Capítulo 10: El pasado siempre te alcanza

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No, no podía seguir allí sentada en la escalera frente al vestíbulo esperando. Sentía que con cada sonido del reloj mi corazón se rompía un poco más, no era el sonido del segundero lo que retumbaba en el silencio era mi corazón quebrándose. Me levante y corrí a la puerta abrí y Salí por el vestíbulo hasta sentarme en las escaleras de mi terraza. Recosté la cabeza contra la barandilla y sentí las lágrimas correr por mi mejilla. Mierda la amaba de verdad y creí que ella me amaba igual. El frío me estaba congelado y comenzaba a desvanecerme. No sé cuánto tiempo llevo aquí pero sé que es tarde. Ya no soy consciente de que es real y que no. Sé que la luz del día llegara a mis ojos antes de volver a ver lo verde de ella.

Mi cuerpo tiene fuertes espasmos por el frio, pero no me importa, nada importa ya. Una luz me da en los ojos, pero ya no soy consciente de que es real y que no. Unos pasos vienen apresurados hasta mí y me envuelven unos brazos fuertes y calientes. Oh Dios es ella... es su olor, ese rico olor a flores... gardenias y vainilla. Pero no es ella lo sé, estoy alucinado. Dice un par de palabras que no logro entender y me levanta. Es tan fuerte. ¿Por qué siempre están fuerte y es más delgada que yo? Abre las puertas a patadas, todo lo veo borroso y me duele el cuerpo horrible.

De un momento a otro todo es calor. Estoy en mi cama y puedo sentir sus brazos a mi alrededor. Calentándome mi mente me juega, ella no está. No está porque me dejo, me dejo como Víctor no soy digna de amar. Finalmente me quedo dormida en un sueño inquieto donde tengo tres bebes pero nadie está a mi lado, veo a Lauren al otro lado de la acera y va con su esposa e hijo, está bien vestida en un traje negro muy elegante y su esposa rubia con un hermoso y estoy segura que caro traje negro, no están muertos ella me mintió y solo era su aventura. Se ríe de mí y dice que soy una ingenua al creer que una mujer como ella se podría fijar en una pueblerina como yo. Despierto escuchando ese estruendoso y espantoso ruido que era la risa de Lauren.

Casi caigo de la cama cuando desperté. Estaba en mi cama bueno en la que los últimos meses ha sido mi cama. No tengo ropa ando desnuda. No sé cómo llegue y como quede desnuda. Seguro yo misma entre mis delirios subí y me quede desnuda en la cama. Busco entre mis cosas mi ropa interior inferior y me pongo una camisa lo suficientemente larga para que le llegue a mitad de mis muslos. Mire el reloj, son las 7:00am, Leah aún no despierta. No tengo intención de salir a buscar alguna señal de accidente o de ir al pueblo a preguntar por Lauren seguro me dirán lo mismo que con Víctor y de la pobre ingenua que utilizan, además ahora no tengo ni a Bob para ir al pueblo.

Bajo las escaleras lista para hacer el desayuno. Sera cierto que cada "amor" de mi vida se han ido, pero han dejado algo en mi para ser feliz. Abrazo mi vientre queriendo proteger el ser que va creciendo dentro de mí. Cuando voy entrado a la cocina todos mis pasos se detienen, mis rodillas tiemblas y tengo que cerciorarme si realmente estoy despierta. Las lágrimas vuelven a inundar mis ojos. Soy consciente que voy cayendo al suelo, pero ella me atrapa antes que toque el piso.

- Camz, Camila...cariño- su voz me llena, me caliente y me alivia-

- ¿Lauren?- apenas susurro-

- Ven amor debes estar en cama, anoche te encontré casi congelada afuera- puedo percibir preocupación en su voz y algo de reproche.-

Me levanta fácilmente y escondo mi rostro en su cuello para volver a llorar, darme cuenta que es real y que estaba allí junto a mí. Ella me amaba y no me abandonó. No, no puede ser real.

- Tu no estas- dije aferrándome más a ella para asegurarme que es real- tu jamás llegaste-

- Lo siento amor, tuve que ir hasta New York y Bob no es lo mejor para ir hasta New York sabes?-

- No... estoy aluciando- no quería hacerme ilusiones de este sueño-

- Estoy aquí bebe- se paró a media escalera y mire esos hermosos ojos verdes- te amo Camz- y me beso. Dios eso labios de seda eran tan reales debía ser real-

Cuando Más Te Necesite-CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora