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Hyejoon era muy distraída.
Olvidaba las cosas con facilidad o las perdía si estas eran tangibles.
De hecho, ella no perdía la cabeza solo porque estaba pegada a su cuerpo.
Pero, desde que se despidió de él aquel día, no había día que no recordara cada palabra, sensación y mirada. Y por supuesto, contaba los días.
Sabía a la perfección que habían pasado tres meses y diecisiete días desde la última vez que vio a Gwinam.
Desde entonces, no supo más de él y mentiría si dijera que no estaba preocupada. Aunque lo conocía bien, sabía cuidar de él mismo, sin embargo, nada le garantizaba que él haya... cambiado.
Su decisión de alejarse un tiempo para acostumbrarse a lo que era y controlarse fue buena pero ¿la estaría cumpliendo? ¿Y si Gwinam solo ha estado haciendo desastres?
No quería pensar así de él, quería tenerle fé pero aún era difícil.
Solo esperaba que realmente estuviera bien.
Y por otro lado, también pensaba en Nam-Ra,
—Hey, Hye. —On-Jo la llamó. Se habían hecho muy unidas desde que estaban en aquel lugar. —Ya casi es hora de irnos. —avisó en voz baja.
Después de una larga espera y de que, ninguna de las dos personas que tanto extrañaba dieran señales de que estaban bien, junto a los demás decidieron salir del campamento para volver a la escuela Hyosan.
Todos querían ir por Nam-Ra y con algo de suerte, tal vez ver a Cheong-San, esperanzados de que estuviera bien.
Obviamente nadie tenía intención alguna por ver al estúpido de Yoon Gwinam, solo Hyejoon, por supuesto.
Cuando llegó la hora y todos comentaban sobre aquella fogata que se veía a lo lejos en lo que parecía ser la azotea de la escuela, estuvieron más que convencidos de ir.
Sabían que ella estaba ahí.
Aunque Hyejoon no estaba del todo segura de que Gwinam pudiera estar cerca.
Siguieron caminando, la ansiedad de Joon crecía a medida que podía notar más de cerca la escuela. Todos los alrededores estaban con escombros, producto del bombardeo.
—¿Estás nerviosa? Podrías verlo de nuevo en unos minutos. —On-Jo preguntó en voz baja.
Ambas iban tomadas de la mano y un poco apartadas de los demás, esto porque On-Jo no quería que las escucharan. No juzgaba a Hyejoon por enamorarse de Gwinam.
Al principio le costó aceptarlo ya que ella amaba al chico que había mordido y dañado a Cheong San. Quién sabía si podía seguir con vida, odió tanto a Yoon, le guardaba mucho rencor aún pero no podía culpar a Hyejoon.
