CAPITULO 32

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Nevan intercambiaba la mirada entre Nash y Scott, mientras miraba con atención lo que estaba haciendo el beta. Sostenía la mano del alfa con cuidado, estaba asustado. Aunque ambos hombres intentaban calmarlo, Nevan estaba tremendamente asustado. Normalmente, Nash esperaría a quedarse a solas con él para tranquilizarlo en condiciones, pero no quería seguir teniendo la grapa en su mano. Se tuvo que aguantar algunas maldiciones que iban dirigidas a Scott, aunque ya había pensado cual sería la tortura más eficaz en su contra cuando Nevan fuera a dormir.

-Deja de mover la mano, si sigues así no podré sacarlo. – Nash apretó las dientes, era la tercera vez que Scott pellizcaba su mano con las pinzas. – Quieto, señor Smith.

-¿Le duele mucho? – pregunto Nevan con un pequeño puchero, Nash tenía ganas de abrazarlo, el alfa negó con la cabeza para no preocuparlo de más. – Gracias, señor Smith.

Scott puso los ojos en blanco cuando miró al alfa, Nash tenía una pequeña sonrisita triunfante en sus labios, había conseguido que Nevan le hiciese caso, aunque no fuera su intención en un principio. Enfadado volvió a pellizcar a Nash, el alfa estuvo a punto de insultarlo, pero se contuvo.

-Nevan, podrías sujetar la mano del señor Smith para que dejará de moverla. – dijo irritado, Nash le gruño por lo bajo. – Está vez te la sacaré, no te preocupes.

La grapa se encontraba en la comisura del dedo pulgar. Nash se quejó cuando Scott saco la grapa al fin, dos finas líneas de sangre recorrieron la palma de la mano del alfa. Nevan suspiro aliviado cuando vio que ya no tenía la grapa, parecía que era él quien había sufrido el accidente. Limpio con delicadeza la herida, los ojos de Nash tan solo lo miraba a él. Pudo escuchar como el beta le susurro "idiota", lo ignoro ya que no quería pelearse de nuevo.

-¿Se encuentra mejor? señor Smith... - el alfa asintió y acarició el cabello de Nevan con su mano buena. – Pondré una gasa para que no sé infecte, sería mejor que mañana fuera que le revisarán la herida.

-Lo tendré en cuenta, Nevan. – el omega sonrió. – No sé si esto puede afectar a su anemia, ha sido muy poquita sangre, pero puede ser peligroso para usted.

-Me encuentro bien, no creo que pase nada. – Nevan lo miró con las mejillas sonrojadas. - ¿Ocurre algo? ¿Te hicimos daño? – negó con la cabeza.

Nevan fue a sentarse al sillón que había reparado Nash, era mucho más cómodo para él sentarse en aquel lugar. Nash lo siguió en silencio, alertado por su estado de ánimo, estaba más triste de lo habitual. El omega susurraba a su bebé que todo estaba bien, para que no se preocupara, ella podía sentir lo mismo que su papá, así que siempre se aseguraba de que estuviera tranquila.

-Celia dijo que querías preguntarnos algo, Nevan... - el omega asintió cabizbajo, Scott se acercó a ellos después de esconder la pistola de grapas y guardar las luces que aín no habían colgado. - ¿Qué era lo que nos querías preguntar?

-¿Por qué seguís discutiendo por lo que paso en el desfile? – los culpables se miraron sorprendidos, Nash iba a contestar, pero el omega lo detuvo. – Señor Taylor, ya he perdonado al señor Smith. Además, quien debería estar enfadado debería ser yo, no usted.

-No estamos enfadados, Nevan. – intento sonar convincente pero no lo consiguió, Nash respondió lo mismo, pero el omega negó con la cabeza. – Nos llevamos muy bien, somos amigos...

Las sonrisas forzadas los delataron, Nevan hizo un pequeño mohín sin mirarlo. Scott le dio un abrazo a Nash, para ver si podían engañar al omega, pero él alfa lo aparto. El "estúpido", no tardo en salir de los labios del beta. Nevan suspiro con tristeza ante la mirada de los chicos, Nash intento hacerle sentir bien, diciendo que le gustaban los zapatos del beta, Scott frunció el ceño sin entender.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now