Capítulo 2

13 2 0
                                    

Jueves,9 de julio de 2020.Casa de la familia Dahl

El reloj marca las seis de la tarde y el ambiente es ajetreado. Los planes de todos han cambiado.Extraño mi hogar.Me gustaría volver a tumbarme en mi cuarto y ver a mamá y a papá.  Pero aunque sea me quedaré en esta casa solo por ellos.
No es que la estancia aquí me incomode.Sin embargo,no soporto ver como la gran mayoría de veces ellas se ponen a discutir.
Me gusta pasar el tiempo en familia.Sólo estamos bien cuando el televisor se enciende y tía Rose pone alguna de sus series favoritas o vemos alguna película.Ese es el momento en el que disfruto con ellas.
Me encanta salir a la terraza de la cocina.De vez en cuando escucho alguna que otra conversación de un vecino o se ven las luces de sus hogares. Luego,también me entusiasma salir al balcón cuando es de noche.Ver como la ciudad de Madrid se ilumina con sus edificios y comercios y sobre todo respirar el aire fresco cuando la Luna se deja ver.
Por último,el jardín es inmenso.Por las tardes,ver el atardecer es una de las cosas más bonitas que han visto mis ojos azules.Es como las llamas de un fuego ocultándose a través de los árboles.


Sus recuerdos permanecen en ella durante un largo instante. Intenta apoyar un poco la planta del pie.Siente el frío y húmedo suelo acariciar su piel.Luego,un dolor punzante se apodera de su tobillo derecho y le impide dar un paso.Dolorida,se rinde y vuelve a sentarse sobre la cama. Todavía es demasiado pronto.Piensa.

La impotencia la invade y unas silenciosas lágrimas resbalan sobre su pecoso rostro.Se siente inútil.No puede hacer nada.No todavía,no este día.
Perdura cabizbaja y se limpia las gotas.Cree oír a alguien subir a la habitación.Su disimulo comienza cuando en el umbral de la puerta ve la silueta de Abby.
La muchacha decidida entra y se sienta junto a ella.No tarda en darse cuenta que ha estado llorando y fija su vista atenta.No se había parado a pensar lo que debió ser aquel fatídico atropello.Ni siquiera habían tenido un momento para hablar.La había ignorado por completo.Ya no recordaba lo que era estar con Beverly.Sus tardes de juegos y niñas se habían fosilizado.
Siempre fueron inseparables desde el principio,más incluso que con Grace.Pero aquella relación ya estaba enfriada.Los años, las manías,el pavo y otras cosas más,se habían encargado de separarlas.
En este momento,Abby se siente como si todo no hubiese transcurrido tan rápido y necesita saber de ella.La echa de menos y le cuesta admitirlo.

—¿Querías algo?—Se queja Beverly por la aparición inoportuna de su prima.

—No,nada.Solo decirte que Carla viene a quedarse esta noche.—Contesta asqueada mirándola.

—Ah,entonces estarás bien acompañada.—Le responde con reproche.

—Solo quería que lo supieras.—Logra decir firmemente.

—Solo una cosa.—Le pide como último favor.

—¿Qué?—Le dice esperando frente a ella.

—Cuando salgas,cierra la puerta.—Le ordena teniendo la última palabra.

Lo ha intentado.Pero ella no ha puesto de su parte.Quería ser amable con ella.Realmente lo quería.Pero la herida sigue abierta y el rencor está muy presente.

 Se siente mal.No puede hacer nada.No hay marcha atrás.Ya no.Sus relaciones familiares se están acabando.Cada vez son menos con los que puede tratar.Está totalmente sola.Su madre no la escucha,no la entiende.Grace es totalmente una extraña. Y ni estando vivo su padre,esto sería distinto.
Ahora necesita a su mejor amiga.Con ella todo es más fácil.La quiere muchísimo.Es un gran apoyo emocional,siempre ha estado en las buenas y en las malas.Muchas noches de tormento las ha pasado en su casa.Es lo que más le gusta.
Abby no es una chica con muchos amigos,siempre le costó hacerlos.Pero conocerla,la cambió por completo y desde entonces son amigas incondicionales.De pequeñas,soñaban con vivir juntas porqué nunca se ha sentido a gusto con su familia.
De pronto sus preocupaciones desaparecen al oír la voz de Carla proveniente de abajo.Cierra la maldita puerta tal y como su prima le ha indicado y baja las escaleras en busca de su amiga.
La chica de cabello castaño la espera con una sonrisa en el rostro y se acerca a ella con ganas de conversar.Llevan dos semanas sin verse.Tienen que ponerse al día.

—¿Te ayudo con la mochila?—Pregunta Rose a la recién llegada.

—No hará falta,ya la subiremos después.—Le dice Abby groseramente.

—Perfecto.Grace y yo estaremos preparando la cena.Vamos, Grace.

—Gracias Rose por dejar que me quede esta noche.

—Cuando quieras.

Las dos adolescentes entran en el salón.Carla descarga su mochila en uno de los sofás azules y se sienta.Abby se sienta muy cerca de ella.

—¿Qué tal la semana?

 —Pues ya te puedes imaginar...Aquí con Rose y las otras dos. Muy aburrida.Y tú, ¿Qué has hecho?

—Nada en especial.

—Nada en especial que no me has contado.Bueno,dispara.

—¿Qué quieres qué te cuente?

Carla se sonroja,sabe perfectamente a qué se refiere.El tema va de Fernando.

—¿Qué tal con Fer?

—Pues ahí estamos.Me vuelve loca.

Las risotadas suenan por todo el salón.

—Ya me puedo hacer una idea bastante explícita.

—¡No seas cerda!

—Imagino la cara de tu madre si se enterara de esto.

—¡Dios,me mataría! Aunque tú deberías hacer lo mismo.

—¿Yo?¿Te refieres a tener novio o a lo otro?

—Ambas cosas te sentarían bien.

Desde muy temprana edad le solía decir lo mismo una y otra vez.Carla no podía entender por qué su amiga no era tan lanzada como ella lo era y sigue siendo.
Cuando tenía unos catorce años dio su primer beso con un chico que ni siquiera conocía y apenas le gustaba.Después,a los quince probó a besarse con una chica para comprobar si seguía enganchada por Fernado.Se pasó varios días cuestionándose si era lesbiana.Ella misma se proclamó bisexual a escondidas sin que nadie del instituto lo supiera.
Hace seis meses atrás consiguió su magnífica relación.Lo hizo por primera vez a sus dieciséis años.No le gustaba estar sola,ni que nadie la marginara.Por ello,se buscaba amigas como Abby, que eran amigas para pasar el rato.Mientras que Abby solo la tiene a ella,Carla tiene personas de compañía: su familia que la adora y a su novio.

Sus padres todavía piensan que su hija es una puritana.Y que su novio y ella sólo se abrazan,se besan y se cogen de la mano.
Abby la admira,le gusta la forma en la que su amiga consigue a la gente tan rápido.Aunque esta,no es más que otra desconocida quedándose a dormir en su casa.


VOCES OSCURAS | Blue LoveWhere stories live. Discover now