-¿Te han sacado sangre? – asintió. – Te hirió con la misma que se cortó, me lo contó Ramírez. – Oliver se quejó del alfa. - ¿Te sientes mal? Oli, tienes que decir si sientes algo raro, es importante, podría ser peligroso para el tratamiento.

-Él no tiene ninguna enfermedad, por lo que me han contado. – sonrió. – Igualmente me han hecho las pruebas, estoy esperando los esperando. Cuando despierte, iré a verlo. – a Scott no le pareció bien. – No pasará nada, Scotty vuelve a clase, iré a casa cuando termine.

La inspección del beta siguió su rumbo, por si acaso volvió a comprobar el abdomen de Oliver. Los moratones que tenía eran de las agujas, así que no se preocupó. No vio ningún corte o hematoma extra, después comprobó que pudiera mover su mano con cuidado. Oliver puso los ojos en blanco cuando le pidió que apretará su mano, Scott golpeo su cabeza cuando se negó.

-Oli, vas a contarme lo que pasó... - el beta aparto la mirada. – Oli, si no lo haces, se lo preguntaré a Ramírez. – apretó los labios para no hablar. – Te doy un minuto para que abras la boca. Si no lo haces, se lo preguntaré a tus compañeros.

-Scotty, es un asusto confidencial, no puedo contártelo. – no podía aguantar la mirada del beta. – Tampoco me cuentas lo que pasa en tu trabajo, quedamos en que lo que pasaba fuera de casa no se contaba...

-Treinta segundos... - Oliver puso los ojos en blanco. – Estoy esperando.

-Scotty, puede que te hayas asustado un poco, pero estoy bien, mira... - sonrió y se puso de pie. – Solo es una pequeña herida en el brazo, nada grave.

-Diez segundos... - el beta trago saliva. – Cinco... - Oliver se rindió. – Muy bien, se lo preguntaré a Ramírez. – lo miró de reojo. – Te doy otra oportunidad antes de salir.

Oliver le pidió que se siente a su lado. No debía contarle lo más importante, solo datos pequeños datos, así Scott se sentiría mejor, y lo dejaría seguir solo. Tal vez incluso lo convencía para volver a clase, suspiro antes de hablar.

-Antes de que me repliques, voy a pedirte que vuelvas a clase cuando termine de hablar contigo. – Scott no respondió. – Prométemelo, Scotty.

-Me lo pensaré... - el beta volvió a decir su nombre para advertirle. – Lo haré, si me lo cuentas todos.

-Ha sido un niño. – Scott entrecerró los ojos. – Menor de quince años, omega. – sonrió. – No quería que las alfas u omegas se acercaran a él, ya que no les gusta. Así que fui a hablar con él. – el beta asintió. – Pensé que lo tenía controlado, no pensé que atacaría, aunque creo que no fue un ataque, propiamente dicho.

-¿Qué hacía un menor en comisaria? – no le respondió. – Oli ¿Qué hacía un menor en comisaria? ¿Dónde están sus padres? ¿Por qué no los llamaste?

-Es complicado, Scotty. – el beta le gruño. – Ya te he contado lo que paso, puedes volver a clase, por favor.

Scott negó con la cabeza de manera contundente, mientras se acercaba aún más a Oliver, necesitaba comprobar que el beta estuviera bien. No solo le preocupaba la herida de su brazo, él solía esconderle cuando se encontraba mal, se había dado cuenta en las últimas semanas. Oliver tenía la manía de no contarle nada.

-Lo estamos protegiendo, es por su bien. Él no ha hecho nada malo... - Scott volvió a insistir en los padres del omega. – Es confidencial, Scotty, te he contado más de lo que podía, ahora, vuelve a clase.

-Quiero ver a ese niño. – la respuesta fue negativa. – Voy a preguntarle porque razón te ataco, si tú querías ayudarlo. Según lo que has dicho ¿verdad? – asintió. – Hablaré con él, no será nada malo, solo quiero saber ¿Por qué lo hizo?

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now