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Yoongi no mentía cuando le dijo que Jungkook había entrado en un tipo de depresión muy lastimera. Todo su cuarto olía a omega deprimido, fuerte y agrío, había basura en todo el piso, envases de bebidas a medio beber, bolsas de papitas regadas alrededor del escritorio y un Jungkook de espaldas a la puerta, sentado tristemente en un sillón puff frente a la televisión. Un anime del cual desconoce el nombre se está reproduciendo mientras el omega come ramen picante directamente del empaque.

- Estúpido alfa, ¡No te merece! - Jungkook está gritándole a la televisión como alguien que ha perdido la cordura, y Taehyung no se atreve a entrar de todo al cuarto y enfrentar sus sentimientos. El capítulo del anime termina, igual que el ramen del omega, y Jungkook se pone de pie para buscar en donde demonios dejó el control, apenas y nota al Alfa de pie frente a la puerta, por lo que ya es muy tarde ponerse algo de ropa decente y Taehyung aprecia en primer plano el abdomen marcado y las piernas fuertes de Jungkook. - ¡No me mires! - grita asustado, cubriéndose con una camiseta sucia que encontró en el piso. Muy tarde, piensa Tae, quién ya ha empezado a gruñirle territorialmente y sostiene con ansiedad las flores entre sus manos. - Son... ¿crisantemos? ¿Cómo sabes...?

- Perdóname por ser un alfa tonto que no sabe reconocer sus sentimientos. - Taehyung extiende las flores al omega, quién no tarda en tomarlas entre sus manos con una sonrisa confidente en su rostro lleno de ojeras oscuras. - ¿No has podido dormir, cachorro? - Dios, Jungkook ama que lo llamen cachorro, pero no es el momento para sus perversidades y asiente despacio a la pregunta.

- Todo es tu culpa. No puedo dormir por tu culpa, maldito alfa badboy. - Eso dolió, mucho, le dolió en el orgullo de Alfa. - ¿Cómo sabías lo de las flores? Nadie más que mi familia lo sabe.

- Tienes vecinos chismosos. - Tae acaba de delatar a Jimin damas y caballeros, pero no es su culpa que justo cuando él quiere descansar en el pequeño balcón de su cuarto los alfas hormonales visiten al hijo menor de los Jeon. Es bonito, no lo va a negar, pero no tan bonito como Min Yoongi. 

- ¿Los Park? - Taehyung asiente con un ruidito, extendiéndole el ramo de crisantemos al omega de pie en medio de la habitación.

- ¿Te deprimiste mucho... por mi? - Jungkook no responde, le avergüenza decir que se encuentra así por un Alfa, desde hace mucho tiempo que se había prometido a sí mismo no tener sentimientos románticos por uno, incluso se hizo a la idea que se casaría con un beta y adoptarían cachorritos a los 30, pero al parecer al señorito Taehyung se le ocurrió hacer acto de presencia en su vida y ahora no hay manera de que elimine su bonita sonrisa de sus recuerdos. Quiere agarrarlo a golpes y a besos al mismo tiempo, ¿Cómo es posible? - Te odio demasiado... te quiero golpear con mis guantes de box.

- ¿Y por qué no lo haces? espera. - Taehyung se deshace de todas las cosas que trae consigo, su celular, cartera, un par de anillos y las argollas pequeñas en las perforaciones de sus orejas, y antes de que Jungkook diga algo más también se quita la playera para que pueda ver las marcas de sus golpes en su cuerpo. - Anda, golpéame. No me voy a defender.

- ¿Eres masoquista o qué?

- Uhm, no. Pero, te sientes mal, y si golpearme te va a hacer sentir mejor pues, adelante, lo soportaré.

Taehyung cierra los ojos y lleva sus manos tras su espalda, esperando algún golpe duro en el abdomen o el pecho, estaba preparado para los golpes, pero no para lo que Jungkook estaba haciendo. Sus propias manos abandonaron su lugar tras su espalda, y fueron a dar a la cintura de Jungkook para apretarla con fuerza, manteniendo el abrazo del omega por un rato más. Es cálido, con una sensación dulce y amarga al mismo tiempo, se siente en el latir desesperado de su corazón y la ansiedad de sus manos por acariciar la espalda del omega, de darle consuelo al cachorro que llora en su pecho como si su vida dependiera de eso.

Entre AlfasWhere stories live. Discover now