ruiseñor.

Love of my life || Crowley x Aziraphale || Historias y One Shots || +18Where stories live. Discover now