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—Entonces ¿El miércoles a las ocho?

Fundy sujetaba el teléfono contra su oreja, sin poder creer lo que acababa de escuchar, se había quedado en blanco, perplejo. Tardó varios segundos en reaccionar y cuando lo hizo tartamudeó, inseguro de su respuesta.

—.... ¡S-Si! Hum...  La... la hora está bien, llevaré algunos refrescos.

—Perfecto, nos vemos.

—A-Adiós, cuídate...

Cuando la llamada se cortó finalmente pudo volver a respirar, aún sin poder procesar del todo lo que acababa de suceder. Suspiró tratando de calmarse y levantó la mirada logrando ver a la pelirosa bebiendo su batido en silencio, observándolo como toda vieja chismosa esperando a que le diese contexto. 

—... Mi papá acaba de invitarme a pasar el rato.

—¿¡QUÉ?! —Gritó Nikki casi tan conmocionada como él. 

No era para menos. Su relación con su padre jamás fue demasiado buena y todo empeoró luego de que se divorciase de su madre, la última vez que le invitó a pasar el rato debía tener unos 8 años y se lo llevó a una sesión de fotos. Los únicos recuerdos de calidad que tenía con aquel hombre eran a muy temprana edad, cuando la tierna descendencia de Soot se hizo viral y su rostro estaba en todos lados, una vez creció a nadie volvió a importarle aquel niño, ni siquiera a su padre.

Por eso, luego de años de absoluta indiferencia, que le invitase de buena voluntad solo porque si era extraño. Debería de haberse emocionado como mínimo, pero era algo tan irreal que no era capaz de asimilarlo, no sentía... nada.

—¿Qué crees que esté planeando?

—Fundy, tal vez solo quiere arreglar las cosas, debió darse cuenta del mal trabajo que hizo y quiere empezar a compensarlo.

—Pero... ¿Así de la nada? ¿De un día para el otro?

—Dale el beneficio de la duda... ¿Quien sabe? Quizás ese nuevo novio suyo le impulsa a ser una mejor persona.

—... Tal vez tiene algo terminal.

La chica lo regañó con la mirada a lo que el pelirojo solo pudo cruzarse de brazos, escéptico. Sabía que las personas podían cambiar si así lo que querían, pero, dudaba que su padre realmente hubiese hecho una instripección al respecto, tenía el ego demasiado inflado como para hacer eso.

Decidió no darle más vueltas al asunto, quizás su amiga tenía razón y el rencor le impedía ver la realidad. Pagaron sus cafés al dueño del local, quien estaba cubriendo a cierto jovencito rubio que se había atrasado en su turno y éste los dejó salir por la puerta de servicio, ya que se estaba desarrollando una pelea en la calle principal y no le convenía económicamente que los huesos de sus clientes terminasen molidos hasta volverse talco.

Ambos reían tras comentar una tontería dicha por su amigo en común cuando una sombra apareció corriendo por la boca del callejón, sombra la cual frenó tan pronto cayó en cuenta de la presencia de ambos. Se congelaron en su lugar con la chica tomando un paso al frente para proteger a su amigo en caso de ser necesario, frente a ellos se encontraba Púlsar, el villano de la gravedad.

Decir que se les bajó la presión era decir poco, el supervillano de ropas negras y púrpuras era conocido por eliminar la gravedad de cualquiera que se le cruzase por en frente. Si no había un héroe por los al rededores que pudiese socorrerlos a tiempo, sus víctimas ascendían hasta morir asfixiadas. Ambos retrocedieron hasta pegarse a una pared con el encapuchado caminando en su dirección a paso calmado, listo para enviarlos a la estratósfera.

Entonces se detuvo, no podía estar seguro por culpa de aquel visor opaco pero Fundy estaba casi seguro de que le estaba mirando a él. El villano giró y siguió su camino, aunque no despegó sus mirada de ellos en ningún momento para asegurarse de que no hicieran ningún movimiento sospechoso. Una vez estuvo a una sana distancia volvió a correr, metiéndose a la primera puerta que encontró en su camino.

—...Vaya, parece que alguien amaneció hoy de buenas. Bien por nosotros.—Suspiró aliviada Nikki luego de aquella salvada.

—No te parece como si... ¿Estuviese huyendo de algo?

—¿La policía?

—Nah, Desde que Hawthorn hizo crecer Rafflesias en la estacion nadie respeta a los señores huevo podrido... ¿De quien podría...?

Antes de que pudiese terminar su pregunta la más baja le agarró del cuello de la camisa, jalandolo detrás de un contenedor de basura, su nariz se estrelló contra el metal haciendo un sonido gracioso. Fundy iba a quejarse cuando la pelirosa le cubrió la boca con la mano, aterrorizada.

Mask entró al callejón

Fundy comenzó 8a hiperventilar, maldiciendose a su mismo por no haber preguntado a que villano estaban enfrentado los héroes. En una ciudad tan grande con tantos villanos de diferentes niveles, había uno con el que jamás debías toparte, y ese era Mask. Mask era el más brutal y sanguinario de todos, a quien no le temblaba la mano a la hora de asesinar inocentes y que ni siquiera parecía tener un objetivo tras las atrocidades que cometía. Algunos lo hacían por dinero, otros por sus retorcidos ideales, Mask no era ninguno de ellos. El era caos.

Se agazaparon tras el contenedor, rezando a cada dios del que tenían conocimiento para que no les encontrase, fue entonces que Fundy le presto mayor atención y se quedó sin aire. El hombre llevaba a cinco niños pequeños con él, a una la cargaba en brazos, a otro lo llevaba de la mano y el resto simplemente lo seguían siendo demasiado pequeños para entender lo que estaba sucediendo.

El pelirojo agarró una roca, listo para ponerse de pie e ir directo a la nuca del villano, pero su amiga lo sujetó con fuerza, evitando que hiciese la estupidez que estaba pensando. Podía verse que aunque Nikki trataba de mantenerse tranquila, estaba al borde de una taquicardia, con su corazón retumbando tanto en sus oidos como en los de Fundy. 

—¡Pero los niños...! —Fundy estaba desesperado pero Nikki tan solo negó con la cabeza. No había nada que ellos pudiesen hacer.

Apretó los puños, y echó un vistazo fuera del su escondite, observando la espalda de Mask. Sus ropas estaban completamente teñidas de sangre ajena.

Un héroe de bajo rango apareció al rescate, un certero disparo en el centro de su frente y el héroe de capucha negra con setas bordadas cayó muerto. El enmascarado siguió caminado sin siquiera inmutarse, diciéndole a los niños algo para que avanzarán junto a él.

Y solo se quedó allí oculto, como un cobarde. A pesar de ya estar en casa, sus manos no habían dejado de temblar.

Quizás su padre tenía razón sobre él, debería de haber hecho algo en ese momento, atacarle, distraerlo, lo que sea, cualquier cosa con tal de salvar a esos niños. por su culpa ahora estaban muertos o incluso algo peor, por su culpa el héroe había fallecido, si tan solo hubiese actuado todo podría haber sido diferente.

Pero no lo hizo, no hizo nada, era casi como si el mismo los hubiese asesinado, era su culpa. Tenía entrenamiento, sabía pelear muy bien pero ni siquiera lo intentó. Las buenas personas debían de cuidar y proteger a los más débiles, él no lo hizo, era un inútil, un fracasado, un inservible pedazo de...

Su teléfono sonó, quitó las manos de su rostro y agarró el celular viendo el nombre de Jack en la pantalla, respiró profundo para no sonar alterado y contestó.

—Mierda Fundy, mierda ¿Lograste verlo? Dime que si por favor.

—Ay no, no me asustes ¿Qué sucedió ahora? —Preocupado se incorporó en la cama, podía posponer el autodesprecio, esto parecía ser importante.

—... Tú papá asesinó a The Warden.

La Madriguera Del Zorro [DreamSmp] [Reescribiendo]Where stories live. Discover now