Esposo VILLANO la que te obsesiona está allá

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 31

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"... ¿Está loca?"

Raniero pronunció exactamente lo que tenía en mente. Sin embargo, eso no despertó a Angélica.

Fue absurdo.

No solo le tenía miedo, sino que también tenía la cortesía básica y el sentido común. Eso significaba que no era una idiota por dormir al lado de un 'Emperador trabajador'. ¿Debería revisar su evaluación de ella...?

"Hola, emperatriz".

Raniero se levantó de su asiento y se arrodilló frente al sillón de Angélica. Podía oler el sol, tan extraño como sonaba. Su cabello fino voló al azar. Si se giraba ligeramente, sus hombros pálidos y su rostro delgado quedarían al descubierto. Tenía una cara relajada, diferente a cuando estaba despierta.

Angélica tiene una cara bonita, aunque a sus ojos, todas las curvas que formaban su rostro parecían demasiado suaves...

Era realmente extraño recordar una cara como esta.

El sonido de su respiración tranquila también se podía escuchar cuando él se inclinó más cerca. A pesar de que acababa de quitarle los ojos de encima, parecía que ya se había quedado profundamente dormida.

A él no le gustó.

Pensando en eso, Raniero apretó ligeramente la mejilla de Angélica. Ella todavía no se despertó.

"Me gusta tu coraje."

Raniero casualmente escupió palabras que eran contrarias a la evaluación de ella: 'mucho miedo'. Sin embargo, pronto olvidó lo que había dicho.

Bajando la cabeza profundamente, sus labios se entrelazaron con los cálidos y carnosos labios de ella. Los labios de un durmiente se abrieron sin resistencia y Raniero rió con picardía.

Morder.

"¡Aack!"

Angélica despertó de inmediato de un dolor vertiginoso que atravesaba su delgada piel. Podría haber aguantado, pero Raniero decidió detenerse y apartar la cabeza.

Cuando levantó las rodillas y las abrazó, solo su cabeza estaba erguida y miraba hacia allí. Tenía una cara graciosa. Las lágrimas llenaron sus ojos verde pálido, abriendo ligeramente sus labios para revelar sus dientes frontales. Al mismo tiempo, su expresión estaba estupefacta y avergonzada.

Sus labios temblaron.

Rápidamente se limpió los labios con el dorso de la mano. Afortunadamente o no, no había ninguna cicatriz en sus labios.

Por otro lado, Raniero se encontraba bastante bien.

"No duermas".

"...Sí."

Diciendo eso, se sentó de nuevo. Raniero fingió concentrarse en su trabajo reabriendo la correspondencia que ya había leído.

Naturalmente, su atención se centró en el asiento de Angélica. Primero se escuchó un suspiro muy superficial. Luego, se escuchó el sonido de su ropa rozándose mientras se retorcía el cabello. Mientras doblaba la carta un tiempo después, pudo escuchar ruidos desde atrás mientras abría la otra.

Cuánto tiempo ha pasado...?

"Yo... le pido perdón, Su Majestad..."

Como si hubiera llegado al límite de su somnolencia, Angélica se atrevió a hablarle.

"Dime."

"¿Puedo tener algo que hacer..."

Debo haber estado muy aburrido. Aun así, Raniero no respondió a propósito.