Capítulo 22

1K 106 27
                                    

No sé que le sucede ahora, es un tipo demasiado raro y por más que trato de entenderlo, menos puedo hacerlo.

Maldita sea.

Ni siquiera yo puedo entenderme, no sé qué pretendo tratando de comprender lo que sea esté pasando por su cabeza. Ya de por si no entiendo que demonios sucede conmigo y porque mi cuerpo parece extrañar su cercanía.

Sí, quiero follarlo pero parece diferente ahora.

—Muy bien, señor Macintosh voy a tener que vendarlo ya que no queremos una costilla fuera de lugar.

—Muchas gracias doctora Riddle. —digo agradecido.

Por lo menos no tengo ninguna costilla rota, estos golpes son nada en comparación a cómo terminaron esos cambrones. Tuve suerte de llevar guantes puestos o mis manos estarían destrozadas.

Lo sucedido fue una estupidez, mañana estaré viajando a casa de los padres de Leah. Tengo que parar esto de una buena vez o Leah terminara metiéndome en muchos problemas. Por ahora solo fueron unos imbeciles en un bar pero no puedo asegurar que no cometa una estupidez más adelante.

—Levanta el brazo por favor.

La doctora que es todo sonrisas conmigo, me hace levantar el brazo aunque eso me provoca un maldito gesto de dolor. Creo que ese es el único golpe que me tiro al piso, duele como la puta madre.

—Demian.

Massimo se aproxima a mi, sujetándome por la cintura. Coge mi rostro con el pulgar obligándome a verle a los ojos, un gesto demasiado íntimo para dos hombres que solo están visitando al médico. No me inmuto de todas maneras, no parece notar lo que hace solo está preocupado.

—>>>¿Duele mucho? Lo siento. —sí, solo está preocupado.

—>>>No ha sido tu culpa, le has escuchado. No hay costillas rotas. —acaricia mi mejilla.

—>>>No importa, Demian no quiero que nadie lastime o toque tu cuerpo. Le he permitido a ella que te toque porque yo te traje hasta aquí.

Me río solo de escucharlo, eso también lo está diciendo muy en serio. Pasó un brazo por su cintura atrayéndolo hasta a mi, eso parece sorprenderlo porque vuelve a ver a la doctora que con las mejillas sonrojadas se mantiene fuera del cuadro. Créame doctora no tengo idea de lo que hago y quizás lo que necesito es un psiquiatra.

—>>>Has dicho que no eres gay.

—>>>Y no lo soy. No tiene nada de malo que te coja por la cintura, ¿o si?

—>>>¿No te importa lo que puedan decir? —frunzo el ceño.

Soy Demian Macintosh, nadie debería de pensar que tiene derecho a opinar sobre mi vida. He tenido a Leah bajo control por años y la prensa, ese es un asunto aparte pero aún sabiéndolo no respondo, no son cosas de las que debe preocuparse y mucho menos pensar. Ya he tenido varios días a solas conversando conmigo mismo y en la estupidez que estoy haciendo.

He tenido un par de días lejos de Massimo para darme cuenta que mi cuerpo de alguna manera se ha convertido en algo que no puedo controlar, he pensando en él y no precisamente en formas decentes. Mi cuerpo echa de menos el suyo y hace un par de horas que crucé el umbral de su habitación y le vi, supe que quizás si estoy interesado en él.

—Demian. —repite mi nombre, sacandome de donde sea estoy metido en mi propia cabeza.

—Muy bien señor Macintosh... —la doctora Riddle se aclara la garganta. —Lo mejor es que nos mantengamos descansando, no agitemos el torso y si se puede no ejercitarnos mucho.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 15 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Demian&MassimoWhere stories live. Discover now