Tres columnas de agua formaron un circulo en sus muñecas, como si fueran pulseras. Gracias a mis poderes su ataque no me halló desprevenido, con el poder de mí mente logré arrancar la puerta de la habitación de Aurelio y usarla de escudo justo a tiempo para evitar que astillas de hielo me cortaran vivo.
— ¡no sé qué te pasa! Pero no me dejas opción- le arrojé la puerta con fuerza, sin embargo la puerta de partió en cuatro antes de alcanzarla.
— el hielo puede ser muy filoso- Marina estaba fuera de sí. Creó dos látigos e intentó atacarme de nuevo. Lancé un sonido aturdidor a su mente. El ruido la dejó fuera de sí unos segundos.
— ¿Que rayos está pasando?- preguntó María al ver a Marina en el suelo tapándose los oídos.
— no sé que le pasa, pero tuve que neutralizarla- expliqué.
Marina me miró enojada, me di la vuelta demasiado tarde al oír el ruido del agua y fui alcanzado por una ola. Choqué contra la pared y un frío me envolvió. Estaba en una especie de capullo de hielo. Lo que sucedió después no lo sé con exactitud. El frío se apoderó de mí y quedé inconsciente.
Abrí los ojos con pesadez, me pesaban los parados. Lo primero que vi fue la cara de preocupación de Lorenzo.
— ¿Estás bien?- me preguntó.
— como si te importara- respondí. Me percate que estaba en mí cama. Bigotes dormía plácidamente sobre mi estómago. Lo quité con delicadeza y lo dejé en la almohada.
— Marina escapó- dijo.
Cerré los ojos y respiré hondo. Podía esperarme una traición de cualquiera pero no de Marina. Ella era la amabilidad en persona.
— se llevó los objetos de Celestine. Ahora la SCG los tiene a casi todos.
— falta uno- dije evitando mirarlo.
— quiero decirte algo- su voz cambió a más calma.
— soy todo oídos- dije lo más frío posible.
— siento haberte dejado de lado en la misión- lo miré por instinto. Se veía arrepentido.
— lástima que sientas solo eso- respondí y salí de la habitación. Caminé hasta la habitación de Bek y golpee la puerta.
— ¿Bruno?- dijo con voz apagada- ¿Ya despertaste?.
— si, estoy bien. ¿Tú cómo estás?.
— estoy dolido. Marina era mí amiga... Nunca creí que era una doble agente.
— yo tampoco lo creo- dije recordando a la mujer que me ayudó a controlar mis emociones cuando era un caos de sentimientos.
— estamos perdidos, la misión, todo... Fracasamos.
— no lo veo así Bek- me invitó a entrar y me senté en una pila de libros. Nunca había entrado a su habitación, el brujo era un hábil lector, el lugar estaba lleno de libros. Los había por doquier.
— ¡¿Qué no crees Bruno?!- Bek arrojó un libro al suelo- ¡mí mejor amiga me acaba me acaba de traicionar!.
— no lo hizo por voluntad propia.
— ¿Qué importa ahora?.
— ¡importa y mucho!, ¡Necesita nuestra ayuda!.
— por la paliza que nos dio es evidente que no.
— protegía a alguien, lo hizo para proteger a alguien.
Bek me miró con seriedad.
— ¿Qué sabes?- preguntó desconfiado.
— la oí hablar sobre proteger a alguien.
— ¡su madre!- exclamó Bek.
El brujo me tomó del brazo y me guió hasta la sala común, no sin antes golpear todas las demás puertas. Una vez reunido el equipo nos contó lo siguiente:
— la SCG tiene a la madre de Marina, por eso actuó como actuó- nos dijo. Nadie respondió. Ank miraba por la ventana, Lorenzo miraba al frente serio, María y Aurelio simplemente observaban a Bek sin ninguna expresión.
— sé que normalmente hacemos terapia de grupo- habló al fin María- pero es demasiado pronto.
— Marina era la que nos obligaba a esas terapias- recordó Ank.
— ¡maldita perra!- gruñó María.
— ¡SUFICIENTE!- todos dimos un salto y observamos sorprendidos a Lorenzo- Bek, hazme el favor de terminar con esto... ¿Qué quieres decir?.
— tenemos que recuperar los objetos y salvar a Marina- simplificó Bek.
— la DIES la está buscando- respondió con muy mal humor Lorenzo- ahora es su problema... Y en cuanto a los objetos de Celestine... ¡Ya no somos parte de la misión!
— ¡Eso es injusto!- protesté.
— eso no es todo. El Grupo Comando de Seis Yaguareté fue disuelto por el comité. Nos reasignaron a otras unidades en nuestros mundos correspondientes.
— ¿Y que pasará conmigo?- preguntó Ank.
— el trato que tenías con la DIES caducó. Serás de vuelta interna en la base de la Antártida.
Ank golpeó la isla con fuerza y la partió en mil pedazos.
— ¡No volveré a ser una prisionera!.
— ¡ni yo tampoco!- dijo Bek recordando a su alfa.
— es mejor resignarse- Las palabras de Lorenzo me llenaron de rabia y sin dudarlo le di una cachetada.
— ¡Odio cuando te dejás vencer por las circunstancias!- le dije. El chico solo se llevó una mano al rostro.
— no quiero pegarte Bruno pero no me tientes- me advirtió.
— ¿sabes lo que pensé cuando te vi por primera vez?- le pregunté.
— ¿espero que la tenga grande?- bromeó Bek. Le dediqué una mirada severa y se calló.
— pensé que eras el sujeto más espectacular que había visto, cuándo me dijiste que eras un héroe me excité- le dediqué una mirada de advertencia a Bek- nunca había conocido a alguien tan valiente... ¡Y ahora me sales con que te rindes!.
— ¿y que quieres que haga?, ¿Desobedecer las órdenes?.
— mala idea no es- dijo María- después de todo, alguien debe detener a Celestine.
— Y ya no tenemos nada que perder- acotó Ank.
— hemos pasado por mucho juntos y Marina nos necesita. No somos solo soldados, somos una familia- dijo Aurelio, María tomó una de sus manos y se la besó.
— ¡si seguimos adelante será por nuestra cuenta!- nos advirtió Lorenzo.
— correremos ese riesgo.
— es hora de correr riesgos- le dije- es hora de jugar de verdad.
Lorenzo me tomó de la nuca y me besó. No necesite leerle la mente para saber lo que eso significaba. Un nuevo Lorenzo había renacido de las cenizas del anterior. Este Lorenzo no se dejaba condicionar por sus miedos.
— ¡está bien!- dijo- ¿Por dónde empezamos?
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Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)
General FictionBruno cree que es un chico común con bastante mala suerte hasta que aparece Lorenzo y lo sumerge en un mundo donde los superhéroes son reales y luchan por mantener la paz en los cuatro mundos. *Todos los personajes de esta historia tienen más de 18...