𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 48

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El viaje duró más de dos semanas.

Sin embargo, fue posible porque la gente de Actilus era  fuerte y tenía excelentes habilidades físicas en general.

Como ejemplo, Sisen y yo sufrimos de dolores
musculares durante todo el viaje por la empinada
montaña, pero Sylvia estaba valiente.

podía moverme correctamente  hize un sonido de 'Uh-huh'.

Pensé que iba a decir algo, así que me veía un poco
nervioso, pero Raniero solo suspiró.

Luego me subió a su caballo.
El campo de visión se elevó bruscamente.

Cerré los ojos con fuerza y rápidamente agarré el mango de la silla.

Como si supiera que estaba ansioso, el caballo negro del
que Raniero estaba orgulloso sacudió ligeramente la
cabeza y pateó el suelo con las patas delanteras.

Justo cuando su alma estaba a punto de apagarse,
Raniero saltó sobre su caballo y tomó las riendas.
Entonces las palabras que parecían hacerme caer
rápidamente se volvieron suaves.

Raniero, sin decir una palabra, me puso frente a él y siguió.

Lo miré desconcertado, luego relajé lentamente mi
cuerpo y apoyé mi espalda en su pecho.

Entonces, de repente, Sisen estaba un poco preocupada
y miró hacia atrás, y luego sus ojos se encontraron con
Sylvia.

Sylvia no pudo ocultar su expresión de sorpresa y
miraba hacia este lado.

'¿Su Majestad?'

Sonaba así.

Me sonrojé y rápidamente me giré hacia adelante.

'cuidando' de mí también, pero Sylvia, quien nació y se
crió en Actylus, se vería realmente extraña.
Al final de la caminata, apareció un desierto áspero.

Podía escuchar los guijarros rodando y rompiéndose bajo
las herraduras.

Era un lugar donde no se veía nada salvo la ligera brisa y los espinos, y unos animalitos que toleraban bien el frío y el hambre.

Era difícil de creer que el Espíritu Santo de Tunia
existiera después de caminar durante mucho tiempo aquí.

Después de un día completo de caminata, comenzaron a
aparecer pueblos. Parecía que no estaba de buen humor.

Los Caballeros del Imperio Actilus pasaron por los
pueblos con majestuosidad.
La gente miraba la procesión a través de las ventanas.

Nadie salió y miró. Actilus es el objeto del miedo.

Simplemente fingieron no estar en la casa, conteniendo
la respiración. La mujer que hizo contacto visual conmigo
respiró hondo y cerró la cortina con fiereza.

Esta fue la primera vez que me di cuenta de lo que la
gente fuera de Actylus pensaba de Raniero Actylus.
Era un factor de riesgo que podía destruir su hogar en
cualquier momento.

La gente de Actilus, por supuesto, lo sabía. Pero no era tímido en absoluto, más bien orgulloso de su poder.

La debilidad es una virtud, la debilidad es un vicio.
Entonces, una nación sin ninguna culpa por el saqueo y la guerra.

'Porque soy una persona débil, no puedo estar de
acuerdo con ese pensamiento'.

Reflexioné, mirando la mano de Raniero sosteniendo las
riendas.

Esposo VILLANO la que te obsesiona está allá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora