II

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Nota: Si no están familiarizados con los acentos de Venezuela, el que usé para Santiago es el acento maracucho, el de la región Zuliana. Y la "s" al final es muda (ej: en vez de "estáis" se pronuncia "estái")

Yaya nada más eso.

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El pasillo que tengo que atravesar para llegar desde la clase de cálculo con Ms. Ahmad hasta la clase de inglés con Mr. Green es más corto de lo que se siente. Entre el montón de idiotas obstruyendo el paso con sus juegos y las parejitas abrazándose y susurrándose cosas contra los casilleros me siento como Katniss Everdeen en medio del baño de sangre. Estoy cansado, deteriorado, vuelto nada. Aburrido, abrumado, debilitado y con ganas de matarme con la punta del portaminas. Me quedé hasta la una de la madrugada terminando mi ensayo para el seminario de escritura y para mantenerme despierto empecé a reproducir mi playlist con música latina. Entre tener que justificar mi argumento del porqué creo que el capitalismo es la razón principal del deterioro del planeta y mi momento de Karaoke salsero se me fue el tiempo de las manos.

De todas formas, sigo fresco; lo juro, sigo fresco. Estoy yendo (muy fresco y despierto) hacia la clase de inglés; soy el primero en llegar. Mr. Green está usando su camisa abotonada blanca y una corbata de duraznos.

—Buenos días, señor Green. —Saludé mientras me sentaba junto a la pared del lado derecho, como siempre.

—Buenos días, Santiago. —Me saludó de vuelta en español con una sonrisa en el rostro— ¿Lo he dicho bien?

—Bastante bien, señor Green. Felicidades. Esos cincuenta días de racha en Duolingo están dando frutos.  —Sonreí de vuelta.

—Muchas gracias.

El aula se fue llenando de alumnos, haciendo que el ruido incrementara y con él mis dolores de cabeza. Pestañeé con fuerza y me empecé a sobar la frente disimuladamente; no quería que el profesor me mandase a la dirección por sentirme mal cuando realmente no es nada. Menos Mr. Green, quien es un hombre simpático. Es irónico que un profesor de inglés esté aprendiendo español, pero es parte de su encanto

—¿Cómo se dice "buenos días" en mandarín? —Preguntó entonces. A veces preguntaba esas cosas acerca de los dos idiomas que hablo en casa; el otro día me preguntó cómo se decía frijoles en mandarín y yo, con mucho gusto, le proveí dos traducciones: Chino mandarín (Douzi) y español venezolano (caraotas).

—Zaoshang hao. Zaoshang es "mañana" y hao es "bueno".

El señor Green suelta un sonido de asombro y aprobación en respuesta mientras que Vicente se acerca hacia nosotros para sentarse frente a mí, como siempre lo hacía en cada puta clase que tiene conmigo.

—Zaoshang hao, señor Torrealba. —Saluda el profesor.

Vicente me lanza una mirada a mí para luego sonreír con nerviosismo hacia el profesor.

Mr. Green se para frente al pizarrón, saca su copia del Gran Gatsby y empieza a explicar porqué no podíamos tenerla fuera para responder las preguntas de la hoja que agarramos al entrar.

Son cinco minutos de silencio los que tengo para empezar a contestar las preguntas. "¿Qué simboliza la luz verde?" "¿Qué significa el estatus para Gatsby?" "¿Cuál es el papel de Nick Callaway?" Cosas así.

De pronto escucho un siseo, y cuando levanto la vista le veo la cara a Vicente, quién lleva medio cuerpo vuelto hacia mi dirección.

—¿Qué? —Pregunto en un tono evidentemente hastiado.

—¿Qué me dijo el profesor hace rato? ¿No le fuiste a decir algo pa' que me mentara la madre en chino, verdad?

Negué con la cabeza y suspiré.

El Diablo Where stories live. Discover now