Capítulo 41 -Pasado oscuro-

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Miro a Sharekhort, señalo a los seres metálicos y pregunto:

—¿Qué has hecho con ellos?

Una profunda sonrisa se le marca en la cara.

—¿Qué he hecho? —Alza la mano y los seres se agrupan—. Los he moldeado para que sirvan como recipiente para mi poder.

Los músculos de las piernas me tiemblan, me cuesta mantenerme de pie, lucho contra el agotamiento, pero este me vence y caigo de rodillas contra el suelo.

Elevo la cabeza y lo miro a los ojos.

—¿Por qué eres capaz de impedir que canalice la energía del alma?

Le divierten mis palabras y también la impotencia que muestran; disfruta jugando conmigo.

—Tu ignorancia es deliciosa. —Camina a paso lento hacia mí—. Soy una puerta al vacío. —Los ojos le brillan con un rojo intenso—. Y durante mucho tiempo he estado susurrando a mentes atormentadas —aun siendo apenas apreciable, noto cómo el tono de la voz metálica cambia con las últimas sílabas.

No aparto la mirada del brillo rojizo, tomo aire por la nariz, recupero algo de fuerza y pregunto:

—¿Quién eres realmente?

Ríe.

—¿Quién soy? —Se mira la mano y cierra el puño despacio—. Soy un dios atrapado en el cuerpo de un sirviente.

—No entiendo...

Da los últimos pasos que lo separan de mí, me coge del cuello y me levanta.

—Cuando desterraron a los Ghurakis, el fiel Sharekhort, el perro faldero de We'ahthurg, no dudó en unirse a su amo en el destierro. —El rojo de los ojos arde con fuerza—. Tanta era la devoción que sentía por su padre, que empezó a explorar formas para que este pudiera realizar sus sueños. —Me suelta y me desplomo—. Si no fuera por su estupidez aún seguiría atrapado.

Aunque el cuerpo me pesa mucho, me levanto e insisto:

—¿Quién eres?

—Me han llamado de muchas formas, pero la que más me complace es la del creador caído. —Ladea la cabeza, fija la mirada en el pared y prosigue—: Después de que mis hermanos engulleran mi carne, los Ghurakis me empezaron a llamar así.

—¿Creador caído? —Al instante, me viene a la mente lo que me contó La Cazadora—. ¿Eres el creador de Ghurakis que quiso revivir a Los Asfiuhs?

No oculta la satisfacción que siente porque sepa quién es.

—Veo que La Cazadora te ha hablado de mí.

Miro a los seres metálicos y vuelvo a centrar la mirada en él.

—En nuestro anterior encuentro no parecías poseer este cuerpo.

—Cierto. —Se pasa las afiladas puntas de los dedos por el pecho—. Aunque estaba adueñándome de la mente de Sharekhort, aún no tenía el poder suficiente para destruir su consciencia. —Aprieta la piel con más fuerza y llegan a saltar algunas chispas—. Solo podía manipularlo sutilmente. Al él y a los Ghurakis que lo rodeaban. —Sonríe y baja la mano—. Aunque eso ha cambiado. Tú me has dado la fuerza necesaria para apoderarme de este siervo metálico.

Extrañado, suelto:

—¿Yo...?

Antes de responder, disfruta el momento guardando silencio durante un par de segundos.

—Tus habilidades son especiales. Cuando Sharekhort absorbió una parte de tu poder mi vínculo con él se fortaleció. —Sonríe—. La energía de tu alma fue capaz de destruir los últimos barrotes de la prisión en la que me recluyeron mis "queridos" hermanos. —La sonrisa se hace más profunda—. He esperado mucho tiempo a alguien como tú, alguien que acelerará la liberación. —Me roza el cuello con la punta del dedo, intento apartarle la mano, pero el brazo se me paraliza—. Sin ti, me habría llevado un par de siglos apoderarme de Sharekhort.

El Mundo en Silencio [La Saga del Silencio parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora