Capítulo 13.

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Shawn y yo fuimos al supermercado a las 3 de la tarde, haríamos spaghetti al pesto de entrada y de plato fuerte carne con ensalada y puré de papas. Compramos todo lo necesario: pasta, albahaca, carne marinada, papas, lechuga y fruta. Después llegamos y pusimos todo en la mesa.
Empezamos con el puré de papas que dejaríamos en el refrigerador.
-Tú haces el puré y yo desinfecto la lechuga mientras pico la fruta- propuso Shawn mientras sacaba la tabla para picar.
-Es difícil hacer el puré de papas- reclamé.
Me dirigí a la alacena recordando el puré de caja que compramos hacia unas semanas.
Shawn, sin darse cuenta del puré procesado, me miró con cara de reproche.
-Está bien- dije guardando las papas y sacando la caja.
Terminamos al mismo tiempo de hacer nuestra tarea y Shawn guardó la fruta para después adicionarla a la lechuga desinfectada.
-¿Y ahora?- pregunté sentándome en la barra. Esperando que me diera instrucciones, como una fiel ayudante.
-¿Qué te parece si me hago cargo de todo y vas poniendo la mesa?- preguntó. Le hice un puchero diciéndole que no con la cabeza. Se acercó. Mis rodillas estaban a cada lado de su torso.
-Lo haremos todo juntos desde ahora, ¿recuerdas?- dije, estaba tan cerca que sentía su respiración.
Shawn vaciló un momento y me besó.
-Imagina cuando tengamos que hacer la comida todos los días- comentó alejándose y sacando un recipiente para hacer el spaghetti- tendremos que repartir quién hace de comer y quién cambia los pañales al bebé. Aunque si me tocan los pañales nos podríamos turnar ¿no?
Al escucharlo me di cuenta que Shawn no quiere darlo en adopción. Ya está pensando en el futuro. En nuestro futuro. Hoy determinaremos cuál es la mejor opción. Pero sin duda es diferente a la opción que él desea más.
-¿Qué estás pensando?
-Nada, nada- respondí mirando al piso- no quieres darlo en adopción, ¿verdad?
-No, lo estuve pensando Mia. Tal vez sean pesados estos años. Pero imagina el futuro. Cuando estemos más grandes y ya nos hayamos hecho de cosas. Cuando tengamos hijos y vayamos a Disneyland- hizo una pausa y suspiró- pero todo depende de nuestros padres.
Ellos tenían la última palabra, aunque nosotros seamos los padres, ellos serían los que nos apoyarían económicamente, en cierta forma.
Observé a Shawn hacer la comida y terminé accediendo a poner la mesa. Saqué los manteles, la vajilla y los vasos.
Al terminar, mis padres bajaron y les dije que se fueran sentando mientras abría la puerta. Entraron los papás de Shawn y me saludaron bien, como siempre.
-Voy a ayudar a Shawn con la comida- comenté en cuanto se sentaron- ya vuelvo.
A Shawn solo le faltaba asar dos filetes de carne más así que saqué un recipiente hondo y puse la lechuga, después saqué la fruta que Shawn picó del refrigerador y la agregué revolviendo todo.
-No olvides llevar el aderezo- me recordó Shawn y lo saqué en seguida poniéndolo al lado.
-¿Qué falta?
Ya el spaghetti y el puré estaban en sus respectivos refractarios. Recordé la carne y saqué un plato alargado.
Acerqué el plato a Shawn y acomodó los filetes, hasta el último que ya estaba listo.
-¿Y si primero llevamos sólo el spaghetti?- preguntó Shawn y asentí.
Salimos de la cocina y nos dirigimos a la mesa juntos. Shawn puso el bowl en medio y nos sentamos. Quedamos juntos y yo estaba del lado de mi mamá y él de su papá.
-Y bien... ¿Ya les servimos?- preguntó Shawn interviniendo el incómodo silencio que nos rodeaba.
-Si por supuesto- contestó mi madre.
-Claro- dijo la mamá de Shawn, Karen, casi al mismo tiempo.
Shawn se paró y le acercaron los platos mientras el los llenaba. Le pasé el suyo y en cuanto terminó se sentó.
Enrosqué el spaghetti en mi tenedor y me lo comí lentamente. Sentí como se me bajaba pesadamente por la garganta, había un ambiente muy denso y veía como nuestros padres comían silenciosamente, sin duda era algo muy incómodo. Hasta que vi que Shawn intentó enroscar su spaghetti y se cayó al plato toda la pasta al llevarla hacia su boca. Después, volvió a intentarlo y terminó con un sólo fideo. Así que volvió a enroscar el spaghetti. 'Si se le cae de nuevo no podré aguantar la risa' pensé. Y en cuanto se volvió a caer todo de nuevo de su tenedor no pude evitar reírme. Shawn me volteo a ver y se estaba riendo también.
-No puede ser Shawn, así nunca acabarás- le dije entre carcajadas.
-Lo sé, creo que necesitaré un tenedor más grande- contestó riendo y levantando su tenedor.
Cuando la risa se fue apagando me di cuenta que los papás de Shawn me estaban viendo y mis papás observaban a Shawn.
Sentí algo en la rodilla, la mano de Shawn. La busqué debajo de la mesa intentando no hacer gestos y al encontrarla la apreté. Recibí un apretón de vuelta.
Vaya, esto era cada vez más incómodo.
-Y bien Shawn, ¿planeas seguir con tus estudios o entraras a trabajar?- preguntó mi papá.
-Todavía no lo sé...- empezó a decir Shawn nervioso.
-Depende de ustedes- intervine.
-¿Qué?
-Sí. Si ustedes podrían apoyarnos y permitir que Shawn continúe con sus estudios- comenté nerviosa.
-Pero claro que seguirá sus estudios- dijo Manuel, el papá de Shawn, exaltado.
-Papá, pero necesitaremos dinero- puntualizó Shawn.
-¿Así que no lo darán en adopción?- preguntó Karen confundida.
-Por supuesto que no- contestó mi madre apresurada.
-¿Y quién lo mantendrá? ¡Son sólo niños!
-Nosotros. Nosotros les ayudaremos.
-¿Acaso es lo que ustedes quieren?- preguntó Karen viéndonos.
-Si mamá, no queremos dárselo a otras personas- contestó Shawn hablando despacio.
-¿Acaso creen tener la madurez suficiente para responsabilizarse de otra vida?- preguntó mi padre enojado- ¡son sólo adolescentes!

