-Es que no encontraba mi toalla.- mintió. – Scotty estaba más cerca, así que aproveche. – el beta se quejó. – Esto es más cómodo, espera, Scotty. – movió su cabeza mojándolo aún más.

-Maldito, suéltame. – el beta no le hizo caso. – Maldito...

Intento huir, pero no llego muy lejos, Woody y Junior imitaron a Oliver, mojando aún más a Scott, el beta comenzó a reírse al ver la cara que puso Scott, no les había enseñado como hacerlo rabiar, pero siempre conseguían que Scott se sorprendiera.

-Pasáis demasiado tiempo con papá Oli... - los canes lo ignoraron. – Él os esta enseñado a molestar a papá Scotty ¿verdad?

-Necesitaban secarse, mi pequeño escandaloso. – Oliver lo volvió a abrazar, haciendo que Scott se enfurruñara aún más. – Eres tan tierno.

-Puedo patear tu trasero si me lo propongo, maldito beta. – mordió su brazo con fuerza, pero Oliver no lo soltó.

-Te quiero demasiado, Scotty. – se burló, escucho como él le gruño antes de soltarlo. – Está noche, he pensado en ir a un restaurante que ahí aquí cerca, podemos llevar a Woody y Junior, tendremos que comer en la terraza, pero no pasa nada, es un restaurante bastante bueno, o eso ponen las estadísticas.

Scott miro a Oliver con precaución, antes de sentarse a su lado, obligo al beta a cubrirse con la toalla si quería sentarse a su lado. Otra vez había caído en una trampa de parte de Oliver, si mañana lo volvía a engañar no iba a ser benevolente con él, lo torturaría si hiciera falta. Le mandaría dormir a otra habitación como castigo.

-Hay un menú especial para ellos también. – continuo explicando. – Se ven muy buenos, creo que les gustará. – sonrió. – Pediremos el mismo, para que no sé enfurruñen. – miró a Woody de reojo. – Sí, estoy hablando de ti, señorito.

-¿Está muy lejos de aquí? – Oliver negó con la cabeza. - ¿Seguro que los podemos llevar?

-Les pregunte por privado y me dijeron que si, así que reserve una mesa en la terraza, cerca de la playa. – beso su mejilla con delicadeza. – Está noche hay un pequeño espectáculo, así que lo veremos mientras cenamos, aún tenemos cinco horas, no tienes que preocuparte por nada.

Lily les llamó para quejarse de que se lo estuvieran pasando bien. Ella también quería tomarse fotos parecidas con ellos y molestar a Scott como lo hacía Oliver, el beta le saco la lengua cuando le dijo que ella hubiera usado la manguera para mojarlo aún más, su hermano le dijo que se apuntaba esa idea para la próxima. Woody le enseño su ranita para que viera que la había llevado con él, Junior le enseño su dragón. Descubriendo así el secreto del peluche, Lily se lo había regalado en uno de sus paseos, ya que Junior se lo llevó de donde estaba, la beta corrió a la tienda para comprarlo.

-Junior, eso no sé hace. – le regaño Oliver. - ¿Qué te he dicho de tomar cosas que no son tuyas? – él bostezo. – No te hagas el dormido ¿Qué tienes que decir contra eso?

-Woody robo una zanahoria de la frutería. – el can se hizo el dormido. – Ahora vamos por otra calle con sin tiendas. – sonrió Lily. – Estos dos, son unos ladronzuelos de cuidado.

-Woody, en casa tenemos comida. – no hubo respuesta de su parte. – No os hagáis los dormidos, después quiero que me expliquéis porque habéis salidos tan ladronzuelos, yo no os he enseñado eso. – resoplo. – Tendremos que hablar seriamente con vosotros. – Scott comenzó a reírse. – Nada de premios en una buena temporada.

Oliver los ignoro cuando se quejaron, no quería que sus perros se convirtieran en delincuentes. Intentaría explicarles que lo estaban haciendo mal, debían aprender a que debían comportarse cuando iban de paseo. Con ellos no se comportaban así, Oliver no se lo podía creer.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now