CAPITULO 56

13 3 0
                                    

Scott había descubierto el nuevo hobbies de Oliver, daba igual cuan cansado estuviera, siempre tenía que salir a dar una vuelta por los alrededores. Muchas veces se acercaba a la cabaña que había más alejada, de aquella pequeña aldea o pueblo, no estaba muy seguro de lo que era. Lo acompañaba por las noches, cuando Lily se dormía. Fingía interés por el deporte, tan solo para estar acompañado de Oliver, él no le decía nada, aunque a veces lo provocaba corriendo más rápido para probar cuanto tiempo tardaría Scott en alcanzarlo.

-Siempre has huido del ejercicio, Scotty. – se burló al ver que su compañero pedía tiempo muerto para reincorporase. – Puedes volver a la cabaña si quieres, yo iré pronto, cuando termine.

-Estoy bien. – respondió jadeando. – No entiendo porque te has detenido, Oli. – sentía que le faltaba el aire, pero no quería demostrárselo. – Podemos seguir.

-¿Estás seguro? – asintió agotado, sus mejillas estaban rojas. - ¿Quieres que caminemos?

Dudo en responder a la pregunta. Conociendo a Oliver, estaría preparando otra de sus bromas para hacerlo enfadar, pero no podía seguir corriendo a aquella velocidad. Oliver esperaba la respuesta en silencio, mientras trotaba en el mismo sitio, observando con una pequeña sonrisa pícara a su compañero. Pronto se rendiría, y volvería a casa, o por el contraría querría callarle la boca aguantando hasta el final sin quejarse. Nada estaba seguro con su pequeño escandaloso, había una tercera opción, pero no estaba muy seguro de que la cumpliera, así que tan solo espero un poco.

-¿Qué me dices? Scotty. – el beta lo miro con los ojos entrecerrado. – Scotty está empezando a hacer frio, te resfriaras si te quedas ahí quieto.

-Maldito beta con testosterona. – le gruño Scott furioso. – Quita esa sonrisita de tu rostro o te aplastare, sigamos corriendo, maldito tonto descarado.

Oliver se aguantó la risa por unos segundos, las amenazas de Scott nunca le habían dado realmente, aunque siempre terminaran con un "te mataré", "te aplastaré" o "batiré todos tus huesos". Scott se apoyó en el hombro de Oliver para poder levantarse.

-Estaría bien, que esa maldita cabeza de macho alfa, pensará un poco en este pobre beta. – se quejó al fin, Oliver querría molestarlo con un pellizco en la mejilla, pero no lo hizo. – Si esa mente tuya pensará un poco más en este pobre chico, sabría que tiene que bajar un poquito la intensidad, y no estar corriendo como si te persiguiera un rinoceronte.

-Los rinocerontes son muchos más rápidos que nosotros, acabaríamos aplastados por ellos. – se burló. – Scotty ¿te encuentras bien? – pregunto asustado.

Scott daba pequeños golpes en su pecho para hacer reaccionar a sus pulmones, sentía que se estaba ahogando. Llevaba un par de minutos quieto, pero no podía recuperarse. Había tenido algunos problemas respiratorios de pequeño, pero nunca llegaron a confirmarle del todo que tuviera asma. Odiaba el ejercicio, porque no tardaba en quedarse sin aire.

-Estoy bien. – Oliver acarició su espalda con cuidado para calmarlo. – No soy niño, deja de hacer eso, maldito.

-Ven, siéntate aquí, pequeño escandaloso... - lo ayudo a llegar al banquito que había escondido entre dos árboles. – Si no te encuentras bien, debes avisarme ¿te duele el pecho? – el beta se quedó en silencio. – Scotty, aquí hay mucho polen, y tu problema puede verse afectado por culpa de esto. Sé que te gusta acompañarme, pero tu salud es importante.

-Estoy bien ¡joder, Oli! – le refunfuño. – Solo necesito respirar un poco, no tengo alergia al polen, y lo sabes.

-Tu pecho ¿Se siente bien? – pregunto apoyando su mano sobre este. – Creo que no, Scotty.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now