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Miré primero a Lorenzo, estaba tenso, tenía la mandíbula apretada y luego a María quién miraba a la mujer con su instinto asesino

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Miré primero a Lorenzo, estaba tenso, tenía la mandíbula apretada y luego a María quién miraba a la mujer con su instinto asesino.

— ¿Qué quieres?- preguntó Lorenzo.

— ¿una abuela no puede visitar a sus nietos?- respondió burlona.

La mujer me miró y me dedicó una enorme sonrisa. No me gustó para nada.

— tú debes de ser el  psíquico.

No contesté.

— ¿Cómo está tu mamá?- preguntó- la última vez que la vi no andaba muy bien.

La miré desconcertado... Hasta que entendí. Fue ella, ella mató a mí madre, ella condenó a mí pobre papá a la desdicha.

— tú eres la Dama Roja- dije con odio. La mujer hizo una reverencia- cuando acabe contigo serás comida de peces.

Me abalancé sobre ella con rabia, odio y un sin fin de sentimientos que no entendía ni podía controlar. Tenía la necesidad de matarla, quería verla destruida por quitarme el derecho de conocer a mí madre. Iba a matarla sin una pizca de misericordia.

Lorenzo me agarró del cuello y me jalo hacia atrás. Su reacción me tomó desprevenido. Caí entre sus brazos y me aprisionó en ellos. Me sentí traicionado. ¿Cómo era posible que mí chico me tratara así? ¡Que me obligará a dejar con vida a la mujer que arruinó la mía!.

— Maria, que no se acerque a ella- y me arrojó a los brazos de su hermana, quién para mí mala suerte tenía más fuerza que yo y por más que traté no pude liberarme.

Lorenzo sacó de su traje un cuchillo y ágilmente atacó a La Dama Roja. Estalló el caos. Los secuaces de la mujer se lanzaron hacia nosotros. María me dió un empujón hacía la cabina y me encargó del más cercano. Eran varios. Nos superaban ampliamente en número.

Un tipo intentó quitarme la caja que tenía en las manos pero para su mala suerte yo estaba de pésimo humor. Lance contra su mente el miedo atroz a ahogarse, se arrojó al suelo y comenzó a dar  chapoteos contra el suelo como un loco. Lo tomé del cuello y lo arrojé a cubierta. Ank salió de cabina y sin mucho esfuerzo lanzó a varios asaltantes al agua.

— ¿Otra vez esa vieja loca?- dijo al ver la pelea entre La Dama Roja vs María y Lorenzo.

Ayudé a neutralizar un par de buzos más, cuándo oí a Bek que se acercaba. Al salir a cubierta se encontró con la pelea.

— ¿Acaso es difícil tener dos minutos de descanso?- preguntó antes de ponerse a patear traseros.

Una pregunta invadió mí mente... ¿De que emergieron del agua?. La pregunta me asustó porque la respuesta no era para nada buena. Me abrí paso entre el combate y logré llegar a cabina. Todo estaba hecho un caos de chispas, los sensores ni el radar funcionaban.

— ¿Aurelio?- llamé por mí comunicador de la oreja.

— ¿Susurrante? ¿Qué está pasando?- preguntó.

— estamos bajo ataque, los controles del barco están dañados y tengo el presentimiento que tenemos algo debajo nuestro.

Aurelio tardó unos segundos en responder.

— ¡tienen un submarino cerca!- exclamó- debió haberse ocultado del sonar para no ser detectado. Hay que sacar a todos de ahí ¡están a tiro!.

Corrí en busca de Marina. Quién había emergido lastimada, la encontré en cama mucho mejor, si que la magia es efectiva.

— tenemos que ir a cubierta- le dije- ¡estamos en problemas!-  cojeaba pero logramos salir y la Dama Roja nos estaba esperando.

Tenía una daga en el cuello de Lorenzo, María yacía en el suelo sujetada por uno de los pies de la mujer.

— me acabo de enterar que mí nieto tiene novio- dijo al verme- así que es tu decisión.

— ¿matarías a tu propio nieto?- pregunté desafiante. Aún quería matarla pero me temo que no será hoy, esa maldita mujer sabe cómo hacer daño. Y no voy a permitir que le haga daño a Lorenzo.

— eso siempre está sujeto a debate. Ahora déjate de tonterías y dame la caja- señaló la caja metálica que llevaba en mis manos.

— no se la des Bruno- pidió Lorenzo- no importo yo, importa la misión- la mujer tiró de su pelo.

— ¿quieres la maldita caja?- pregunté y sin que nadie me detuviera me acerqué a las barandas- ¿qué tal si la buscas en la profundidades?- la mirada de la mujer demostró miedo. Logré leer su mente, estaba aterrada con la idea. Creía que sí se me caía, la oscuridad del mar le sería imposible encontrarla.

— ¡al agua!- ordenó a los pocos buzos que quedaban en pie.

— no te serán de utilidad- dije. Le guiñe un ojo a Marina. La chica captó la indirecta y creó una ola expansiva que alejó a los buzos a más de 10 km- ¡ahora suéltalos!.

— ¡primero la caja!.

— está bien, tu ganas- y la dejé caer al agua. Las pequeñas olas la tragaron rápidamente.

La Dama Roja soltó a sus nietos y corrió tras la caja, se arrojó sin dudarlo.

— sí que está loca- dijo Bek al verla hundirse.

— ¡tenemos que salir de aquí!- dije recordando al submarino.

El comunicador se llenó de estática, la voz entre cortada de Aurelio nos alertó.

— algo se aproxima hacia ustedes con una velocidad impresionante.

Marina creó un bote de hielo y todos saltamos a tiempo para ver cómo, probablemente un torpedo, impactaba contra el barco.

La explosión fue en popa y las llamas se extendieron rápidamente por todo el barco. Mientras nos alejamos el barco se hundía en el mar.

— ¡mierda!- Lorenzo estaba molesto- me cago en está misión.

— al menos estamos vivos- dijo Bek.

— no sé hasta cuando... El frío nos matará si Aurelio no manda rescate- dijo María.

— no hay comunicaciones- respondió Ank.

— y perdimos el maldito collar- dijo Lorenzo molesto.

— ¿Este collar?- pregunté sacando un collar de zafiros de mí bolsillo.

Los chicos me miraron asombrados.

— ¿Cómo?- preguntó Marina- estaba en la caja y solo yo sabía la contraseña.

— la saqué de tu mente- expliqué- cuando Aurelio me dijo que teníamos un submarino cerca, supe que nos iban a hundir pasase lo que pasase, así que saque el collar de la caja y fingí tirarlo al mar para ganar tiempo.

— y salvar nuestras vidas- María me dedicó un amago de sonrisa- gracias Bruno.

Lorenzo se me acercó para darme un abrazo y lo corrí. Me miró raro.

— te pido por favor que no me toques.

— ¿qué te sucede?- preguntó dolido.

—  me mentiste todo este tiempo- estaba dolido con Lorenzo, su traición me dolía en lo más profundo del alma.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Where stories live. Discover now