XXIII

301 38 15
                                    

Aquellos orbes avellana lo veían fijamente, sin tambalear y llenos de determinación aún cuando se podía percibir el cansancio que abrumaba al castaño de las vendas pese a todos sus esfuerzos por disimularlo.

-¿que es lo que quieres Dazai? -

No tuvo una respuesta inmediata pero podía percibir el tan familiar aroma a roble y almizcle que estaba liberándo el alfa delante suyo y que con el pasar de los segundos comenzaba a tornarse más pesado, no parecía querer someterlo con sus feromonas pero habia algo más en ese ambiente que deducia como enojo y celos.

-Chuuya ¿con quien estabas? -

Recibir esa pregunta a cambio no fue una sorpresa, el mafioso la esperaba pero a cambio solo dejo escapar una baja risilla burlona desviando la mirada a un punto al azar en aquella oscura avenida

- eso no es de tu incumbencia - llevó una mano sobre su delgada cintura al mismo tiempo que una sonrisa arrogante aparecía sobre sus mejillas - no somos nada y no puedes evitar que me reúna con otras personas -

- no se trata de evitarlo Chuuya pero yo... - se detuvo un momento pensando mejor en sus siguientes palabras, cualquier cosa que dijera en ese momento sería algo determinante para su futuro, si quería recuperarlo, si quería conseguir su perdón debía razonar con él y convencerlo de que estaba realmente arrepentido - esa persona es peligrosa, solo va a hacerte daño-

- creo que estoy acostumbrado a que solo se acerquen a mi para lastimarme -

- Chuuya por favor escuchame- dio un par de pasos intentando acortar la distancia que los mantenía separados sin embargo cuando noto aquella luz carmesí rodear la figura de su ex compañero evitando que continue

- no des ni un paso más - el piso bajo sus pies comenzo a temblar y las pequeñas piedras en el concreto se elevaron

- Chuuya lo siento, se que te lastime pero no fue mi intención, yo... - bajo la mirada presionando sus puños con fuerza debido a la frustración que le causaba encontrarse en esa situación - pensé que te estaba ayudando-

- me estabas ayudando - aun si parecía estar tranquilo en su interior su corazón se estaba quebrando, quería huir lo más lejos posible, quería llorar y romperse en mil pedazos, quería abandonar todo incluso a su hija para dejar de sentir dolor, fingir que nada había ocurrido - tu idea de ayudar es bastante peculiar, Fyodor también me quiere ayudar ¿deberia aceptarlo? -

- no lo hagas - por segunda vez busco acercarse pero el dolor en su mejilla debido al proyectil que fue lanzado con fuerza a causa de la gravedad volvió a impedírselo

- segunda advertencia-

- Chuuya por favor-

- ¿porque insistes? no entiendes que no quiero volver a verte - dio un largo suspiro llevando ambas manos a su rostro removiendo cualquier señal que mostrara debilidad

- Chuuya... -

- durante años - no le permitió hablar, no quería escuchar sus patéticas excusas - pensé que quizás por un momento, aunque sea en lo más mínimo creí que realmente te importaba, pero sólo me estaba engañando yo mismo - las pequeñas piedras volvieron a caer una vez desactivó su poder - a ti no te interesa nadie más que tu, me mentiste, me manipulaste para que no pudiera dejarte, me usaste como tu maldito juguete y aún así pensé que actuabas así porque esa era tu forma de amarme aún cuando todos me decían lo contrario - su voz se quebró y finas lágrimas hicieron su aparición descendiendo por sus mejillas

- se lo que hice pero cambie, lo estoy intentando por ti, por Odasaku -

- claro, Oda - que lo mencionara solo empeoró la situación - solo te importaba él y lo sigue haciendo, fue tu amigo y él fue quien te dio motivos para intentar vivir... no yo -

Tenía razón y el moreno lo sabía, Chuuya se había esforzado durante años por darle un significado a lo que eran y él por su parte solo lo rechazaba y se burlaba de sus sentimientos, nunca le dio la importancia que merecía por verlo como un simple omega

- lo siento Chuu pero aún así no puedo dejar que cometas el error de aliarte con Fyodor -

Desde un principio había planeado ese encuentro, le tomó pocos días para saber que si no lograba convencerlo debía tomar medidas más drásticas

Pequeñas figuras color esmeralda comenzaron a caer como la nieve, esa habilidad no era desconocida para el mafioso y volviendo a utilizar su habilidad lanzo los proyectiles de granito al castaño pero aunque su puntería había sido exacta ninguna había dado a su objetivo

-¿que planeas hacer? ¿secuestrarme? es más fácil para ti hacer esto que hablar con Mori- no podía descubrir donde se ocultaban el par de detectives

- aunque él te lo ordenara por despecho hubieras ido a buscar a esa rata-

- que poco me conoces Dazai - la voz provenía de sus espaldas, intento golpearlo pero el castaño lo esquivo siendo apresado por sus brazos y anulando así la gravedad - ¡sueltame!-

- no Chuuya, escuchame - lo tomó por ambos brazos con algo de fuerza, observando su rostro más cerca notaba cuando había llorado, sus ojos cristalinos, su nariz y mejillas sonrojadas, su piel pálida, si pudiera hacer algo para borrar todo el daño que le hizo no lo pensaría dos veces, quería verlo sonreír otra vez, quería estar a su lado hasta el final de sus días - solo quiero protegerte-

El mafioso dejó de pelear y de intentar escapar, solo bajando la mirada resignado a escuchar

-¿porque te esmeras en hacerme sentir miserable? -

- solucionare esto, haré cualquier cosa por ti y nuestra hija - con delicadeza sostuvo sus manos entrelazando sus dedos, por una vez en toda su vida estaba siendo sincero y no iba a rendirse tan fácilmente - dejame ser parte de sus vidas -

- no puedo creerte, ¿porque no entiendes que yo ya no te amo? Dazai - de un movimiento rápido su rodilla golpeo directamente al abdomen del más alto provocando que se quedara sin aire, al liberarse retrocedió lentamente mientras se abrazaba con fuerza

- Chuuya por favor -

- no, pero te agradezco por esta reunión porque por lo menos ahora se que debo hacer - era imprudente pero su corazón roto no le permitía pensar con claridad, su encuentro sería el detonante para cometer el mayor error de su vida.

Entró a la casa de cortesanas, tomó las cosas de su hija y sin mayor explicación salió lo más rápido posible, antes de subir al auto visualizó al detective de la nieve ligera intentar ayudar a su compañero o tal vez buscaba hacerlo desistir en perseguirlo.

Se marchó en el auto mientras escuchaba su voz a la distancia gritarle una y otra vez que por favor se detuviera.

Ya había oído suficiente, era tiempo de tomar una desicion permanente para alejarse de esa vida plagada de miseria.

Mi mayor secreto ★Soukoku★ PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora