Capítulo 11

761 91 10
                                    

Pasaron unos segundos y Bakugou aún mantenía su agarré en mi cintura, y me sentí....

Me sentía...

Me sentía muy diferente a aquella noche en el concierto, no podía negar que Bakugou estaba mucho más guapo que cualquier otro chico que haya visto.

Pero... Está situación se estaba volviendo incómoda para mí.

-- mmm... ¿Bakugou?

Su mirada dejo de recorrerme y al fin, me miró directo a los ojos.

- Tu... Mmm... Creo... -sus ojos me ponían nervioso- ¿Podrías soltarme? - en su cara se había formado una media sonrisa.

Su sonrisa me pareció un gesto ama...

- Con gusto pequeño imbécil

Retiro sus manos de mi cintura de golpe, mis manos resbalaron de su cuello y yo terminé en el suelo.

Hablé muy pronto.

-¡Ay! -un dolor leve se formó en mi espalda baja- ¡eso dolió Bakugou! -grite- realmente eres un idiota.

Ya de pie, hice unos estiramientos con la esperanza de calmar los dolores en mi espalda baja, no funcionaron.

- Es la segunda vez que te salvó y no me das las gracias pequeño bastardo.

- No le doy las gracias a imbéciles

Ahora sí estaba enojado con este tonto, me cruce de brazos y le mire directo a los ojos, algo difícil considerando que es una cabeza más alta que yo.

Diablos.

- Suerte usando el microondas tu solo pequeño Deku de mierda -se dió la vuelta y camino fuera de la cocina-

- Bakugou -le llame pero fui ignorado- ¡Bakugou! -esta vez grite, sin respuesta- y ahora me comeré los Takoyakis fríos... Genial -Suspire resignado-

Había pensado en buscar mis lentes de contacto, excepto por un pequeño detalle, y es que al ver borroso y que la habitación estaba es un segundo piso, la posibilidad de caerme por las escaleras era del 100 por ciento.

Tomar el ascensor ni de chiste, podría terminar perdido en el edificio apretando quién sabe que botón. Ambas opciones ya las había vivido de antemano y no pensaba repetirlas.

Así que solo me quedaba seguir apretando botones al azar y encender el microondas, estuve unos tres minutos mas averiguando cuál encendía el microondas, hasta que un punto negro muy apartado de los otros entro en mi campo de visión.

- Será que... - con mi dedo toque el punto y....

Nada.

Mientras me encontraba concentrado en buscar el pinche botón de encendido no me fijé en la figura que había entrado en la cocina.

- No traes tus lentes... ¿Cierto? -Me gire para ver una cabellera de color rojo y blanco, sin embargo, su voz era inconfundible para mi-

- Buenos días Todoroki... - Le salude - Y no... -le mire un poco confundido- ¿Cómo te diste cuenta?

- Midoriya... Desde que llegué has presionado las letras impresas en el microondas -Supuse estaba haciendo la misma cara de poker de siempre

- oh... -eso explicaba mucho- ¿Me ayudas a calentar estos? -señale los Takoyakis en la mesa-

- Claro, tengo unos minutos

Mi viejo amigo se acercó y tomo el plato de Takoyakis, vi como posaba su mano en el lado contrario al que yo estaba tratando de usar, el microondas emitió un sonido y se encendió, metió los Takoyakis y puso la cantidad de tiempo en lo que se calentarán.

- Y... -Note que se quedó de pie junto a mi- ¿Cómo has estado?

- ya sabes... Estudiando, entrenando, gastando la plata de mi padre... Lo de siempre -se encogió de hombros- ¿y que hay de ti?

- Bueno... - Recordé los últimos 4 días- no me quejo...

Seguimos hablando de varias cosas en lo que los takoyakis terminaban de calentarse.

A Todoroki Shoto lo conocía desde hace un par de años más o menos, su padre me había contratado para un concierto privado, curiosamente cuando llegue a ese evento encontré solo a Shoto, en cuanto me vio me dijo que no era necesario que cantará, pues él solo quería hacer sufrir la billetera de su padre.

Ese día la pasamos hablando de cosas sin sentido, fue muy divertido, para mí era como un día libre de mi apretada agenda como Idol y que además Todoroki era agradable a su manera, desde ese entonces hemos seguido en contacto.

-... ¿Y aún trabajas con Sasaki?

- Si... -Me pregunté dónde estará mi agente- tecnicamente será mi niñera hasta que cumpla los 25 años

- ¿Has ido a visitar a tu madre y a tu hermano? -Se escuchó el pillar del microondas, los Takoyakis estaban listos

Fijé la mirada en la caja blanca y la abrí, aunque solo viera a una mancha borrosa, no quería que Todoroki se diera cuenta de las lágrimas que se habían formado en mis ojos.

- No... Yo... -suspire- no eh podido desde que llegué a Japón, y probablemente no pueda hasta dentro de unos meses.

- Midoriya... Yo no...

- Descuida Todoroki -Me gire a verle, y sonrío, no quería que se preocupara más por mi- estoy bien.

- Bueno... Sabes que estoy aquí para ti -se acercó y coloco una mano en mi hombro -

- Claro que si -Inhale hondo y ahuyente como pude las lágrimas-

- Bueno, ya Bakugou debío haber llegado a la escuela -por un segundo se me hizo raro su comentario, hasta que añadió- No me llevo muy bien con él... ¿Recuerdas cuando te conté que casi me quiebran un brazo?

Asentí

- Fue él

- Por un lado te lo tenías merecido -dije reprochando le-

- Si... Si.... ¿Te parece si vemos luego una película? -Me soltó y se alejo-

- ¡Claro! -dije entusiasmado- Adiós Todoroki

- Adiós Midoriya

En cuanto la mancha de dos colores salía de la cocina, otra con un cabello negro entraba.

- Aquí estás -Aquella voz era la de Sasaki, mi queridísimo agente-

- Hola para ti también Sasaki - Agarre uno de los Takoyakis y los mastique, si estaban buenos- ¿Que haces aquí?

- Traigo tus itinerarios, más ropa, tu guitarra y un nuevo teléfono -mire que a cada lado traía unas manchas negras, las cuales supuse eran maletas-

- ¿Y que tiene el viejo teléfono? -pregunte confundido-

- este está codificado especialmente para no ser rastreado, no revelará tu ubicación a cualquier dispositivo, solo al mío, es decir, no te atrevas a abandonar este edificio o lo sabré.

- Ahy nu cumu crees -hable con la boca llena, -

- Además de... ¿Por qué hay tanta comida?

- Aquí Ahy... -trague lo que tenía en la boca- las chicas que viven aquí pertenecen a los "conejitos"

Sasaki soltó las maletas de golpe.

- ¡¿Y tú te vestiste así?! -Sasaki se acercó y me quito el plato d las manos- y deja de comer eso, te estoy hablando de algo importante Midoriya.

- ¿Alguna vez me dejaras tener un desayuno tranquilo? - le dije mientras tomaba un plato con tapa, en el haba hotcakes - uy.. delicioso.

Tome los el palto y un tenedor, comencé a disfrutarlos hasta que Sasaki me los quito.

- Ya deja eso... -volvio a poner el plato en la mesa- Tenemos muchas reglas que repasar en lo que estés aquí .

Canciones del Corazón (Bakudeku)Where stories live. Discover now