CAPITULO 14

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Tras varios intentos, y varias barritas de chocolate, el bebé se dejó ver. Nevan estaba demasiado emocionado, le pidió a Joe que se asegurará de su respuesta, no podía equivocarse, debía ser precioso.

-Es una niña, señor Keller... - el omega rio y se lo volvió a preguntar, quería asegurarse de que lo había escuchado bien – Una niña, señor Keller.

-¿La has visto bien? – el doctor asintió, Nevan miró a Nash eufórico y le sonrió – Es una niña, señor Smith.

-Una princesita, como Dama y Reyna ¿verdad? – Nevan volvió a sonreír, en el monitor podía ver a su bebé, que se movía demasiado.

Nevan escuchaba a ratos la explicación de Joe, el omega se repetía una y otra vez que era una niña, para no olvidarse, debía decírselo a Celia y a Jaxon, él tenía que saberlo, estaba seguro que iría a buscarlo una vez lo supiera, tan solo estaba esperando al mejor momento para ir a por él. No sabía si debía decírselo a los padres de Jaxon, no les cae bien, aunque intento ser un buen omega para su hijo, delante de ellos sonreía y hablaba con amabilidad, incluso le ofrecía darles de beber o de comer, pero nunca le respondían. Jaxon hablaba durante horas con sus padres, mientras él esperaba en la habitación, al señor Barsi le molestaban sus feromonas.

-Es una niña. – le repitió a Nash al salir del hospital, el alfa le respondió moviendo la cabeza – Mi bebé. – acarició su vientre – Papá cuidará de ti, duerme tranquila.

-Nevan ¿tienes hambre? – el omega asintió, estaba hambriento, aunque hubiese comido las barritas, eso no lo llenaban lo suficiente – Entonces vamos a la panadería, antes de que se llene de gente.

-Él estará feliz...- susurro Nevan, cuando Nash le preguntó quién estaría feliz, no obtuvo respuesta.

Nash le coloco bien la bufanda para que no tuviera frio, la ciudad estaba casi congelado, Nevan le dijo que prefería caminar por el barrio de los omegas, ya que las calles eran muy resbaladizas, el alfa no dijo nada cuando se apoyó a él.

-Es por seguridad. – le aseguró el omega, mientras apretaba sus manos sobre el brazo del alfa – Me puedo caer, mi bebé se haría daño si me caigo. – Nash no sé quejó.

-Es como si estuvieras patinando ¿verdad? – Nevan estaba demasiado concentrado en el suelo, no lo escucho - ¿Sabes patinar? ¿Has ido alguna vez?

-No, era algo que no estaba permitido en el internado. – inflo sus mejillas, debía mantenerse concentrado – Aunque hice un muñeco de nieve, lo cuide hasta que se derritió.

Nevan respondía las preguntas de Nash de vez en cuando, cuando no estaba demasiado ocupado, el omega hablaba con seriedad de algunas cosas, en otras simplemente sonreía o hacía como si no lo hubiese escuchado, Nash se deba cuenta con facilidad, su compañero no era muy bueno escondiendo sus emociones.

-¿Sabes quién es la otra persona? – Nevan lo miro unos segundos y volvió a bajar la vista al suelo – Tu eres el papá del bebé, pero debe haber otra persona ¿no?

-Es mi bebé. – respondió con tristeza – Tan solo debes saber eso, ella es mi bebé, quien la bebé que está en mi vientre es mía.

-¿Esa persona lo sabe? – Nevan le gruño, eso significaba que no le iba a responder - ¿Sabes el nombre que le vas a poner a tu bebé?

-Lo tengo que pensar, aún queda mucho, mi bebé está bien sin nombre, por ahora. – sonrió con algo de tristeza – La llamaré bebé por ahora.

Nash espero a que Nevan entre en la pastelería, para cerrar la puerta. El omega cerró los ojos para poder concentrarse más en los aromas de lugar, su estómago volvió a rugir, Nevan observo a Nash con tranquilidad y le dijo que tenía hambre, el alfa lo siguió hasta la mesa donde quería sentarse.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now