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Miré al navío con emoción, ante mí se alzaba el mar y de él venía una brisa fría y salitre

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Miré al navío con emoción, ante mí se alzaba el mar y de él venía una brisa fría y salitre. Me encantaba. Nunca había visto el mar antes y me hacía llenar el pecho de calma y tranquilidad.

 
—     Es hermoso- dije.

—     El reino de mi padre- dijo Marina, con nostalgia, a mí lado- es magnífico y se extiende hasta los confines, ¡es tan inmenso que genera miedo de tanta inmensidad!

—     ¿has estado bajo el agua?- pregunté- ¿Los Profundos viven bajo el agua?

—     Así es. No se me permite ir al reino de mí padre, pero puedo respirar bajo el agua y soy muy poderosa en ella.

—     ¿Y ahora vas a quebrantar la ley?...no es algo muy de tu estilo.

—     Una debe hacer lo posible por quienes ama.

—     ¡El barco está listo!- dijo Aurelio- podrán llegar al punto de la misión sin problemas… Si el clima no empeora. Según me he fijado hay buen tiempo.

—     La lancha va a 200 nudos, llegaremos más rápido de lo pensado- dijo Lorenzo mirando la encarnación con firmeza- espero que la SCG no se nos haya adelantado.

Miré el barco con una ceja levantada. ¿Eso era una lancha? Era un mini buque de guerra como  salen en las películas. Totalmente gris, con un poderoso cañón al frente (proa) una torre de satélite y tubos de misiles a los costados.

—     Se parece  más a un buque de guerra- dije en voz alta.

—     Lo es- me respondió María- es una lancha cañonera. Capaz de llevar 39 tripulantes, un cañón potente, rápida como ella sola, y con un par de petardos por si se necesitan. ¡Es una belleza!.

Me quedé en cubierta con Ank mientras el navío zarpaba rumbo al horizonte. Íbamos rápido y el agua me salpicaba.

—     El mar- dijo Ank con incomodidad.

—     ¿te hacen mal los viajes en barco?- pregunté. Una ola nos dio de lleno y mojó a Ank.

—     Mí electricidad se va cuándo entra en contacto con el agua. Pierdo la fuerza y no puedo volar.

—     Es como tú kriptonita.

—     Algo así, en mí planeta natal no hay agua.

—     ¿de donde eres?.

—     De Cuarz- 12.

—     ¿y como es?- Ank miró el horizonte y sonrió. Se notaba que extrañaba su hogar.

—     Es una masa blanca, el suelo es duro, firme, no como Aquí. No hay árboles ni animales solo nosotros los Cuarzonianos. Vivimos en imponentes ciudades de cobre, oro y plata. El palacio de mí padre es inmenso, estaba ubicado en la tercera luna del planeta y desde se puede ver todo el planeta. Es hermoso Bruno, muy hermoso.

—     ¿y que comen?- pregunté. Ahora que lo pensaba nunca había visto comer a Ank.

—     Nos alimentamos de energía, en mí planeta consumimos una roca que ustedes llaman Cuarzo.

—     ¡impresionante!.

—     Para ustedes los humanos todo es impresionante.

—  ¿y por qué viniste a la tierra?- Ank desvió la mirada.

—Fui exiliada por no ser el príncipe que mí reino necesitaba.

No toque más el tema porque vi que era un terreno delicado. Miré el mar y me sostuve lo más que pude de las barandas. El mar movía mucho la embarcación y su velocidad hacia el movimiento más violento aún.

Luego de un par de horas, el frío se hizo intenso y entré adentro. María y Bek estaban sobre un plano en la cabina de mando. Lorenzo manejaba la nave.

—El templo debe estar aquí. Si Aurelio y yo tenemos razón podremos descender desde arriba sin necesidad de levantar sospechas.

—Bek, si alguien la descubre tendrá problemas… Y este barco no podrá hacerle frente a un soldado Profundo.

—Confía en mí María, sé lo que hago.

—Deberías abrigarte- dijo Lorenzo- hace mucho frío.

—El uniforme del equipo es muy calentito.

—Eso es porque está diseñado para eso, pero no cubre manos y cabeza. Ponte un gorro y unos guantes.

—Pareces mí papá- bromeé. Lorenzo me guiñó un ojo.

—Soy tu novio y quiero que te cuides- se me escapó una sonrisa al verlo tan protector.

Una de las computadoras comenzó a sonar. El pitido era insoportable. María se acercó a la pantalla y maldijo en voz alta.

—¡Tenemos un buque a 500 millas! – anunció- ¿Aurelio estás en línea?.

—Como no estarlo mí amor- sonó más meloso de lo que se oyó. Miré a María sin entender que estaba sucediendo. Era claro que el chico de lentes, amante de la tecnología, estaba un poco enamorado de ella.

—Deja las estupideces de lado lindo y dime qué buque es- me sorprendió al oír a María decirle lindo a alguien, era de las chicas rudas que jamás decían cumplidos a nadie.

—Las patrullas inglesas están en Malvinas y gracias a que me infiltre en sus sensores ustedes son invisibles a su radar. La flota de mar de Argentina tiene un buque en este instante en la Isla de los Estados y tampoco puede detectarlos. Así que ese buque no es militar.

—Según el radar si es militar. Es muy grande para no serlo- prosiguió María. Yo observaba todo en silencio sin entender bien que pasaba.

—Espérate que me estoy fijando en los satélites, es un destructor de la SCG por las características que tiene.

La embarcación se sacudió violentamente y la sala de mando se volvió un caos de ruidos de alarmas.

—¡algo nos golpeó!- dijo Bek.

Lorenzo miro hacía afuera, seguí su mirada y vi como columnas de agua se levantaban a nuestro alrededor.

—¡nos están disparando!- dijo- programare el cañón para responder, ¡Bek genera un escudo provisorio con magia!- el brujo salió corriendo a cubierta- Ank y Bruno a las computadoras- me senté sin saber que hacer.

—Mira al barco, ésta cosita de aquí, y dinos si se mueve o aumenta la velocidad- me indicó Ank- al costado tienes los indicadores.

Una gran explosión de oyó lo lejos.

—¿Qué fue eso?- preguntó María.

—Un misil- respondió Aurelio desde el comunicador- acabo de hacer explotar un misil que iba directo hacía ustedes

—¿Puedes hacer eso de nuevo?- preguntó María.

—¡Corazón!, ningún misil los tocará mientras yo tenga una computadora a mano.

Lorenzo hizo girar el barco abruptamente.

—Lástima que eso no aplique a fuego de cañón- dijo mí chico- eso nos evitaría muchos problemas. ¡Aguamarina, es hora de navegar!.

La chica asintió y salió a cubierta, la vi desde la ventana, miró al mar, soltó un suspiro y se lanzó al agua.

—Espero encuentre el collar a tiempo- dijo Ank

Un fuerte ruido me dejó sordo. El cañón que teníamos en la proa comenzó a disparar con furia.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora