Capítulo 06.

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Ya que se sentía satisfecha con lo que había hecho, dió por terminada su búsqueda, al menos por un tiempo, después se entregó a pensar otra vez en opciones para un buen obsequio para Kiyoomi, quería que fuera excelente.

...

El regalo que recibió ella de él en su cumpleaños había sido precioso, recuerda que días antes le informó a Kiyoomi que iría a pasar su cumpleaños a casa de su madre y sus hermanas pues el hecho de haberse mudado sola a su departamento hacía relativamente poco provocaba que tuviera ganas de ir ahí, desde luego le hizo saber que estaba más que invitado y que nadie tendría problemas con su presencia si decidía ir, el 5 de abril sería.

Desde luego que iría para poder estar con ella en su cumpleaños, como Hikaru había estado antes en el de él, por supuesto que le pidió indicaciones sobre como llegar a esa otra casa que no era la habitual a la que la muchacha solía invitarlo y definitivamente iba a poner su mejor esfuerzo en darle algo útil y hermoso como Hikaru ya lo había hecho.

A pesar de que odiaba las multitudes estaba dispuesto a visitar todas las tiendas de todas las plazas que fueran necesarias para conseguir un buen obsequio para Hikaru, hacérselo él mismo no era una mala idea, como sea tendría que comprar materiales para la respectiva elaboración de su regalo.

Después de pensarlo mucho recordó que además de gustarle las flores a ella le encantaba beber tanto café como té siempre que podía, además de eso tenía una especie de colección de vasos, platos, entre otros artículos muy estéticos, bonitos, con colores suaves, encontró uno en particular con forma de fresa que podría llevar a donde quisiera, compró papel rosa pastel con estrellas amarillas junto con un moño plateado para envolverlo, justo cuando se disponía a irse a su casa recordó un sueño que ella le platicó en el que comía gomitas en forma de tortuga, ese sueño la había dejado con ganas de comer gomitas, pasó por una dulcería, para su buena suerte encontró unas que se parecían muchísimo a las que ella le describió de su sueño. Juntó todo en una misma caja para que fuera sorpresa doble y lo envolvió con el papel y el moño que compró, estaba todo casi listo, sólo faltaba el pastel que quería regalarle a ella.

A ella le encantaban las fresas, le haría un pastel de fresas, también le gustaban los panes muy esponjositos y con mucha crema, él, luego de mucho tiempo buscando encontró una receta que sería perfecta para ella.

Pasó mucho tiempo horneando y preparando el pastel, valió completamente la pena, eligió con mucho cuidado también el recipiente donde iría su pastel, quería que fuera perfecto como ella.

Ese día salió rápidamente de su entrenamiento y se dirigió a su departamento para poder cambiarse de ropa e irse hasta el lugar que le había indicado Hikaru.

Cuando ella escuchó que tocaban a la puerta supo inmediatamente de quien se trataba y feliz fue a abrir. Era innegable que la imagen frente a ella casi hizo que se muriera: Un hombre como él, de su estatura y su característica apariencia cargando con un pastel y un regalo para ella, era lo más hermoso, dulce, tierno y adorable que había visto en su vida.

—¡Kiyoomi, hola! Muchas gracias por venir.—lo saludó ella muy feliz de que él estuviera ahí, hubiera querido abrazarlo, acariciarlo, besarlo, pero no iba a poder.

—Hola, Hikaru, no es nada, feliz cumpleaños.—le contestó él de una forma muy amable y dulce.

Lo hizo pasar, le ayudó con el pastel que traía y lo presentó con su madre y una de sus hermanas como un gran amigo, lo recibieron amablemente, como Hikaru había hablado con su madre y su hermana sobre la fobia de Kiyoomi días antes cuidaron muy bien de ello también, él agradeció profundamente eso, a todas ellas, no esperaba menos de la familia de alguien como Hikaru, lo invitaron a sentarse a la mesa para que conversaron un poco, sin embargo, fue inevitable notar algo, estaba dispuesto a dejar que ella hablara de eso cuando quisiera, entendía muy bien, recordó otro detallito que era también quizás un poco más pequeño que el anterior, pero que aún así era muy importante si lo pensaba detenidamente, el sonido de una puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos, una chica de unos dieciocho años estaba entrando a la casa, al parecer su presencia le disgustó porque en cuanto la notó se fue directamente a lo que él imaginaba era su habitación. Y al parecer sí era como se lo imaginaba porque la madre de Hikaru fue inmediatamente trás de ella.

Love and sweetness.「Kiyoomi Sakusa.」Where stories live. Discover now