CAPÍTULO 1

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Viernes,3 de julio de 2020.Madrid,España.

    La planta de arriba está deshabitada.Ninguna de las dos está allí.Las puertas de madera de roble están cerradas.Y sobre las baldosas grises se dibuja un oscuro pasillo con escaleras al final.
    La luz oculta tras las cortinas de terciopelo rojo,aviva el ambiente macabro.La depresión y la angustia aguardan allí.
Y la ausencia y el desapego perdurarán en sus entrañas hasta consumirlas.Pero eso nadie lo sabría.Brechas incurables.Eso significaba sufrir.

    Se encuentra en el piso de abajo dentro de la cocina. Impaciente.A la espera de que su hermana le atienda la llamada. Todavía no tiene respuestas de ella desde ayer.
La duda de saber si todo está bien,la mortifica por dentro.Ella no puede irse.Ella no.
    El miedo y la inquietud la atormentan.Se ha fumado ya dos cigarrillos y ya tiene otro a la espera de ser encendido.
Había recaído al vicio hacía dos años y lo hacía a escondidas de sus hijas.Sabía que estaba mal,pero era tan grande el dolor,que lo necesitaba.
     Decide encenderlo con las manos temblorosas y le da una larga calada.Expulsa el humo lentamente por la boca y se queda hipnótica mirando las siluetas que este forma en el ambiente. Con prisa,abre la ventana para no ser descubierta.

     Otro rostro,esta vez familiar, se halla en el salón.Entre sus manos sostiene un libro.No es muy grueso,pero eso le basta.Lo devora con rapidez como si de una competición se tratase.Y es que se muere de ganas por conocer el final.
     Aunque al poco rato su lectura es interrumpida al oír la voz de su madre proveniente de la cocina.
—Hola,¿Qué tal ha pasado la noche Beverly?

—Ha estado en observación.Por suerte no ha sido grave.

—Menudo susto,Louis.Las niñas y yo hemos estado preocupadas.

—Lo sé.Creía que la perdía.

—¡Por Dios!No digas eso,cariño.Tiene una suerte de tener una madre como tú.

—Ahora sólo me preocupa que se recupere pronto de la pierna.Aunque dentro de unos días le dan el alta.

—¿Ya,tan pronto?¡Qué luchadora!

—Sí,¿verdad?como nosotras.—Reímos juntas a través de la línea.

    Abby entra en medio de las risas sorprendiendo a su madre que la mira feliz.La mujer que no despega su oreja del móvil, enrolla sus largos dedos en su cabellera morena.Y es que se nota a una Rose más calmada y diferente a la de hace unas horas. Siempre ha estado ahí para ella.

—Avísame cuando salgáis.

—De eso venía yo a hablarte ahora¿Podrías tú pasarte a recogerla?Tengo doble turno en la oficina y no podré encargarme de ella estas semanas.

—¿Qué día me paso?

—Le darán el alta dentro de poco.Ya te avisaré.

—Vale,perfecto.Allí estaré.

—¿Seguro qué no te importa llenar la casa de niñas?

—Oh,estoy encantada.Lo pasaremos bien.—Digo en un tono divertido.

—Te quiero.

—Y yo,hasta luego.

   Cuelgo el teléfono y esos ojos azules me siguen mirando.Esos ojos que me recuerdan a su padre,Christian.

 —¿Bev se va a quedar aquí?

—Sí,se quedará una temporada.

—Genial.—Digo sin interés.

—¿A qué viene esa cara?

—A nada.

—Pues cambiala,no me gusta.Es tu prima y sabes lo mal que lo ha pasado para que ahora me vengas con gilipolleces.

VOCES OSCURAS | Blue LoveWhere stories live. Discover now