Bienvenidos al mundo de Seventeen.
Disfruta de las cortas historias que te traigo de cada integrante, porque todas merecemos soñar con ellos 🖤.
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—Ese hombre es guapo —murmuró Dae a mi lado, girando su cabeza sutilmente hacia atrás —, y no ha despegado su mirada de ti.
Esperé unos segundos y giré la cabeza para encontrarme con la belleza natural de aquel hombre. Su cabello negro resaltaba bajo las luces del lugar y unos cuantos mechones decoraban su frente. Sus facciones eran tan delicadas y finas, que fácilmente llamaban la atención de cualquiera que estuviera a su alrededor.
Nuestras miradas se conectaron a través del cristal de sus lentes y sentí una electricidad recorrer mi cuerpo con tanta intensidad que me prendió por completo y quise investigar el misterio en su mirada.
—Vendrá, lo presiento —aseguró mi amiga antes de darle un sorbo a la bebida alcohólica en su copa.
Traté de esconder la sonrisa que surgió en mis labios al sentir la atención de un hombre tan atractivo como él. El nudo en en mi estómago se hizo presente e imité la acción de mi amiga para que el alcohol invadiese mi sistema.
—Dios, ¿qué es? —pregunté asqueada al sentir el sabor amargo en mi boca —, sabe asqueroso.
—Es un martini seco, querida —explicó Dar —, es para sentirnos elegantes.
—Elegantes ni una pizca, Dae. Es muy fuerte, prefiero una cerveza.
Ella rio y negó con la cabeza antes de terminar su bebida y continuar con la mía, dejándome con las manos vacías.
—Hey —reclamé y ella sonrió traviesa.
—Es para que aquel hombre guapo te compre una bebida —aclaró poniéndose de pie y tomó su bolso —. Suerte.
—¿Qué? —susurré confundida al ver que se iba y quise correr tras ella, pero un saludo detrás mío me hizo detenerme.
—Hola —dijo cuando giré, encontrándome con esos angelicales ojos que me miraban con interés.
—Hola —repetí nerviosa tratando de mantener la calma ante tanta belleza.
—Mi nombre es WonWoo —se presentó coqueto y recargó su cuerpo sobre la barra. Me presenté y musité mi nombre de manera lenta —. ¿Qué te trae a Corea del Sur? —preguntó curioso antes de darle un sorbo al vaso lleno de Whiskey.
—Trabajo —respondí —, me transfirieron hace unos meses —él asintió captando cada detalle de lo que decía —. ¿Tú? ¿A qué te dedicas?
