Capítulo 2

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Maldita sea.

Lo que menos quería es tener que lidiar con la prensa y esto no es nada bueno, debí saber que Leah haría un drama después de la discusión que tuvimos en casa. Ahora se ha presentado en el evento de mis padres buscándolos para pedirles que hablen conmigo ya que no estoy cumpliendo con mis tareas como esposo. No soy su maldito esposo.

Leah siempre tiene que ser un problema. Y este evento, joder, se supone que debo regresar a Manhattan esta misma noche y no estoy dispuesto a perder mi tiempo lidiando con ella. He texteado a Warren, esta viniendo personalmente hasta aquí y es lo menos que puede hacer, estoy pagándole a su empresa mucho dinero para que se encargue de mi seguridad y la de mi familia. Leah no estará muy feliz con esto, pero ahora es lo mejor para ambos, si ella quiere quedarse debo asegurarme de que no cometerá ninguna estupidez.

Encuentro a Leah en el bar pidiendo una copa, mirando su espalda y en como sus hombros caen puedo saber que está comenzando a embriagarse. No seré un cabron que la dejara aquí si está pasándose de copas.

—Leah. –me acerco tomándola por la cintura.

—No me toques. –gruñe. La suelto inmediatamente. –Estoy muy enojada contigo Demian, es obvio que no me amas y que no te importa si me voy. –resopla dándole un largo trago a su copa.

—¿Por qué no regresamos a la habitación? –me acerco a la barra, pidiendo una botella con agua.

—No. Gracias. Me encanta el sexo contigo, pero ya no es suficiente para retenerme, ni siquiera el dinero o la vida que me ofreces. –se gira para mirarme fijamente. –Vamos a separarnos Demian y quiero todo, soy tu esposa y...

—No eres mi esposa. –repito. Ella se enfurece. –Hablaremos después de esto, debo regresar a New York, Warren se...

—¿El obsesivo Warren? –pregunta. No le digo nada. –Es increíble como puedes dejarme con ese tipo que esta obsesionado contigo, me quedare con Gemma y no quiero que ese imbécil este vigilándome. Lo odio. –gruñe furiosa.

—Warren estará cuidándote, no quiero que le des problemas. No juegos, Leah. –rueda los ojos.

—Pareciera que él es tu prometida y no yo, no me sorprendería que te decidieras por él y no por mí. –no cambio la expresión de mi rostro. —Claro, no dirás nada porque Demian McIntosh nunca tiene nada que decir. Eres un aburrido. –se lleva la copa a los labios.

No pienso tener ningún tipo de discusión con ella aquí. Texteo a Warren sabiendo que Leah y él no son meramente amigos, me informa que enviara a alguien de confianza para que este informándolo de cada movimiento que Leah haga. Donovan no es suficiente, Leah le conoce y es capaz  de jugarle una pasada.

—Me iré ahora, Llámame si necesitas algo o puedes llamar directamente a Maru si es urgente. –Leah se ríe. Resoplo. –Pórtate bien Leah, no quiero seguir arreglando tu vida.

—Créeme que lo hare, no tienes que pedirlo. –asiento con la cabeza.

Me doy la vuelta con el fin de buscar a mis padres, pero decido pasar de ellos, no están precisamente felices después de escuchar todo lo que Leah ha dicho.

Prefiero salir por la puerta de emergencia del hotel, no quiero encontrarme a ningún fotógrafo o periodista que pueda hacer preguntas innecesarias. Estoy harto que las preguntas giren entorno a mi compromiso, no es relevante con quien estoy o si termino esta maldita relación.

No me gusta Miami.

—>>>Me has enviado a Estados Unidos, estoy aquí y ahora me dices que he venido al lugar incorrecto, la invitación que me has dado... –el tono fuerte y extranjero de un hombre me toma por sorpresa, cuando se encuentra gritándole al aire. –¡Tenias un trabajo! Un maldito trabajo y era traerme a este país sano y salvo, ¿prostituirme es tu solución?... —lo ultimo es un susurro que puedo escuchar.

Demian&MassimoWhere stories live. Discover now