¡Comienza la Aventura!

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Aviso: no soy propietario de ningún ánime, imagen o personajes que aparezcan. Créditos a sus correspondientes creadores.

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Capítulo 3: ¡Inicia la Aventura!

Destellante, el alba nacía del horizonte lejano y comenzaba a iluminar con fulgor las tierras kantonianas, siendo recibido en Pueblo Paleta por el cacareo a triple coro de los Dodrio locales.

Dentro de una modesta pero acogedora vivienda, un chico recibía los rayos de luz directo en su rostro pero esto no era capaz de interrumpir su profundo y cómodo dormir, a diferencia de su fiel amigo y compañero de batallas que ante el molesto ruido producto de la alarma en la habitación, empezaba a abandonar los dominios del pokemon legendario Cresselia.

Al ver el despreocupado e indiferente rostro dormido de su entrenador, no pudo evitar mostrar una mueca de frustración al darse cuenta que hoy era un día como cualquier otro, donde el joven de piel trigueña no espabilaba ante ningún estímulo externo a su espacio onírico, por lo que le tocaba a él ahora el tratar de despertarlo.

-Pikapi(Satoshi), Píka(arriba)- comenzaba a zarandear su cabeza más que nada para que apagase esa porquería que siempre sonaba pero que nunca daba resultados con el pelinegro -¡Pikapipi, Kapi!(¡Levántese, vago!)-

En respuesta a la brusquedad del pokemon y mostrando un mínimo estado de somnolencia, el joven confundió su cabeza con la forma esférica que tenía su reloj, el cual era una pokebola, tomándola con fuerza y apretándola, reconociendo que la textura y dureza no correspondían a un objeto, por lo que lo descartó y siguió palpando detrás de él hasta tomar lo que esta vez si parecía ser el artefacto correcto, sólo que como varias veces anteriores había ocurrido...

-¡~Mmm ve, yo te elijo~!- al parecer aún seguía soñando, lanzando la alarma como si fuese una pokebola real para sorpresa de un adolorido Pikachu, quien presenció el impacto y como aquel molesto dispositivo caía hecho pedazos al suelo, saliendo un Pidgey falso de su interior.

Oír nuevamente los ronquidos del Ketchum, ignorante del daño que acababa de hacer y del golpe que le dio, le había hecho perder los estribos...

Piso inferior...

Allí se encontraba Delia preparando el almuerzo, puesto que el desayuno había sido ya hace una hora y como bien conocía el largo sueño que necesitaba su hijo para tener su energía habitual durante el día, lo dejó dormir de más mientras ella hacia algunos quehaceres de la casa.

En la mesa principal del comedor se hallaba el pokemon Barrera, Mr. Mime, haciendo una de sus características pantomimas, usando las yemas de sus dedos para solidificar las partículas de aire y crear una pequeña barrera rectangular del tamaño de su mano.

Ésta era bastante peculiar, pues a primera vista, parecía que el mimo estaba emulando a una persona escribiendo en su celular y diciendo sus ideas en voz alta.

-Mi Mime Mi Mime Mime, Mister Mime, Mis-Mis Mime Mi Mime("Ésta era bastante peculiar, pues a primera vista, parecía que yo estaba emulando a una persona...")-

¡Chuuuuuuuu!
¡Ahhhhhayayayaaahhhhh!

La pelicafé escuchó los alaridos provenientes del cuarto de su hijo y sólo pudo suspirar con pesadez; tendría que ir a levantarlo ella como siempre.

...

-¡Ash Ketchum! ¿¡Sigues dormido!? ¡Levántate o llegarás tarde al laboratorio del Prof. Oak!- exclamó disconforme mientras jalaba las mejillas del azabache, siendo vistos por Pikachu que se sintió algo decepcionado al darse cuenta que su amigo ya se había acostumbrado a sus descargas, por lo que ésta ya no era una carta factible para hacerlo reaccionar en momentos como éste.

Journeys: El Sueño Del Chico De Pueblo PaletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora