Prologo

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Mire fijamente el pequeño objeto entre sus manos. Puedo sentir mi mundo cambiando, y no sé si es para bien o para mal.

De cualquiera forma, las dos líneas verticales no van a desaparecer.

∞∞∞

—Necesitamos hablar—Murmure con la voz ronca y gélida. Un destello de terror cruzó por los bellos ojos verdes.

—Lo sé.—Harry suspiro.—Pero prométeme que pase lo que pase te vas a quedar conmigo—le dio un sorbo a su té de manzanilla.

Nos habíamos reunido en una cafetería local cerca de su actual hogar. Las mesas y sillas eran de madera oscura y había manteles de seda blanca con centros de mesas de tulipanes amarillos y azules.

Lo mire fijamente, tratando de identificar el problema que tenía. Yo sabía cual era el mío, pero no dije nada aún. Cuando no encontré ni un atisbo de emoción, simplemente asentí.

—¿Recuerdas cuando te llame hace unas semanas del bar?—Lo recordaba; una absurda pelea que terminó con Harry huyendo de casa—Tú llamaste a Zayn para que fuera por mi ¿cierto?. Antes de que él llegara...ocurrió algo de lo que no estoy muy orgulloso.

Sus ojos se tornaron brillosos, como si estuviera apunto de llorar. Una nube gris se instalo en sus preciosas facciones.

Jamás imagine que se quedaría por siempre.

—Estabas tan preocupado que no lo notaste. No te diste cuenta de eso.— casi sollozo— En el bar me encontré con alguien...un conocido sin importancia.

Ni siquiera levantaba la vista del suelo. No había sonrisas. Se veía culpable y temeroso.

—Él decía...—su voz tembló un poco—decía cosas horrorosas de ti, palabras vulgares y ofensivas —cerro los ojos y hablaba tan bajo que no entendía algunas palabras. Soltó un profundo suspiro— No sé qué me paso, pero simplemente lo lleve a los tocadores—un silencio sepulcral nació entonces, los murmullos del lugar se detuvieron por completo. Tomo un momento el que me recuperará de los temblores en mi cuerpo.— y estrelle una y otra vez su estúpida cabeza en los lavabos hasta que su rostro quedo...completamente desfigurado.

La mano que sostenía su rostro la separe lentamente y mi sonrisa se borró de la misma manera.
El miedo me recorrió por completo como un relámpago, iluminando mi rostro de sorpresa. Intente alejarme, pero un sollozo escapo de los labios del otro antes de que tomara mis pequeñas manos entre las suyas.

—Por favor, espera. No me dejes, Lou. Aún no.— murmuro. Asentí sin darse cuenta. Que más podía hacer. —Cuando me di cuenta—continuo—, la sangre ya estaba en mi ropa y él...él ya estaba muerto.

Una mueca se transformó en un esbozo de sonrisa.

El pánico y los oscuros pensamientos comenzaron a jugar con mi mente, haciéndome sentir que en cualquier momento caería de rodillas y me echaría a llorar.

—Mate a una persona, Louis. Y no dudaría en hacerlo de nuevo si tiene que ver contigo.

 Y no dudaría en hacerlo de nuevo si tiene que ver contigo

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