"Pero son muy jóvenes", "tienen que atenerse a las consecuencias", "no podrán con todo esto", "necesitarán un hogar". Comentarios volaban a nuestro alrededor, a favor o en contra. Aveces cambiaban su postura pero sólo querían discutir. Y cada vez que decían algo fuerte Shawn apretaba mi mano y en respuesta, yo la apretaba de vuelta.
-¡Ya!- intervino Shawn entre los susurros- ¡basta!
Todos guardaron silencio y le prestaron atención.
-Nosotros sólo queremos hacer lo mejor. ¿Que si terminaremos divorciados por haber tomado una decisión apresurada? No, jamás dejaría de querer a Mia. Yo quiero estar con ella. Y si, las cosas se adelantaron un poco. Y si, también pensarán que somos unos adolescentes que no tienen idea de qué hacer o con quién acudir, y que afirman poder hacer todo aunque no tengamos idea. Pero de lo que estoy seguro es que tenemos más madurez de lo que creen y sabemos más cosas de las que imaginan. Yo estoy seguro que podré hacerme cargo de un bebé, yo estoy seguro de que si me dejan continuar con mis estudios no los defraudaré. Yo estoy seguro que nunca la dejaré sola y siempre estaré a su lado pase lo que pase. Por que estoy loco por ella y sacrificaría cualquier cosa por no defraudarla. Dejaré de ir a fiestas, no tomaré ni una gota de alcohol más en toda mi vida y estaré dispuesto a cambiar todo para que ese bebé crezca sano, feliz y con una familia, y si no les parece, lo siento, pero esto es lo que quiero, ahora o en 5 años o en 30, quiero estar con ella, aquí y con su compañía.

Me quedé pasmada, no sabia que decir. No sabia que hacer. Quería llorar pero también sonreír y demostrarles a mis padres que tenía al mejor chico que podría tener a mi lado, y que ese chico estaría conmigo siempre.
Me levanté y lo abracé muy fuerte.
-Te amo- le dije al oído con una voz apenas audible.
-Y yo a ti- contestó en susurro.
-Si eso es lo que quieres...- empezó a decir su papá y luego volteó a ver a su esposa sonriendo- te apoyaremos.
-Gracias papá- contestó Shawn con las lágrimas al borde de los ojos.
-Tenemos una casa en construcción y seguro estará lista antes de que Mia de a luz, podríamos prestártela mientras buscamos compradores- comentó sonriendo- y seguirás en la escuela, pero tendrás que conseguir algún empleo para que des de tu parte.
-Claro que sí papá, muchas muchas gracias- dijo Shawn levantándose para darle un fuerte abrazo a su papá.
Mis padres me voltearon a ver y me sonrieron.
-Tú también puedes seguir estudiando- comentó mi mamá- en los últimos meses de embarazo y los primeros meses de haberte aliviado podrás estudiar en línea. Investigué de un programa muy bueno que te ayudará a ponerte al corriente con todo.

Seguimos comiendo, nuestros padres compartían chistes después de unas cuantas copas de vino y siguió la velada.

Ya teníamos la solución a muchas cosas, pero faltaban una infinidad más: decírselo a la familia, ver que doctora me atendería, afrontar los chismes de la escuela y saber con exactitud cada cosa que haríamos.
Pero una cosa era segura: nos quedaríamos con el bebé.

Sixteen and pregnant. Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora